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ENSXXI Nº 20
JULIO - AGOSTO 2008

Una entrevista de Mercedes y Juan Pérez Hereza, Notarios de Huete (Cuenca) y Madrid

Teniendo en cuenta que carecías de antecedentes familiares, ¿qué te impulsó a preparar oposiciones a Notarías?

Ciertamente ni en la familia ni en el ambiente escolar en que se desarrollaron mis estudios contaba para nada el Notariado. La tradición familiar se centraba en  el estudio y ejercicio de la Medicina. En el Colegio, en los años cuarenta y cincuenta, primaba el prestigio de la carreras técnicas. Por otra parte, en aquella época en Madrid, donde nací y viví hasta que ingresé en el Notariado, como ocurre con otras grandes ciudades, la figura del Notario era prácticamente desconocida (en este sentido he comprobado  que existe  una profunda diferencia con los pueblos donde el Notario es conocido y, si se me permite la licencia, admirado, de modo allí se piensa en un futuro posible para quienes destacan en sus estudios). Al terminar la Licenciatura en Derecho y plantearme mi futuro profesional creo que me encaminaron al Notariado fundamentalmente estas razones: mi preferencia por el Derecho Privado, más próximo a los problemas de la vida cotidiana, a la normalidad del día a día familiar y social; la independencia y autonomía del ejercicio profesional ; y ,sobre todo, la imparcialidad y justicia de la oposición. La oposición a Notarias era una oposición difícil con un programa extenso y completo, que exigía un considerable esfuerzo, pero con la garantía de que los Tribunales decidían con absoluta justicia. Esta justicia ha sido y es una constante desde que se instauró el sistema de oposición para ingreso en el Notariado y, sinceramente, creo que en buena parte, es determinante para quienes una vez se encuentran en la encrucijada de orientar su futuro profesional. Buena prueba de ello es la variada procedencia familiar y social de quienes pretendimos y conseguimos ser Notarios.

¿Qué recuerdos tienes de tu tránsito por las notarías rurales de Pola de Allande y Martos? Y en relación con lo anterior, ¿qué opinión te merece la situación actual de acceso rápido (incluso como primer destino) a grandes capitales como Barcelona o Bilbao?

Recuerdo con especial cariño mi primer destino en Pola de Allande, pequeña población del interior asturiano. Allí conocí y experimenté la vida del profesional inexperto y aislado que se encuentra con problemas  a los que tiene que dar respuesta inmediata.. Había dejado mi familia, vivía en la Fonda de la población, me enfrentaba a los problemas reales de las personas en un ambiente rural. Pero el miedo lógico de aquellos primeros momentos se mitigaba por el apoyo y la ayuda de los compañeros. Así pude experimentar que había entrado a formar parte de un cuerpo en el que primaba el compañerismo y el deseo de acoger y ayudar al recién ingresado.

"Desde que en 1862 la Ley del Notariado sentó las bases de la actual definición del Notario, ésta se ha movido sobre la base de la doble configuración del Notario como profesional del Derecho a quien se confía la función pública de dar fe conforme a las leyes"

Ante aquellas angustias primerizas recuerdo que, como me comentó González Palomino, había que actuar con firmeza y celeridad, pues a un Notario de ingreso no se le permitía pedir un tiempo para estudiar el caso (lo que sería tomado como prueba de  una insuficiente preparación), mientras que ese  estudio sosegado era agradecido y considerado como prueba de admirable profesionalidad en los Notarios de capital ya consagrados.
El ejercicio profesional en Notarías rurales creo que es muy beneficioso para la formación profesional e incluso humana, de los Notarios. Allí las prisas no cuentan o cuentan menos que en la ciudad. El Notario se inserta en la vida social. Conoce a la gente y conoce los problemas de la gente. Prevalece su labor asesora e incluso mediadora. Y tiene tiempo para estudiar, para dar un enfoque práctico a los muchos conocimientos adquiridos en la oposición y para ponerse al día de las nuevas realidades de la vida jurídica. Cuando tomé posesión de mi primera Notaria, el compañero que me había precedido proponía que los Notarios ingresaran y terminaran su carrera en pueblos, dejando el ejercicio urbano  para la edad intermedia más activa y más ambiciosa. Aunque en aquella época me pareció una herejía, en el fondo creo que alguna razón tenía.
Lo que me parece especialmente grave es la situación actual en que Notarios recién ingresados se encuentran en grandes poblaciones, con unos problemas para los que resulta precisa una experiencia que solo se puede adquirir con el tiempo y con el ejercicio en zonas menos conflictivas y con unas necesidades económicas de instalación de despachos que en nada favorecen el ejercicio de una función de tanta responsabilidad como la nuestra.

¿Consideras que ha cambiado mucho el ejercicio de la profesión notarial desde los tiempos en que tomaste posesión en tu primera Notaría hasta el día de hoy?. Y, desde tu perspectiva  en qué ha mejorado y empeorado el desempeño de la función?

No es que haya cambiado el ejercicio de la profesión, sino que lo que ha cambiado ha sido la sociedad y la vida misma. Se ha producido  una radical transformación. La sociedad poco tiene que ver con la de los años 60 del pasado siglo. Ha mejorado notablemente la formación cultural de los españoles y muy favorablemente la situación económica del país. Han cambado también los valores que presiden la vida social e individual.

"Siempre hemos estado preocupados en mantener e incrementar la unión de los compañeros, seguros de que esa unión es la mejor garantía de la eficaz defensa de nuestra función"

Desde la perspectiva jurídica las transformaciones son evidentes. Nuevas formas de propiedad, nuevo enfoque y destino de la propiedad. Nueva realidad familiar y sucesoria.
El Notario se ha adaptado bien a tanto cambio y creo que también ha colaborado activamente a estas nuevas perspectivas y realidades de la vida jurídica. Ha sabido incorporarse  a las nuevas tecnologías, sin que esto deba significar abandonar las líneas esenciales de la función. La función notarial es hoy más rápida, más segura y, por último, más eficaz.
Los mayores  problemas lo plantean la contratación en masa y la presión de lo que hoy se denominan los operadores jurídicos, ante los que el Notariado debe afirmar la realidad, necesidad y utilidad de nuestra función, sin complacencias que minimicen nuestro control de la legalidad y regularidad del negocio y  reduzcan nuestra actuación a una mera legitimación de firmas. El Notario ha sido, es y debe seguir siendo  autor del documento que redacta y autoriza. La fe pública que conlleva el documento notarial es garantía de su verdad y de la adecuación de su contenido al ordenamiento  con plena aptitud para el tráfico jurídico.

Dada tu labor como preparador de opositores ¿qué opinión te merece el actual sistema de oposiciones para el ingreso en la Carrera Notarial?

Ya he apuntado antes que  el sistema de ingreso por oposición libre entre licenciados en Derecho me parece esencial para el Notariado y la sociedad. Los buenos resultados son evidentes. Me preocupa, sin embargo, la tendencia de los Estatutos de Autonomía a quebrar la unidad del sistema, mediante la dispersión de oposiciones vinculadas a las distintas Comunidades. Confiemos que se mantengan la independencia y competencia de los Tribunales y que las oposiciones sigan conservando esa justicia que ha sido su mejor mérito.   Confiemos también que la multiplicidad Estatutaria no termine con la unidad del Notariado español que sentó la ley de 1.862.

"Me preocupa la tendencia de los Estatutos de Autonomía a quebrar la unidad del sistema, mediante la dispersión de oposiciones vinculadas a las distintas Comunidades"

Por otra parte he sido un decidido defensor de la oposición entre Notarios, como medio de promoción en la carrera e incentivo de la formación profesional. El problema es que , según veo, el estímulo que representaba va perdiendo interés, por lo que habrá que buscar un nuevo sistema que de satisfacción al esfuerzo que exige y revitalice esta oposición  que tan buenos resultados ha dado y que tanto ha significado para el prestigio de la Corporación Notarial.

Qué experiencias marcaron la etapa en que desempeñaste el cargo de Presidente del Consejo General del Notariado y Decano del Colegio de Madrid. ¿Cuáles fueron las mayores dificultades que encontraste? ¿Qué logros te hubiese gustado alcanzar?

Conservo un inmejorable recuerdo del tiempo en que desempeñé éstos y otros cargos en el Colegio de Madrid y en el Consejo General del Notariado y de los compañeros con quienes compartí el trabajo y la responsabilidad. Conseguimos formar un equipo muy cohesionado, en el que cabían, se agradecían y se tenían en cuenta las opiniones, los consejos y las discrepancias. Contamos con la ayuda inestimable de unos empleados inolvidables, por su afabilidad, competencia y dedicación al Notariado.
El desempeño de estos cargos ha representado para mi un alto honor, al que procuré corresponder, en la medida de mis fuerzas, teniendo como único objetivo ser útil al Notariado.
Tuvimos alguna que otra dificultad, pero procuramos superarlas. El trato con la Administración fue cordial, aunque  no siempre lográramos nuestros propósitos.
Desde el punto de vista de la corporación se intensificó la unión con los Colegios Notariales y   el diálogo con las Asociaciones de Notarios. Con prudente anticipación iniciamos los trabajos de instalación del Consejo General en los locales que hoy ocupan, abandonando su tradicional ubicación en el edificio del Colegio de Madrid.
Yo siempre he creído  que el Notario, como universitario que es, debía tener una presencia muy activa en el mundo cultural y universitario. Por eso propiciamos la colaboración de nuestros colegios y de los colegiados con la Universidad y las actividades culturales de todo ámbito, más allá de los propios de la vida jurídica.
Se consiguió regular satisfactoriamente el sistema de conexión por fax con los Registros
Otro tema de especial preocupación fue el relativo al ámbito de previsión asistencial. Creíamos que  era función especial de la Corporación Notarial ocuparnos de los Notarios, sus viudas y huérfanos, atendiendo sus necesidades de atención médica y económica, especialmente en casos de jubilación y muerte, ofreciendo soluciones coherentes con los tiempos actuales y adecuadas a la legalidad vigente. El seguro complementario de enfermedad y quirúrgico  quedó establecido con un perfil y bases que aún se conservan, extendiendo este seguro gratuitamente a los beneficiarios de la Mutualidad Notarial, cobertura que ,insisto, nació y se desarrolló como complementaria de cualquier otra fórmula de previsión sanitaria, incluso la de la Seguridad Social a la que podíamos acceder los Notarios. Y en esta misma línea abordamos la adaptación de la Mutualidad Notarial a la legislación entonces vigente.

"No es que haya cambiado el ejercicio de la profesión, sino que lo que ha cambiado ha sido la sociedad y la vida misma. Se ha producido  una radical transformación"

No dudamos en apelar al colectivo notarial en los casos que juzgamos trascendentes, aunque la consulta no tuviera un fundamente reglamentario explícito. Así lo hicimos convocando Juntas Generales en los Colegios para que los compañeros se pronunciaran sobre dos temas específicos: la integración de la Mutualidad de Empleados en la Seguridad Social y el futuro de la Mutualidad Notarial. Creíamos que la democracia hay que predicarla y, sobre todo, practicarla. Los compañeros decidieron aceptar lo que les proponíamos, formulando alguna que otra sugerencia. La Mutualidad de Empleados quedó pronto integrada en la Seguridad Social. El Proyecto de reforma de la Mutualidad Notarial no llegó a convertirse en realidad. Yo creo que este fracaso representa   mi mayor frustración. Y esta frustración se ha acrecentado cuando he visto que la integración de los mutualistas en la Seguridad Social se llevó a cabo sin consultar a quienes integrábamos la Mutualidad Notarial y, más adelante, cuando se ha pretendido transmitir gratuitamente al Consejo General del Notariado el importante patrimonio que ha quedado después de haber sido satisfecho a la Seguridad Social el costo de integración  El despropósito  culmina con la situación actual en que la Junta de Patronato de la Mutualidad ha suprimido toda prestación complementaria y suplemento de pensión a los Notarios, viudas y huérfanos, mientras ve incrementar aquel patrimonio. Confíemos en que se imponga la razón, se restituyan esas prestaciones y complementos y, en definitiva se deje a los mutualistas decidir acerca del futuro de  la Mutualidad.
Pero lo cierto es que procuramos hacer todo poniendo en primer lugar el interés del Notariado, preocupados en mantener e incrementar la unión de los compañeros, seguros de que esa unión es la mejor garantía de la eficaz defensa de nuestra función, por lo que es muy de lamentar que hoy  las cosas discurran por ese camino.

Siempre has cultivado las relaciones entre compañeros, como complemento indispensable al carácter individual de nuestra profesión ¿de quiénes conservas un recuerdo especial?

Realmente me sorprendió muy gratamente el nivel de compañerismo que preside el Notariado y durante toda mi vida profesional he procurado ejercerlo. He conocido muchos compañeros y siempre ha comprobado en todos su disposición a ayudar y apoyar a los colegas y su desinteresada colaboración a los asuntos notariales. No parece oportuno hacer cita puntual de estos compañeros, pues podría quedar omitido alguno. Sin embargo, por encima de los Notarios que han destacado en el Notariado, a los que admiro y agradezco su amistad, puesto que se me pide alguna cita voy a referirme a los compañeros que han desempeñado su función dentro de los principios tradicionales clásicos del Notario, arraigados en sus pueblos y ciudades, siempre dispuestos al consejo y la mediación desinteresados, haciendo presente durante toda su vida el ideal del hombre prudente, del jurista competente y del asesor inmediato. Son muchos los compañeros que he conocido con estas prendas.

Qué opinión te merece la actual situación de enfrentamiento entre notarios y registradores y, en especial su última manifestación, la sentencia del Tribunal Supremo que anula los artículos del Reglamento Notarial relativos al control de legalidad notarial.

Lamento mucho este enfrentamiento. Estoy convencido de que el sistema de seguridad jurídica preventiva en España funciona  bien y con un bajo costo , sobre la base de la doble intervención y control de Notarios y Registradores. El Notario está presente en el momento en que nace el contrato y su actuación es insustituible para garantizar  la plena validez y adecuación del negocio al ordenamiento jurídico. La actuación notarial se extiende mucho más allá de los asuntos que luego publicarán los Registros de la Propiedad y Mercantil. Es más, estos Registros perderían sus esenciales efectos sin un documento redactado y autorizado por Notario, por mucho que se intente potenciar la calificación del Registrador No entiendo que se pretenda suprimir al Notario ni reducir su actuación , porque ello conducirá a un Registro de mera publicidad, sin los efectos jurídicos que le caracterizan en el ordenamiento español.

"Lo que me parece especialmente grave es la situación actual en que Notarios recién ingresados se encuentran en grandes poblaciones, con unos problemas para los que resulta precisa una experiencia que solo se puede adquirir con el tiempo"

No comparto determinados aspectos de la argumentación y conclusiones de la Sentencia citada. No son admisibles las afirmaciones más duras contenida en el escrito de recurso y referidas , incluso, a temas totalmente ajenos a  los Registros de la Propiedad y Mercantil. El fallo hay que acatarlo, como hay que actuar con la máxima prudencia, cuando se abordan reformas normativas que pueden afectar a intereses de otras Corporaciones, evitando riesgos, quizá innecesarios, para la propia De todas formas no hay que dramatizar ni magnificar la Sentencia del Tribunal Supremo. Los Notarios somos lo que somos desde 1.862; la ley dejó bien definida su misión y el valor jurídico de su actuación; la sociedad, la Administración y los Tribunales conocen perfectamente y valoran muy positivamente el significado jurídico de la intervención notarial y la eficacia de su documentación. La seguridad jurídica es cada día más necesaria y es innegable el papel que corresponde al Notariado en el logro de tan importante principio constitucional.

¿Cómo ves el futuro del Notariado?. ¿Crees que se debe mantener la doble condición del Notario como profesional liberal y a la vez funcionario público o por el contrario consideras conveniente decantarse a favor de una u otra condición?.

Desde que en 1862 la Ley del Notariado sentó las bases de la actual definición del Notario, ésta se ha movido sobre la base de la doble configuración del Notario como profesional del Derecho a quien se confía la función pública de dar fe conforme a las leyes. La dualidad es esencial a la institución notarial y asegura su continuidad, sin perjuicio de que haya épocas en que se acentúe el carácter profesional o el funcionarial, manteniendo esta doble condición , de modo que no es deseable que una nota acabe suprimiendo a la otra

Después de una vida al servicio de la profesión y culminada tu etapa como notario en activo, ¿qué te motiva a mantenerte vinculado a la profesión? ¿Qué crees que los notarios jubilados pueden aportar al resto del colectivo?

He de reconocer y, si se me permite, proclamar no solo mi vinculación a la profesión notarial,  sino, sobre ello, mi agradecimiento a la misma y mi satisfacción por haberla ejercido. Entiendo mi vida en función de mi familia y en función de la profesión que he ejercido. Lo que soy y he sido lo debo a mi entorno familiar y al ejercicio de la profesión que elegí y a la que he dedicado mi vida. Por eso es lógica mi vinculación al Notariado, al que seguiré dedicando todos los esfuerzos de que sea capaz, en la medida de mis posibilidades y facultades. El jubilado aporta al colectivo notarial su ciencia, prudencia y experiencia. Y no hay colectivo que pueda prescindir de tan importante aportación. Un elemento añadido más, muy significativo en épocas tan mercantilistas como la actual , es que esta colaboración siempre es desinteresada y se hace por exclusivo amor al oficio. Sería lamentable prescindir de los Notarios jubilados. Mucho más ignorarlos.

 

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