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ENSXXI Nº 15
SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2007

VICENTE L. SIMÓ SANTONJA
Notario Decano Honorario del Colegio de Valencia

Allá por el año 1948, las ideas NEGRI-NUÑEZ LAGOS, fructificaron en un I Congreso Internacional (Buenos Aires, Argentina), consolidado en el II (Madrid, España. 1950), como UINL. En octubre 2007, D.v., se celebrará en Madrid (España) el XXV Congreso Internacional UINL. Dos son las interrogantes esenciales, que puede y debe cuestionarse cualquier persona, sea o no, notario: ¿cómo subsisten las ideas fundacionales?, ¿cuál ha sido el camino recorrido?.
Una flexión y reflexión sobre tales ideas, inducido de la magna obra intelectual de los citados, demuestra que ambos coincidían en la apreciación de que el trabajo cotidiano del notario, que a veces pasa desapercibido se basa y fortalece, en cuanto que: (a) analiza la raíz social de las instituciones jurídicas, las conductas colectivas efectivas y las bases materiales de la estructura espacial y de la densidad demográfica de tales instituciones, atendibles desde las expresiones, tangibles y observables, “ad intra” y “ad extra”; (b) estudia el rol que las normas jurídicas juegan en la sociedad, interrelacionadas con el Derecho positivo, el Derecho económico contractual, mercantil y fiscal, los Derechos del Hombre, la Ética y la Moral; (c) y anticipa las tendencias de cambio en función de cada tipo de sistema judicial que coexiste con los factores de transformación de la vida del Derecho, que trata de satisfacer la norma hasta que funcione efectivamente “en y para” la sociedad.

"La inmersión del Notario en la plena realidad del Derecho supone una constatación del derecho realmente vivido por la sociedad y una colaboración en la concreción de los valores contenidos en la norma y en la legitimidad legalizada"

O sea, que ambos tenían una visión del Derecho dirigida al futuro, considerando que el notariado “latino” se encontraba en condición, perfecta o cuanto menos apta, de proporcionar al legislador informaciones pertinentes y adecuadas, para en su caso, modificar y/o perfeccionar las leyes. Así, los Congresos Internacionales tienen por objeto, según los Estatutos de la Unión: “estudiar a un nivel altamente científico, temas jurídicos que interesen, directa o indirectamente al notariado”.
Pero hay más. La función social del Notario supone una necesaria flexión sobre: (a) la prevención de conflictos, de modo que se convierte en el medio apropiado para limitar tales conflictos y ser creador de la paz, entre las partes, presentes o futuras, por ejemplo de un contrato o de un testamento, en tanto trata de evitar hechos penalizados, acciones no autorizadas y cualquier tipo de injusticia o de lucha abierta de intereses; (b) la orientación del comportamiento, es decir el consejo y evaluación de conductas y actitudes de las personas que recurren a él, a través de las ideas de reciprocidad, duración, equilibrio de intereses y respeto al juego de la libertad; (c) la atención y cuidado del Derecho, a través de la técnica, que el Arte Notarial Instrumental aplica al desarrollo del Derecho, lo que supone enriquecer los instrumentos jurídicos “pobres”, por nuevos instrumentos, que día a día, adapten y engrasen la máquina del derecho a las necesidades e intereses de los particulares, sin merma del interés de la generalidad.
O sea, que ambos consideraban que la inmersión del Notario en la plena realidad del Derecho, suponía una constatación del derecho realmente vivido por la sociedad y una colaboración en la concreción de los valores contenidos en la norma y en la legitimidad legalizada, al tiempo que comprendía los problemas de su génesis sociológica, y los cambios socio-jurídicos, porque, en definitiva, el mismo notario contribuía, y debía contribuir en el futuro, al cambio social, siendo como era controlador de la legalidad, en su trabajo, a la vez crítico y progresivo. Así, los Congresos Internacionales tienen por objeto estatutario, “permitir a la institución notarial que haga conocer a la sociedad su rol y su experiencia en el dominio jurídico, social y político”.
Disponemos de una “prueba”, de que tal “ideario” ha sido cumplido (“los héroes y los genios nunca mueren”), diría al pie de la letra. En 1975, se celebró en Barcelona, España, el XIII Congreso Internacional de la Unión. Con tal motivo la entonces Junta de Decanos, publicó dos gruesos volúmenes que contenían todas las ponencias “españolas” aportadas hasta entonces. Su índice temático, es omnicomprensivo: Derecho Notarial (contenido, caracteres, fuentes; instrumento, documento, actas, unidad de acto; el Notario; Organización notarial; Archivos notariales; Notariado y mundo moderno, adaptación a nuevas exigencias; el notariado en las Relaciones internacionales; y el Derecho Fiscal en relación con la función notarial); la Propiedad Urbana; el Derecho mercantil y societario; el Derecho Registral; y el Derecho Internacional y Comparado. Y un esquema parecido podría aplicarse a las Ponencias que siguieron de 1975  hasta hoy.

"En todos los Congresos Internacionales debería rendirse “culto” a la Comisión de Temas y Congresos, que trabaja intensamente para elegir aquellos temas que se consideran más actuales y preocupantes"

Aunque los números no cuadren, si atendemos al dato de que los Congresos son, actualmente, trianuales, ello es debido a que inicialmente se celebraban cada dos años, y ahora cada tres, aunque alguna excepción hay, de cuatro años. Pero sí ha intervenido la matemática para que, 1948+25=1973+25=1998, lo que ha permitido sede en Buenos Aires en 1948, bodas de plata, 1973, y bodas de oro, 1998  Fuera de este caso falta la matematicidad, lo que es lógico en atención a la sede organizadora: de menos de veinte, hemos pasado a más de setenta países miembros.
Si mis datos de trabajo son exactos, y contando el XXV Congreso, tan sólo dos países, Argentina (siempre Buenos Aires) y España (Madrid, Barcelona, Madrid), habrán sido sede, tres veces. Y sólo seis países (Alemania, Canadá, Francia, Grecia, Italia y México),  han sido sede, dos veces. O sea, el 64% de los XXV Congresos ha sido organizado por tan solo ocho países, aunque la alternancia continental, América-Europa, si que ha sido mantenida. Debe entenderse esta flexión, cuando se habla de “cuotas” y de “consejeros”, tema en el que no entro porque excede de la presente reflexión “caminera”. Y también sin “entrar”, no olvido los esfuerzos de Congresos Internacionales sectoriales: ibero-americanos, americano-africanos, europeos, americanos, africanos…Lo cierto es que ni África, ni Asia, han “estrenado” sede de Congresos Internacionales de UINL.
En todos los Congresos Internacionales celebrados, debería rendirse “culto”, a la Comisión de Temas y Congresos, que trabaja intensamente para elegir aquellos temas, endógenos y exógenos, que se consideran más actuales y más preocupantes, para el Notariado, sistema eficaz para conocerse mejor y también para ser mejor conocidos. Por citar un ejemplo: la coincidencia de fecha, 1948 (I Congreso, Declaración de Derechos Humanos), propició que en 1998, se celebrara el medio siglo de ambos acontecimientos, tratando en Buenos Aires, la participación del Notario en la defensa de tales Derechos. Siguiendo la secuencia congresual, las mejores Ponencias recibieron en su momento el PREMIO NEGRI, y ahora el DUCRET. Parecido culto debería rendirse a los veinticinco Comités Organizadores, por sus muchas horas de esfuerzo y vigilia.

"Esos 25 Congresos Internacionales de UINL, han creado una cultura congresual específica, importante porque han sabido ser fieles a los objetivos fundacionales"

No desciendo a datos concretos, que serían interesantes, sobre el valor y la aportación intelectual de las Ponencias, que a veces tienen relación con la “potencia económica” del respectivo notariado (medios para publicarlas, desde auténticos libros, a sencillas hojas grapadas).
En ese “camino”, la evolución temática, ha ido superando inconvenientes que salían al paso, tales como: considerar precipitada la bianualidad, para estabilizar ahora la trianualidad; considerar que cuatro temas diferentes, discutiéndose al mismo tiempo privaban la asistencia a todos ellos, y la necesidad de seguir uno solo, o saltar de sala, hizo necesaria su reducción, incluso a un tema general, con sus flecos correspondientes; e incluso a la estabilización, ya estatutaria de un FORO “de discusión e intercambio de experiencias entre los notariados y los notarios”, que además permite la presencia de “expertos externos” que facilitan un mejor conocimiento de aquello que piensa la sociedad, de los notarios.
En definitiva, esos XXV Congresos Internacionales de UINL, han creado una cultura congresual específica, importante, fundamentalmente porque han sabido ser fieles a los objetivos fundacionales, y de ellos ha nacido, a través de los Órganos y Organismos de la Unión, la filigrana de encuentros entre notarios-amigos, de diferentes nacionalidades. Los actos sociales quedan reducidos a lo esencial (apertura, bienvenida, excursión, clausura, despedida), lo que no empece que algunos congresistas se diviertan a su manera, asistiendo a lo esencial, y practicando su turismo personal, incluyéndose en alguna de las opciones que ofrecen las agencias de viajes. Quiero decir que la manida frase “el Congreso se divierte”, es absolutamente falsa, “el Congreso trabaja, y en justa medida, se divierte”. Las Ponencias publicadas, de nivel altamente científico, así lo demuestran, sin necesidad de especiales propagandas. Al menos esta es mi apreciación personal.  

(1) VICENTE L. SIMÓ SANTONJA, nacido en Valencia en 1932, es Notario Honorario, Decano Honorario del Ilustre Colegio de Valencia. Consejero Permanente desde 1986 (Vicepresidente para Europa y Asia, Presidente de la Comisión de Derechos Humanos, Delegado Permanente en la Conferencia de Derecho Internacional Privado de la Haya). Premio Negri y Premio Ducret. A título de curiosidad, presentó su primera Ponencia (compartida con Vallet de Goytisolo, Fraguas Massip y Martínez Gil), hace cuarenta años, en el IX Congreso (Munich-Salzburgo, 1967). Del IX al XXV…calculen los lectores: sus compañeros-amigos, pueden dar testimonio.    

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