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ENSXXI Nº 13
MAYO - JUNIO 2007

JOSÉ MARÍA MIQUEL
Catedrático de Derecho Civil de la Universidad Autónoma de Madrid

La monografía que lleva por título la rúbrica del presente artículo, ve la luz inmersa en el conjunto de reconocidos títulos que conforman la Colección Biblioteca Jurídica Básica de la Editorial Iustel, que reúne obras de similar factura formal, escritas por prestigiosos especialistas en sus respectivas disciplinas jurídicas. Su autor, Antonio Fernández de Buján, Catedrático de Derecho Romano de la UAM, tiene ya una importante obra científica que se traduce en un Tratado de Derecho Público Romano, con nueve ediciones corregidas y aumentadas -que se ha convertido en un clásico dentro de la manualística-; seis monografías romanísticas; y más de ciento veinte estudios publicados en muy distintas sedes científicas, académicas y profesionales, nacionales y extranjeras.
Universitario, por vocación, sus preocupaciones intelectuales no se han circunscrito a estudios de nuestra disciplina, sino que abarcan también otros ámbitos jurídicos, sobre todo de Derecho procesal. Consecuencia de esta dedicación al estudio de esta rama del derecho -con más de cuarenta publicaciones, entre las que se cuentan cuatro monografías, sobre derecho procesal romano y vigente- ha sido su nombramiento, hace cuatro años, como Vocal de la Comisión General de Codificación y Ponente de Proyecto de Ley de Jurisdicción Voluntaria, en la actualidad en periodo de enmiendas en el seno de la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados. Tres recientes artículos científicos reflejan especialmente su intensa contribución al referido Proyecto de Ley: Observaciones al Proyecto de Jurisdicción Voluntaria 2006, (I y II), publicados en la Revista Ley de fechas 27 y 28 de noviembre 2006 y El Notario como órgano de la Jurisdicción Voluntaria en el Proyecto de Ley de octubre de 2006, El Notario del siglo XXI, nº 11, enero-febrero de 2007. Su última aportación a la materia es la monografía que publicada en la editorial Iustel lleva por título: Hacia una Teoría General de la Jurisdicción Voluntaria.

Desde esta sólida formación procesalista romana, histórica y actual, la obra que recensionamos constituye, a nuestro juicio, una esencialización destinada a la lectura de todo estudioso de derecho procesal que tiene la virtualidad de sintetizar lo extenso y simplificar lo problemático, de acuerdo con el espíritu que traspasa el sentido de la colección en la que resulta publicada.  

"Fernández de Buján ha conseguido ofrecer una obra precisa, clara -fluida y amena-, sistemática y, con un importante valor actual. Con ella demuestra, de nuevo, el valor y la vigencia de ese legado histórico que es el Derecho Romano y que constituye sustento basilar del derecho vigente"

La obra presenta las siguientes características que, al propio tiempo, se convierten en sus principales virtualidades: su visión panorámica, su precisión, su claridad y su sistemática. Todo ello, envuelto en una impecable presentación, sería ya suficiente para reconocer su valioso contendido. Pero entiendo que el presente estudio posee un valor añadido, y es su proyección continua sobre el derecho procesal vigente, lo que hace que tenga un indudable valor actual acerca de las nociones fundamentales y los pilares básicos que conforman la evolución histórica y la configuración jurídica del proceso civil y del arbitraje en Roma.
Paso a glosar cada una de estas características, tan difíciles de reunir y conjugar, en cualquier escrito científico, a los efectos de ilustrar al lector, y al tiempo animarle a adentrarse en su personal lectura.   
Su visión panorámica. En el momento presente, cuando la investigación científica exige una especialización en aumento y cuando el cultivo del saber obliga a acotar de forma drástica la parcela objeto de nuestro estudio análisis, no es fácil encontrar a un estudioso que se encuentre en condiciones intelectuales de abordar, con seguridad, una visión panorámica de una parte importante del Área de su conocimiento y dedicación científica.
Se hace preciso una formación integral derivada de muchos estudios particulares y de vastas lecturas, para poder situarse en la precisa atalaya que permita dicha visión panorámica. Es, asimismo, difícil encontrar a ese estudioso que, aún con la formación necesaria, se atreva a una tarea de este calado. Esta es la situación que exigía esta obra y también la posición en la que se encontraba quien se responsabiliza de su autoría.
Reconózcasele, pues, en primer lugar, el mérito que tiene al realizar una exposición general que ofrece al especialista, y al jurista culto, una visión global sobre la materia procesal. Concebido el Derecho Romano como un sistema de acciones, el estudio del proceso es, especialmente, complejo por su carácter evolutivo y por los abundantes estudios dedicados por la ciencia romanística, clásica y contemporánea, contenidos en artículos científicos dedicados a determinados y concretos aspectos particulares y problemáticos. A ellos han dedicado sus mejores esfuerzos, los más prestigiosos romanistas y, sobre ellos, se han abierto, y continúan abriéndose, continuamente, las más intrincadas cuestiones. Desde este particularismo, comparece en esta obra la globalidad. Estamos ante un libro producto o precipitado de muchos estudios y, por ello, capaz abordar ese enfoque amplio y ese planteamiento general presentando al tiempo originalidad de resultados en muchos de sus contenidos.

"Especial referencia merece el tratamiento de la jurisdicción voluntaria, institución respecto de la que el autor puede considerarse la máxima autoridad en la romanística, y tiene publicada una monografía específica y cinco artículos en el ámbito del Derecho Romano"

Su precisión y claridad. La obra se escribe y se ofrece desde el rigor que exige todo escrito científico. Su elegante y cuidado estilo literario, prueba el dominio que el A. tiene del lenguaje. No es posible la exposición científica sin la utilización de un lenguaje preciso. Su pericia expresiva y su riqueza lexicográfica son también sus virtudes. La preceptiva interrelación entre fondo o contenido y forma o escritura se encuentra así, sin duda, plenamente alcanzada. Quizás de ese mismo rigor, deriva la evidente utilidad que presenta la obra. Precisión y utilidad convierten a esta una obra sustanciosa en un libro en el que la prudencia jurídica se envuelve en el buen decir.
Suele afirmarse que los universitarios sabemos en la medida de que lo que sabemos, lo sabemos trasmitir. Esta transmisión será por escrito destinado, normalmente, a iniciados o a especialistas avezados, o podrá ser una transmisión oral, efectuada desde nuestra indeclinable función docente ejercida en las tarimas de las aulas universitarias. Es de sobra conocida la capacidad de transmisión del A. en la doble vertiente referida.
Su cuidada escritura y redacción provocan que posea la capacidad de transmitir, con simplicidad, el complejo caudal de contenidos que conciernen a la jurisdicción y el arbitraje. Debe destacarse, también, su habilidad para la delimitación y la definición de las diferentes categorías expuestas que, normalmente, proceden de un histórico y problemático debate doctrinal. La obra se presenta, pues, con excepcional fluidez. La exposición se desarrolla con un preconcebido orden natural, en el cual cada uno de los saberes va siendo explicado, gradualmente, de tal forma que su lectura resulta inteligible y provechosa sin dejar de ser cómoda por sencilla.
Su sistemática. También debe destacarse su cuidada estructura. En primer lugar, la obra ofrece una correcta selección de temas engranados en un sistema que da lugar a una conjunción armónica de los componentes de un todo unitario. En su índice se observa una distribución de temas en adecuada estructura subordinada y orden interno.

"Concebido el Derecho Romano como un sistema de acciones, el estudio del proceso es, especialmente, complejo por su carácter evolutivo y por los abundantes estudios contenidos en artículos científicos dedicados a determinados y concretos aspectos particulares y problemáticos"

En el primero de los capítulos se analiza el contenido de la iurisdictio y las etapas históricas del proceso. Destaca el análisis doctrinal realizado por el A., y la síntesis de las posiciones principales de los autores que han sentado doctrina, tales como: Luzzatto, Lauria, De Martino o Pugliese, entre otros autores.
Especial referencia merece el tratamiento de la jurisdicción voluntaria, institución respecto de la que el autor puede considerarse la máxima autoridad en la romanística, tiene publicada una monografía específica y cinco artículos en el ámbito del Derecho Romano. Por su parte en Derecho procesal vigente son más de treinta las publicaciones al respecto que se contienen en las más prestigiosas revistas profesionales y científicas. Así, en entre otras en: La Ley, Actualidad Civil, Revista de Estudios Jurídicos del Ministerio de Justicia, El Derecho de los Negocios, Revista Jurídica de la UAM, Otrosí, El Notario del Siglo XXI,  Economist and Iuris…etc.
El capítulo segundo, analiza los órganos jurisdiccionales y judiciales en la administración de justicia. Se detiene, especialmente, en el análisis del sistema de elección de jueces, de los fueros y del asesoramiento de los órganos jurisdiccionales.
Los capítulos tercero y cuarto analizan las legis actiones y el proceso per formulas poniendo de manifiesto la presencia en los mismos de los principios de publicidad, inmediación, concentración, brevedad y presencia judicial; la posible defensa de los advocati en las causas criminales; la libre valoración de la prueba y el carácter formal de la cosa juzgada. El análisis pormenorizado que se dedica a las acciones basadas en la buena fe solo han podido escribirse desde el estudio particular del A. en estudios publicados sobre los iudicia bonae fidei civiles.  
El capítulo V se dedica a la cognitio extraordinaria está escrito. De él sobresale la originalidad en el tratamiento que realiza de los documentos tabeliónicos que es, obviamente, una vez más, fruto granado de anteriores investigaciones específicas del A. sobre la materia. Concluye el capítulo con un estudio de los procesos especiales, sumarios y por rescripto, de la jurisdicción eclesiástica y de la protección pretoria extraprocesal.
Al Arbitraje se le dedica el siguiente capítulo que, a mi juicio, constituye, al tiempo que el tratamiento de la jurisdicción voluntaria, uno de los contenidos más relevantes en aportación personal del A. No en vano, de nuevo, debe decirse que es autor de un estimable conjunto de artículos científicos publicados sobre la materia. Así, entre otros, recordamos: De los arbitria bonae fides pretorios a los iudicia bonae fidei civiles; Carácter contractual del arbitraje; Contribución al estudio histórico del arbitraje”, Arbitraje.
Su conocimiento del tema le ha llevado también a realizar el estudio preliminar del Anuario de Justicia Alternativa dedicado, monográficamente, al Derecho Arbitral. Reconocimiento de su autoridad en la materia es, asimismo, la elogiosa cita incluida por Evelio Verdera en su Discurso de Ingreso en la Academia de Jurisprudencia y  Legislación. Con estos antecedentes se comprende el magnífico tratamiento del tema.

"Consecuencia de la dedicación al estudio de esta rama del derecho -con más de cuarenta publicaciones sobre derecho procesal romano y vigente- ha sido su nombramiento, hace cuatro años, como Vocal de la Comisión General de Codificación y Ponente de Proyecto de Ley de Jurisdicción Voluntaria"

Su valor actual. Esta nota que, traspasa toda la obra, deriva de su preocupación por la exposición del proceso romano en consonancia y correlación expositiva con el proceso civil moderno. Su exposición es, a un tiempo, rigurosa en su realidad histórica y pragmática en su contraste con la realidad presente. La obra es un reflejo de su dedicación al estudio de la jurisdicción, desde las concreciones romanas a las realidades presentes. De este tipo de exposiciones contrastadas estaba ayuna la doctrina procesalista romana y moderna. Logra así, en mi opinión, hacerse asequible no sólo a los estudiosos, sino también a los operadores prácticos del Derecho  
Su preocupación por vincular el Derecho Romano con los estudios de derecho vigente, ha hecho útiles muchas de sus investigaciones en Derecho Público Romano en general y en Derecho Administrativo Romano y Derecho Procesal Romano en particular. En esta obra se comprueba cómo las construcciones procesales romanas han sido asumidas por la doctrina procesalista moderna, aún sin darse ser consciente de ello. La exposición de los principios procesales romanos con terminología actual prueba el conocimiento de la perspectiva procesal moderna.
En suma, Antonio Fernández de Buján ha conseguido ofrecer una obra precisa, clara -fluida y amena-, sistemática y, con un importante valor actual. Con ella demuestra, de nuevo, el valor y la vigencia de ese legado histórico que es el Derecho Romano y que constituye sustento basilar del derecho vigente. Su lectura, además de proporcionarme deleite, ha alumbrado no pocos temas complejos. Me resta, pues,  subrayar que su A. nos ha proporcionado un magnífico Compendio que, al tiempo, contiene valiosas aportaciones al descubrimiento, siempre inacabado, del Derecho procesal romano.

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