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ENSXXI Nº 14
JULIO - AGOSTO 2007

Conferencia dictada por Antonio Pérez Sanz, antiguo Decano y presidente del Consejo General

El día 12 de abril, con muy nutrida asistencia que llenó los salones del Colegio Notarial de Madrid, el notario, antiguo Decano y presidente del Consejo General del Notariado, Antonio Pérez Sanz, dictó una interesante y erudita conferencia sobre el edificio de la calle Juan de Mena, que es sede del Colegio y de la Academia Matritense del Notariado. 

Madrid, Redacción.-
Comenzó Pérez Sanz su exposición recordando que el Notariado madrileño y las Corporaciones que lo agrupaban y representaban tienen una larga historia y tradición, pero que su configuración actual unitaria es fruto de la ley del Notariado de 28 de mayo de 1.862  La propia ley establece la organización corporativa sobre la base de Colegios de Notarios,que existirían en los puntos donde residiera Audiencia Territorial, adscribiendo a cada uno de esos colegios los Notarios de las provincias comprendidas en el territorio de las respectivas Audiencias. Por lo que respecta a Madrid se especificó que el cabildo de escribanos de número y de provincia de la corte se refundiría en el colegio de notarios de Reinos, desde entonces llamado "Colegio de Notarios de Madrid".
Al frente del Colegio se forma una junta interina de gobierno, cuyo presidente se llamará Decano, ocupando este cargo provisionalmente Don José Miguel Martínez, quien verá confirmada su designación en las primeras elecciones que se celebran en 1863.
Este Colegio de Notarios de Madrid necesitaba una base física ,un local donde instalar sus oficinas y que sirviera de punto de reunión a los Notarios del territorio, "un centro común, donde se creen todos los elementos necesarios al estado actual de la facultad, y se anuden e intimen las relaciones de los Notarios entre sí", según consta en los escritos de la época.  La solución inicial será buscar, en régimen de arriendo, ese local adecuado. El primero de que tenemos noticias, estaba en la calle de la Cruz número 42, cuarto entresuelo, trasladándose después de la Ley del Notariado, en 15 junio de 1.862, ya como Colegio Notarial del Territorio de Madrid, a la calle de Alcalá número 10, cuarto principal, local que debía ser amplio pues no solo albergaba las oficinas sino que en él se celebraban las sesiones académicas e incluso se propuso celebrar allí las subastas extrajudiciales. Se trasladó, nuevamente, a la calle San Martín, casa número 8 nuevo, cuarto principal a la derecha y  finalmente a la calle Toledo número 42.
La relevancia social del Colegio y sin duda también, sus posibilidades económicas, determinan que se piense en la  compra de un edificio. A este respecto, el  reglamento de régimen interior del Colegio, aprobado por la Junta General de fecha 29 de octubre de 1.876 contiene un art. 6 que dice textualmente: "Las Oficinas del Colegio se establecerán, tan luego como sea posible, en casa propia del mismo" .

"El comedor es una estancia magnífica de estilo neogótico, con una importante chimenea y a sus lados dos aparadores grandes rematados por sendas sargas, ambas pintadas al temple. El friso de las paredes del comedor es igualmente de madera de nogal tallada"

Ejecutando ese mandato,  por escritura de fecha 11 de abril de 1.878 el que ya se denomina "Colegio Notarial de Madrid" compra a la Real e Ilustre Archicofradía de San Miguel, Santa Cruz, Santos Justos y Pastor y San Millán , de la Villa de Madrid el edificio situado en la calle de la Bolsa, antes Plaza de la Leña, número 14. La escritura la autorizó el Notario Don Mariano García Sancha, siendo Decano Don Pablo de la Lastra y Candelas y , según ella, la finca constaba de planta sótano, baja, entresuelo  interior, piso principal, segundo y sotabanco, distribuida la baja en portal, escalera, una gran pieza o salón de juntas, que antes era sacristía de la Iglesia de Santa Cruz, dos piezas agregadas a esta, con otra en el patio, dos habitaciones que pertenecen al piso principal y las habitaciones del Portero; el entresuelo con dos piezas que estuvieron destinadas para despacho de dicha Parroquial y dos habitaciones vivideras, la principal y segunda en una sola habitación y el sotabanco con otras dos y varias boardillas". La casa perteneció a la Iglesia Parroquial de Santa Cruz de Madrid, y como comprendida en las Leyes Desamortizadoras, fue sacada a subasta yendo finalmente a ser propiedad de la Archicofradía. El precio de la compra del Colegio se estableció en la cantidad de 170.000 pesetas equivalentes a 670.000 reales, pagados al tiempo del otorgamiento de la escritura.
En la elección de este edificio influyó, sin duda, la circunstancia de ser la zona, a la sazón, centro de negocios de la Villa, donde se encontraba el Palacio de los Cinco Gremios Mayores, primera sede del banco de España y la Bolsa de Madrid y quizá también  alguna reminiscencia histórica, pues en la antigua  Plaza de la Leña tuvieron instaladas sus oficinas o puestos los Notarios de Provincia de Madrid. Por último, algo tendrían que ver las estrechas relaciones del Colegio con la Parroquia de Santa Cruz.
El inmueble de la calle de la Bolsa, sin embargo, no debió responder a las aspiraciones y necesidades del Colegio, pues bien pronto se advierten sus limitaciones y deficiencias. El año 1.884, después de reconocer "las malísimas condiciones de larga vida de la antiquísima casa donde actualmente se hallan instaladas las oficinas del Archivo y del Colegio notarial de Madrid, que, aparte del magnífico salón de sesiones, resto artístico de la antigua parroquia de Santa Cruz, no tiene ninguna otra condición que haga interesante su conservación" se somete a estudio de la Comisión de reformas orgánicas del Colegio un proyecto de nuevo edificio para Colegio y Archivo de escrituras públicas en Madrid, sobre las bases de enajenar el edificio de la calle de la Bolsa, comprar un terreno en calle nueva y céntrica, que pueda titularse "Calle del Notariado", y construir un edificio adecuado a las necesidades y categoría del Notariado Madrileño, pretendiendo seguir en éste último sentido el ejemplo del Colegio de Barcelona.
Tendrían que pasar casi cuarenta años para materializar ese propósito, pues hasta el de 1.925, el Colegio sigue en la calle de la Bolsa .

"El Salón Dorado, estilo Luis XVI, responde a la idea de salón principal  de las mansiones palaciegas de la época. Destaca la decoración, con profusión de pinturas ornamentales de influencia clásica. Pero la pieza fundamental es el conjunto de pinturas murales situadas en el techo de la estancia"

En 1.925 se compra el edificio de la calle Juan de Mena 9 que se asienta en un solar de 726,16 metros cuadrados, situado en lo que se denominó el "ensanche de Madrid" y fruto de los planes municipales de ensanche y de las Leyes desamortizadoras de 1.855 y 1.856. Incluido en el Registro de Bienes Nacionales como procedentes del Patrimonio que fué de la Corona, se tramita el expediente de venta en precio de 93.591 pesetas, rematándose en  93.600, a pagar en diez plazos anuales, sin interés, con garantía hipotecaria del precio aplazado a favor del Estado. El adquirente fue Don José Gómez Rodulfo y Yagüe. La escritura se otorga en 12 de diciembre de 1.877, ante el Notario  Don Lope Montalvo Arnáez. El Sr. Gómez Rodolfo venderá su solar a Don Manuel González Longoria  y Cuervo, once años después, el 9 de febrero de 1.888, en escritura que autorizó el Notario  Don Luis González Martínez. En esta segunda venta el precio fue de 163.680,82 pesetas, pagadas en el momento del otorgamiento de la escritura.
Don Manuel González Longoria y Cuervo, promotor del edificio, fué un personaje muy interesante y  notable de la época de la regencia de la Reina María Cristina y primeros años del reinado de Alfonso XIII. Había nacido en Grado, Concejo de Asturias, el año de 1.830. Como tantos asturianos emigró a Cuba y se instaló en Holguín, población del distrito de Santiago de Cuba, donde sin duda prosperó económicamente. En Cuba cimentó su fortuna personal, pero la desarrollaría y acrecentaría a su vuelta a España, en Oviedo y Madrid.
Al regresar el Sr. González Longoria a España se instala en Oviedo, pero pronto pasa comparte residencia y ocupaciones con Madrid, que se convierte en centro de sus relaciones económicas. Asentado en Madrid, compra solares, construye edificios y participa de forma relevante en el mundo financiero y empresarial, orientando progresivamente sus inversiones y actividades   a los negocios bancarios, Formó parte de  Consejos de Administración de importantes Sociedades, de entre las que cito la  Hidráulica de Santillana, y vio culminado su éxito profesional y social en el Banco Español de Crédito, de cuya Sociedad fue el segundo Presidente. También se dedica a la política , pues  fué  elegido en varias legislaturas Diputado por las provincias de Oviedo y Santiago de Cuba , siendo finalmente nombrado Senador vitalicio (por Real Decreto de 27 de febrero de 1.891).
Con tan significado bagaje no es de extrañar su ennoblecimiento, siempre apetecido por quienes por linaje no podían ostentarlo. Este ennoblecimiento lo obtiene por vías familiares ( mediante los matrimonios de sus hijas), y usando de sus  influencias políticas y palaciegas, que determinaron que en 1.895 obtuviera la concesión del título de Marqués de La Rodriga, no a su favor sino, lo que es buena prueba de su valía e influencia, a nombre  de su hijo Manuel González Longoria y Leal, que contaba entonces con 25 años y escasos o nulos méritos para conseguir la distinción. Por tanto, Don Manuel no fué Marqués de la Rodriga. sino su hijo (subrayo esta aclaración, porque normalmente se cita al Marqués de la Rodriga como el promotor del edificio, cuando lo cierto es que lo fue su padre).
Tan relevante situación social requería su manifestación o ,si se prefiere, su ostentación en un edificio adecuado. Para ello compra el solar de Juan de Mena y decide construir un edificio, que se correspondiera con su posición social y patrimonio, que albergaría y daría fuste y tono a la familia.
El edificio que construyó Don Manuel González Longoria no tiene la suntuosidad de alguno de los palacios que se edificaron en aquella época (palacios del Marqués de Salamanca,  palacio de Linares, el del Marqués de Mudela, palacio de Gaviria (1.846), el del Conde La Union de Cuba, el del Duque de Osma, el del Marqués de Cerralbo  y finalmente el Palacio de Longoria, actual sede de la Sociedad General de Autores, en la calle Fernando VI, uno de los escasos edificios modernistas de Madrid, obra del Arquitecto José Grases Riera, construido en 1.903 por encargo de Don Javier González Longoria, sobrino de Don Manuel y financiero como él),  pero  responde a idénticos propósitos y tiene un indudable interés arquitectónico.
Se atiene al esquema palaciego, pero se adapta a la mentalidad del propietario, que sin renunciar al lujo, lo combina con la rentabilidad económica, dedicando una parte del edificio a viviendas destinadas a ser arrendadas y situando en la casa principal su propio despacho y estancias accesorias para atender sus negocios, con lo que limitaba a la planta principal su  zona de representación.
El Arquitecto del inmueble fue Don José Marañón Gómez Acebo, quien Arquitecto se adscribió a una modalidad constructiva que, procediendo originariamente de las teorías neo-medievalistas, llegó a crear en Madrid una formulación realmente autónoma. Ha sido autor de varios edificios,  viviendas en las calles de Juan de Mena,  Ruiz de Alarcón, Cedaceros, Los Madrazo, las casa-palacio de la Marquesa de Bellamar, del Conde de Vistahermosa y del Barón de Montevillena y el Hospital de la Cruz Roja de la Avenida de la Reina Victoria.
El edificio proyectado y ejecutado por Marañón ha sido calificado por  el Colegio de Arquitectos de Madrid como obra  notabilísima y de él  nos dice : "se dan cita los habituales recursos proyectuales del Arquitecto, muros de ladrillo visto sobre zócalo de cantería granítica, ménsulas, repisas, jambas, dinteles y algunos antepechos de la planta principal, incluido el de coronación de la puerta a Juan de Mena, de piedra blanca; cuerpo de miradores  superpuestos de hierro y cristal, adaptados a la forma circular del chaflán, y alero volado de canecillos de madera que integra el conjunto". Su estilo es ecléctico, como toda la obra de este arquitecto, aunque aquí con referencia al neorrenacimiento italiano, observable en algunos detalles ornamentales". Responde a una tendencia seguida por la arquitectura madrileña a partir de 1.874, basada en el empleo estilístico y constructivo del ladrillo y en el "revival" neo-mudéjar.
Marañón basa su fachada exterior  en el ladrillo, pero la enriquece con el zócalo de cantería granítica y con dinteles de piedra blanca, así como con los cuerpos de miradores superpuestos adaptados a la forma circular del chaflán. En su interior el edificio se organiza  en dos zonas, con accesos independientes.
Una primera se destina a viviendas con  portal y entrada por la calle Ruiz de Alarcón,  y se desarrolla en dos plantas,  entonces  llamadas  primera y segunda, comprendiendo  dos viviendas en cada  planta,  y una planta de buhardillas en la que se ubicó más adelante un estudio de pintor, comunicadas todas ellas por una escalera interior que también se usaba para el servicio de los Sres. González Longoria. Parte del sótano del inmueble tenía acceso propio y directo desde la calle Ruiz de Alarcón y debía comprender un local que se destinó también ser arrendado.

"Por escritura de 11 abril de 1878 el que ya se denomina 'Colegio Notarial de Madrid' compró a la Real e Ilustre Archicofradía de San Miguel el edificio situado en la calle de la Bolsa número 14. El precio se estableció en la cantidad de 170.000 pesetas equivalentes a 670.000 reales"

La parte principal es la destinada a Casa-palacio de la familia González Longoria, y tiene su entrada por la calle Juan de Mena, mediante la portada con arco de medio punto, enmarcada por columnas de orden corintio sobre pedestales , extradós decorado con motivos geométricos y balcón de remate con balaustres y ménsulas de piedra. La puerta de madera de la entrada es la que hoy se conserva,  como se conserva sin grandes modificaciones la parte del portal que da acceso al patio central, que serviría de paso a las cocheras y cuadras y dependencias del sótano
De esta segunda zona del portal, que en la documentación del Colegio se llama posportal, parten las dos magníficas escaleras, ambas de mármol, que hoy existen y que comunicaban la planta baja con las dos plantas superiores que ocupaba la casa.
Estas escaleras constituían el gran recibidor a la casa, espacio magnificente y teatral que constituye la primera impresión del visitante del palacio. A la escalera podía llegarse bien a pie o bien en coche de caballos, continuando los carruajes su camino  hasta las caballerizas , a través de la puerta que da acceso al patio. Presumiblemente la planta entresuelo la utilizó Don Manuel como despacho y oficina en la que controlaba y desarrollaba sus negocios.
Continuando esta última escalera  se accedía a la planta  principal, que constituyó la morada-palacio familiar, con distribución y características parecidas  a las de similares palacios de la época. La escalera nos conduce a un recibidor, amplia sala de marcado estilo "neoclásico" cuya máxima decoración radica en el techo, a base de casetones de temática vegetal, de muy delicada ejecución y colorido. Desde esta salita se pasaría a la zona noble de la mansión, integrada por el Salón Dorado, la Salita Circular y el Comedor, estancias que se conservan prácticamente en las mismas condiciones que tuvieron desde que se concluyó la edificación.
El Salón Dorado, estilo Luis XVI, responde fielmente a la idea de salón principal  de las mansiones palaciegas de la época . La chimenea, el mobiliario y sobre todo la decoración responden al esquema. Es de destacar  la decoración de este salón, con profusión de pinturas de carácter ornamental de temática vegetal e influencia clásica, conjunto que aparece enmarcado con molduras y yeserías a base de hojas de acanto, laureles, rosetones, etc. Pero la pieza fundamental de este salón la encontramos en el conjunto de pinturas murales situadas en el techo de la estancia y que voy a comentar seguidamente.
Su autor es Salvador Martínez Cubells, notable pintor nacido en Valencia el 8 de noviembre de 1.845. En 1.869 ganó , por oposición , la plaza de primer restaurador del Museo del Prado, especialidad en la que obtuvo notables éxitos , creando una verdadera escuela de restauración.. Fué elegido Académico de Número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en 1.891. Las pinturas del techo del Salón Dorado por su temática se apartan un tanto de las que caracterizan a su autor. Se trata de una obra de tema mitológico, firmada por Martínez Cubells y realizada al óleo sobre telas pegadas al techo, de grandes dimensiones. Consta de tres piezas independientes.
La mayor y central es de forma rectangular y representa el mito de "Orfeo y Eurídice". En esta obra Martínez-Cubells ha elegido el momento trágico en que Mercurio "encargado de conducir las almas a los infiernos" arrebata a Orfeo a la bella Eurídice "para devolverla al Hades" de donde la había sacado con la condición de no mirarla durante el trayecto a la tierra. Incumplido el pacto, los dioses de los infiernos, la devuelven al Hades donde desaparece para siempre. Tras la tragedia, Orfeo vagó por los bosques de la Tracia contando sus desventuras, donde murió, despedazado por las mujeres tracias, según una versión. Cubells desarrolla el tema sin excesivo dramatismo: nos muestra a un Mercurio varonil y galante, que toma de la mano, de manera delicada, pero con actitud firme, a una sensual y voluptuosa Eurídice, que ,absorta, se despide resignada, para siempre de su esposo. Este, distante y lleno de melancolía, toca su lira como adivinando su sino, girando la cabeza para evitar el dolor que le produce la pérdida irreparable de su amada. En el ángulo inferior de la escena introduce Martínez-Cubells a un angelote, que bien podría tratarse de Cupido, que desesperado huye, ante el fracaso que para el amor representa la escena.
A ambos lados de de obra principal, hay dos pinturas de medio punto, con temas igualmente mitológicos.
A la izquierda de la escena principal aparece Flora, diosa de las flores y de la primavera, representada por una bella mujer con el torso desnudo y actitud reposada que juguetea con una guirnalda de flores, ayudada por un angelote esbozado en el celaje. A la derecha, Gea, diosa que simboliza la tierra, de bello desnudo y actitud majestuosa, recostada sobre el globo terráqueo, muestra su atributo.
En las escenas laterales llama la atención la ejecución del desnudo de medio perfil, de formas redondas y nacaradas carnaciones, así como la gran luminosidad y el bello y suave colorido que nos hablan de un artista enamorado de la luz y la belleza, que se deleita en la ejecución de los paños y que, gracias a su suave y luminosa paleta, consigue bellas calidades de sedas brillantes y fulgurantes rasos.
La salita circular de la rotonda, contigua al "Salón Dorado", es una estancia complementaria del salón principal, estilo Luis XV, decorada con telas y escenas exóticas, en este caso de inspiración china, tan propias de la época en la que también se encuentran  saloncitos similares  de carácter árabe. El techo está decorado con temas vegetales de influencia clásica, similares a los del recibidor, y  que contrastan con las ricas sedas que decoran los paramentos.
A continuación se encuentra el comedor. Resulta una estancia magnífica, por otra parte comparable con la de otros palacios de la época, muy especialmente el comedor del Palacio-Museo del Marqués de Cerralbo. Es de estilo neogótico, compuesto de una importante chimenea y a sus lados dos aparadores grandes con dos cuerpos  tallados en el mismo estilo,  rematados por sendas sargas, una grande y rectangular situada en el extremo de una pared lateral del comedor, y otra, mucho más pequeña, que parece fragmento de una mayor y está colocada a la derecha de la chimenea y sobre el primer balcón que da a la calle. Ambas sargas están pintadas al temple. El friso de las paredes del comedor es igualmente de madera de nogal tallada, y  la parte superior de la pared opuesta a los balcones está decorada con un gran tapiz francés.
Las obras de construcción del edificio se iniciaron en marzo de 1.888 concluyendo en octubre de 1.889, plazo realmente breve si se tiene en cuenta la importancia de la construcción.
El edificio, que en la testamentaría fue valorado en trescientas sesenta mil pesetas (360.000),  se adjudicó al hijo Don Manuel González-Longoria y Leal, Marqués de la Rodriga, título que, como ya he dicho antes, le fué creado y concedido  en 1.895.
El edificio fue adquirido por el Colegio Notarial de Madrid en escritura de fecha 31 de marzo del mismo año, otorgada ante el Notario Don Jesús Coronas y Menéndez Conde, formalizando la venta  los representantes del Marqués de la Rodriga y los del Colegio Notarial de Madrid, cuyo  Decano era , entonces, Don Mateo Azpeitia Esteban. El precio convenido fue  de un millón cien mil pesetas para el inmueble más ciento sesenta y seis mil pesetas el mobiliario.
Dueño ya el Colegio del inmueble, se respetaron los arrendamientos de las viviendas , local y estudio de pintor que comprendían la parte con entrada desde Ruiz de Alarcón y se iniciaron los proyectos para adaptar y acondicionar a las necesidades del Colegio la parte principal que tenía su entrada por la calle Juan de Mena.
El Arquitecto elegido fué Don Vicente Agustí Elguero. Un primer proyecto hacía tabla rasa de lo existente, derribando tabiques y abriendo nuevos huecos para conseguir ubicar los despachos, oficinas, salón de actos, sala de oposiciones y biblioteca. Afortunadamente se impuso el buen sentido y el proyecto definitivo respetó lo que he llamado la zona noble de la casa-palacio, situada en la planta principal, destinando el resto de esta planta a salón de actos y biblioteca , que se acondicionaron en los términos que hoy existen . La planta entresuelo fué dedicada a oficinas del Colegio y Despacho del Decano, éste con su entrada independiente desde el zaguán,  y la Sala de oposiciones, que es la misma que hoy existe como del tercer Tribunal. Se modificó el portal, suprimiendo la zona central de paso de carruajes,  dividiendo e independizando sus dos zonas y dando entrada, por medio de una nueva escalera, hoy cegada, a las oficinas del Colegio, que se situaron en la planta sótano y entresuelo.
Las obras de reforma se iniciaron en agosto del mismo año 1.925, pero se dilataron más de lo previsto, pues la inauguración del Colegio tuvo lugar el 12 de noviembre de 1.927, en sesión solemne con asistencia del Ministro de Justicia, del Obispo de Madrid- Alcalá y otras autoridades.
La Junta Directiva, que tuvo el buen cuidado de conservar el mobiliario y pinturas de la zona noble, se preocupó también de enriquecer el inmueble con alguna obra de arte. Especial interés tienen dos retratos del Rey Alfonso XIII, que presidían el salón actos y el de oposiciones. De ambos se conserva uno, pintado por la escuela de Julio Romero de Torres, habiéndose perdido el otro. De aquella época nos quedan también dos obras del escultor Angel García Díez, ejecutadas en mármol blanco: el escudo notarial instalado en la fachada del edificio y un busto de Joaquín Costa, que hoy se encuentra en el salón de oposiciones principal de la sala primera .
El Colegio llega a nuestros días sin otras mutaciones que las generadas por la anexión de la zona del edificio destinada a arrendamiento y con entrada desde la calle Ruiz de Alarcón, por así requerirlo las necesidades administrativas de la Corporación. Esta anexión se produjo en 1.974, siendo Decano Julio Albi Agero, 
Las obras  consistieron, fundamentalmente,  en retirar de la planta primera las Oficinas del Colegio para instalarlas en la planta tercera. En la planta primera se situaron dos salas de oposiciones y entre ambas el amplio salón recibidor , donde se han colocado los retratos de los Decanos. La planta segunda no se alteró. La planta tercera comprendía las Oficinas del Colegio, Despacho del Decano y Sala de Reuniones de la Junta Directiva. La planta cuarta se cedió, en precario, a la Junta de Decanos y a la Mutualidad Notarial, ocupando la Mutualidad de Empleados el ático. Desde entonces la entrada del Colegio tiene lugar desde la calle Ruiz de Alarcón, reservándose la de la calle Juan de Mena para los actos académicos y de carácter social.
En los años 80, siendo Decano Francisco Núñez Lagos, se realizan algunas obras de consolidación de determinadas zonas del Colegio, que aconsejaron situar la Biblioteca en la planta baja, con entrada desde el portal de Ruiz de Alarcón.
Y llegamos finalmente a las últimas modificaciones. Los traslados de la Junta de Decanos-Consejo General del Notariado y de la Mutualidad Notarial a su sede de la calle Martínez Campos y de la Biblioteca al local de la calle Moreto, han dejado libres los locales que ocupaban. Previas las obras pertinentes, la parte de la planta baja correspondiente a la Biblioteca se dedica a atención al público, oficinas y despachos. La planta cuarta hoy comprende el despacho del Decano, despachos auxiliares y salas de reuniones.
En suma un notable edificio, de indudable mérito artístico y arquitectónico, reflejo de la historia de la Villa de Madrid y adecuado a la propia historia y realidad  del Notariado madrileño.

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