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REVISTA99

ENSXXI Nº 99
SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2021

Por: JOSÉ ARISTÓNICO GARCÍA SÁNCHEZ
Presidente de EL NOTARIO DEL SIGLO XXI


LOS LIBROS

En su nueva obra Anne Applebaum nos avisa de una paulatina deriva política hacia el autoritarismo nacionalista que presagia un inevitable ocaso de la democracia

La hiperpolarización identitaria que producen los credos políticos extremistas son terreno cultivado para la autocracia a veces disfrazada de democracia popular

Aparte mitos quiméricos o utopías soñadoras hay que convenir en que el único sistema político que admite argumentos racionales serios y realistas es la democracia liberal. Su grandeza se extiende a admitir con normalidad en su ideario la defensa de sus contrarios, asumiendo incluso el riesgo de sufrir brotes de irracionalidad.
La caída del muro de Berlín despertó en varios politólogos la ilusión de que se acababa la historia política y alguno como Francis Fukuyama proclamó que no había alternativa ideológica posible a la democracia liberal triunfante.
Todos sabemos que no fue así. Ya Platón en su República nos advertía de que después de una era de libertad se cansarán de ella y darán la bienvenida a la tiranía, lo que en Atenas ocurrió con Pisístrato, porque a la postre el ser humano percibe la libertad como una carga, y la historia ha demostrado que nunca hubo un sistema político duradero, que la rueda política está siempre en movimiento lo que obliga a los ciudadanos a estar ojo avizor.

"La creencia subconsciente de que la democracia liberal una vez lograda es imposible de revertir, es un desatino. Los hechos demuestran con tozudez justamente lo contrario"

También en Occidente. La creencia subconsciente de que la humanidad es una historia de progreso continuo, dando por sentado que la democracia liberal una vez lograda es imposible de revertir, es un desatino. Los hechos demuestran con tozudez justamente lo contrario.
La sociología nos enseña que una tercera parte de la población de cualquier país tiene la denominada predisposición autoritaria, una tendencia a favor de la homogeneidad y el orden, una actitud mental simplista de alergia a los debates políticos de quienes no toleran la complejidad ni la división y prefieren acogerse a un mito salvador encarnado en una idea unitaria y un líder. Y en esa masa informe propensa a cobijarse en el autoritarismo, sea de izquierdas o de derechas, se apoyará el demagogo de turno para socavar la democracia desde dentro mediante una lenta y a veces imperceptible degradación de las instituciones que la sustentan.
Ya no caben los golpes militares. Ahora se trata de arruinar las democracias desde dentro. Hitler, Mussolini, en América Perón, Fujimori, Chávez o Maduro y en cierto modo Trump y de vuelta a Europa Putin, Erdogan y en la propia Unión Europea Orban en Hungría o Kaczynski en Polonia, etc. Y se podrían citar más.

"Una tercera parte de la población de cualquier país tiene la denominada predisposición autoritaria, una tendencia a favor de la homogeneidad y el orden, prefieren acogerse a un mito salvador encarnado en una idea unitaria y un líder"

Son muchos los estudios sobre la idiosincrasia de los autócratas y sobre sus pautas para quebrar las democracias y conseguir el poder: denostar el sistema de corrupto y podrido, erosionar a sus árbitros en especial la judicatura y los medios de comunicación, inventar un enemigo exterior, etc., fomentando la polarización identitaria en torno a un mito, antes religioso hoy nacionalista. Y primera reflexión: ¿Cómo se define lo que es una nación? ¿Quien la define? Casi todos los estudios concluyen con pronóstico pesimista.
No hace poco los profesores de Harvard Levitsky y Ziblatt daban un toque de corneta al mundo entero avisando de la fragilidad de las democracias siempre expuestas a recibir de sus oponentes cargas, aparentemente inocuas, de efecto retardado que estallarán con estrépito después conduciéndolas a su desaparición. Cómo mueren las democracias se titula su ensayo.JAGS 1
Y similar tinte pesimista desprende la última obra de Anne Applebaum, Premio Pulitzer, El ocaso de la democracia (Ed. Debate, mayo 2021) que analiza el creciente acoso del autoritarismo a las democracias liberales de Occidente que puede llegar a hacerlas desaparecer.Applebaum es norteamericana, está casada con un importante político polaco, vive en Polonia desde 1988 con largos períodos en Londres y Washington, ha escrito libros de historia reciente, El telón de acero, Gulag, Hambruna roja… y es profesora de London School of Economics y columnista de importantes periódicos británicos y norteamericanos como The Washington Post, The Daily Telegraph o The Spectator del que fue subdirectora.

"La polarización identitaria en torno a un mito, antes religioso hoy nacionalista. Y primera reflexión: ¿cómo se define lo que es una nación? ¿Quien la define?"

En su nueva obra hace un análisis sagaz de la paulatina deriva política de las democracias hacia el autoritarismo nacionalista, más gruesa en Hungría y Polonia, más sutil en actitudes de Johnson y Trump en Inglaterra y Estados Unidos, pero del cúmulo de todas ellas abstrae un perturbador patrón de coincidencias que conduce al desánimo agorando un inevitable ocaso de la democracia. Ya no se trata de una remoción por la fuerza, sino de una sutil erosión continuada de las instituciones que la sostienen requisando el poder que en cada una se ha delegado. También nos descubre el consabido proceso de erosión: acusar de corrupción al sistema y de podrida a la casta de los políticos, buscar un enemigo exterior que aglutine, rechazar la meritocracia y premiar la lealtad inquebrantable, etc. Pero también añade otras reflexiones interesantes.
Una es la pequeña mentira como símbolo aglutinador. Hoy nadie aceptaría la GRAN MENTIRA que denunciaron en la posguerra mundial Orwell y Koestler de los grandes sistemas ideológicos comunista y fascista, ya en el descrédito más absoluto. Pero en el siglo XXI no es necesaria una construcción ideológica compacta, basta una realidad alternativa de las pequeñas cosas que puede desarrollarse de forma espontánea o formularse mediante campañas prediseñadas en las redes sociales, lo que se ha dado en llamar mentira mediana, como la insidia de Trump de que Obama no nació en EEUU, o las teorías conspiranoicas en Hungría de que George Soros planea el complot judío de reemplazar a los europeos cristianos por migrantes musulmanes o en Polonia la de que un complot ruso derribó al avión del Presidente en Smolensk en 1910, etc., por poner solo tres casos en que la mentira mediana ha funcionado paladinamente.

"Hoy en las redes sociales, de forma anónima e impune, se pueden propagar relatos tendenciosos y falaces construidos intencionadamente que inspiran en la gente más confianza que los medios oficiales, porque los propios algoritmos de las redes fomentan las falsas percepciones y levantan emociones primarias"

Hoy en las redes sociales, de forma anónima e impune, se pueden propagar relatos tendenciosos y falaces construidos intencionadamente y propagados por graciosos o irónicos que inspiran en la gente más confianza que los medios oficiales, porque los propios algoritmos de las redes fomentan las falsas percepciones y levantan emociones primarias como la ira o el miedo. Una teoría conspiranoica difundida sigilosamente puede conseguir más prestigio que la contraria, real, difundida oficialmente, si se insinúa un interés partidista oculto, lo que vuelve a constituir otro serio peligro para la democracia. (Curiosamente Applebaum cita como prototipo de empresa dedicada a este análisis a una con sede en Madrid, Alto Analytics especializada en aplicar inteligencia artificial al análisis de los datos que aparecen en las conversaciones a través de Twitter, Facebook, Youtube, Instagram…, etc., que clasifican y pueden modular campañas transfronterizas).JAGS 2
Sugestivo es también el análisis que Anne Applebaum hace de la nostalgia no en su vertiente reflexiva del que añora el pasado y sueña con él aunque sabe que no puede volver, sino en su vertiente restauradora que los políticos utilizan para crear mitos y proyectos políticos nacionalistas, en general acompañados de teorías conspiranoicas o fabulaciones. Ejemplo paladino en la historia actual de Gran Bretaña: su propensión al risorgimento y la independencia británicas con trasfondo racial que cristalizó a base de medias verdades en el Brexit orquestado por Boris Johnson, al que pone por cierto de vuelta y media tachándole de narcisista, perezoso, fabulador, mentiroso y cruel nada menos. Una estampa a la que solo se acerca en su imaginario crítico la semblanza que de Orban hace en su texto.

"Los debates, la disensión pública continuada, inquieta, incluso irrita a la población, lo que explica que muchas revoluciones, liberales o demócratas, empezando por la de 1789, terminan en dictaduras aplaudidas por los mismos que habían promovido aquella"

Pero el mas esclarecedor de sus argumentos sobre el declive de las democracias resulta de su validación de un hallazgo de la socióloga Karen Stenner, las predisposiciones autoritarias de las masas que podrían levantar revoluciones políticas en este mundo transformado del siglo XXI. Es su tesis central proclamada en el subtítulo de su obra: La seducción del autoritarismo, la atracción de las masas por el caudillismo, ese liderazgo ciego que colma sus ansias de unidad y simplicidad, que las hace sentirse más protegidas y seguras y termina por ser la causa de la polarización en una sociedad unida por un solo relato. Los debates, la disensión pública continuada, inquieta, incluso irrita a la población, lo que explica que muchas revoluciones, liberales o demócratas, empezando por la de 1789, terminan en dictaduras aplaudidas por los mismos que las habían promovido. Y ello tiene una explicación que ya adelantó Isaiah Berlin: el debate es inevitable en libertad. Y lo es porque no todas las aspiraciones o ideales del hombre son compatibles: la justicia, la eficiencia, la libertad, la igualdad, las necesidades del individuo y las del grupo empujan a veces a los hombres en direcciones opuestas, lo que obliga a admitir que la realización plena, ideal o total, del hombre, contiene en sí una contradicción formal, es una quimera metafísica, lo que aboca necesariamente a la disensión y el debate permanente. Ahí reside la atracción del relato único, de la idea única, de la bandera polarizada que enarbolan todos los populistas denostando al tiempo como enemigos, aunque sea mediante alguna falsa verdad, a los que se cobijan en el polo opuesto, generándose así un hiperpartidismo sectario y polarizado que no admite la neutralidad porque tampoco admite instituciones no partidistas.

"El debate es inevitable en libertad porque las necesidades del individuo y las del grupo empujan a veces a los hombres en direcciones opuestas, lo que aboca necesariamente a la disensión y el debate permanente"

La situación es inquietante. Aumentan los populismos y también tratan de agruparse. Viktor Orban acaba de constituir una Internacional nacionalista y populista, democracia iliberal la llama. Se agrupan en torno a temas recurrentes, la oposición a la insurrección musulmana, cosmovisión religiosa conservadora, a veces la oposición a la Unión Europea, etc. Ya se han unido los polacos conservadores y la extrema derecha de Salvini. Tratan de atraer a los partidos nacionalistas y xenófobos de Europa, confían en la vuelta de Trump y no rechazarían a la izquierda populista en su caso.
Porque debemos poner sobre el tapete que las técnicas para derribar la democracia liberal desde la izquierda, críticas al sistema, Parlamento y casta política siempre corruptas hasta la médula (Noam Chomsky dixit), o desde la derecha, depravación moral, declive de la raza, laicismo, etc., se terminan fusionando. Así lo recuerda Rob Riemen en su magnífico ensayo Nobleza de espíritu (Taurus, 2017) comentando la conocida sentencia de Raymond Aron de que unos y otros, fascistas de salón y apóstoles intelectuales de la utopía comunista, creyeron su deber buscar justificación a los desmanes execrables de los métodos de sus Hombres de Acción, y pensaban que lo habían encontrado condenando sin piedad las deficiencias de la democracia.

"La democracia tiene ínsita, como se ha indicado, una contradictio in terminis, un imposible metafísico y sin nobleza de espíritu la democracia sucumbe ante su propia libertad"

Trump en su campaña ya se sirvió de ambos argumentos. No le importó mezclar sus discursos sobre su aversión a un establishment podrido propio de la izquierda y su desesperación farisaica por la situación moral que pregona la derecha, siempre ocultando esa carga de cinismo que no le impide ciertos negocios o romper las reglas del juego llegado el caso para derrocar a los malvados. Como hacen todos los demás, dice, justificando así la hipócrita teoría de la equivalencia moral bajo la que subyace la creencia, familiar a todos los autócratas, de que la democracia no es distinta a la autocracia.
No es nada nuevo. La historia es circular… ¿Será la hiperpolarización actual solo un episodio más en la evolución cíclica inexorable de la historia? El acceso al poder de demagogos y populistas, la creciente deriva autoritaria de líderes que tratan de confiscar el poder interviniendo en los órganos que deben equilibrarlo, jueces, fiscalía, información, prensa, Consejos y Tribunales administrativos, y la manipulación tendenciosa de las redes sociales para difundir falsas o medias verdades -mentiras medianas- están alarmando a los analistas por el precipitado declive al que se abocan las democracias occidentales, son malos síntomas. Applebaum teme que la quiebra sea inminente y así lo da a entender el título de la obra, ocaso de la democracia y sobre todo el subtítulo, la seducción del autoritarismo.

"Puede afirmarse que las enfermedades de la democracia solo se curan con más democracia"

Pero venturosamente no todos los augures participan de esta idea. La mayoría rebajan visión tan pesimista aunque todos, eso sí, proponen estar alerta y activar la desconfianza ante cualquier intento de requisa del poder o suspensión de los resortes de autodefensa del sistema democrático.
La democracia está siempre en peligro, el populismo y el nacionalismo esconden un engaño peligroso, y la superpolarización identitaria que producen los credos políticos extremistas son terreno cultivado para la autocracia antidemocrática, a veces disfrazada de democracia popular, como ya advirtió Hannah Arendt (Verdad y mentira en la política).
La democracia tiene ínsita, como se ha indicado, una contradictio in terminis, un imposible metafísico, y sin nobleza de espíritu, recuerda Rob Riemen en la obra citada, la democracia sucumbe ante su propia libertad. Pero tiene también la fuerza de los valores acrisolados por una civilización, la occidental, que nunca permitirá dejarse ahogar por autócratas que enarbolan credos identitarios polarizados. Y al igual que el cuerpo humano está diseñado para curarse a sí mismo, puede afirmarse que las enfermedades de la democracia solo se curan con más democracia.

Abogado de la guarda

JAGS 3No hace mucho, en su nº 94, esta Revista se hacía eco de una publicación, Notario de guardia, en la que dos abogados ilustrados y diligentes recogían anécdotas e historias peculiares ocurridas en las notarías que sorprendieron e hicieron sonreír a sus lectores. Otro prestigioso abogado, que ha dirigido profesionalmente innumerables procedimientos civiles y penales de los asuntos de mayor trascendencia y ha asesorado e intervenido en diferentes Consejos de Empresa de máximo nivel, José María Stampa Casas, ha publicado una réplica de otra densidad en el campo de la abogacía liberal, dejándonos además al descubierto, a través de anécdotas pasmosas y episodios insólitos de su quehacer profesional, entresijos pintorescos y no siempre conocidos ni imaginados del ejercicio liberal de la abogacía.
Haciendo un guiño a la función tutelar o protectora sobre su cliente lo ha titulado con socarronería El abogado de la guarda (Editorial Comares, 2021), y en él, con un gracejo y soltura literaria inusuales, nos relata desde dentro insólitas historias, increíblemente reales aunque cueste trabajo aceptarlo, en las que de visu y auditu participó y de las que prudentemente ha eliminado los nombres aunque a veces el lector puede creer adivinarlos.
Nunca se le borrará la sonrisa al lector ante la perspectiva divertida desde la que el autor enjuicia situaciones y personajes, ni acabará su asombro ante los insólitos e increíbles relatos que nos ofrece. No hay crítica acerba, solo fina ironía al irnos descubriendo la etopeya particular del abogado liberal en faena, a través de las reflexiones con las que, en connivencia secreta con el lector, glosa mentalmente cada trance, cómico o trágico, de estas historias. La narración rebosa interés, concisión y gracejo urbano, ese gracejo que, como aconsejaba Hartzenbusch, agrada más cuanto más al descuido se vierte.

Todo sobre el testamento de Isabel la Católica

JAGS 4No podemos dejar de lado la publicación por la Fundación Matritense del Notariado de un nuevo libro, seguro que determinante, sobre la sucesión de la reina Isabel de Castilla. Se titula La sucesión testada de Isabel la Católica y su autor es un notario culto e ilustrado, Alberto Sáenz de Santa María Vierna.
La obra, técnica, sólida y fundada, estudia testamento y codicilo de la Reina Isabel, investiga sobre su ejecución, y hace un interesante paralelismo de la realidad jurídica castellana y sus instituciones sucesorias en 1504 con la actual, quinientos años después. Es una investigación concienzuda y con aires de definitiva. La obra ha merecido el Premio Juan B. Vallet de Goytisolo de Derecho de Sucesiones.

Acta previa matrimonial

Casi al tiempo que entra en vigor en su integridad la Ley del Registro Civil, el día 30 de abril de 2021, el notario de Madrid Fernando José Rivero Sánchez-Covisa publicaba una obra excelente Acta previa matrimonial (Ed. Basconfer, 2021) promovida por la Fundación Notariado y prologada por el Decano Jose Ángel Martínez Sanchiz, que puede considerarse la auténtica y genuina explicación, justificación y modelo de ejecución de una ley que por fin conforma el expediente matrimonial tramitado de principio a fin en las notarías.
Su autor, un notario ilustrado y tenaz que ha intervenido con eficacia y acierto en todas las fases de tramitación de reformas en el Registro civil en la última década, es un auténtico especialista y ha conseguido en tiempo record adelantarse a responder con rigor cualquier pregunta, duda o cuestión que los ejecutores o intérpretes de la ley, notarios, abogados o jueces, pueden plantearse en su aplicación.

 

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