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ENSXXI Nº 28
NOVIEMBRE - DICIEMBRE 2009

JOSÉ LUIS MARTÍNEZ GIL
Notario honorario

Emilio Garrido, nació en la ciudad de Valencia. Pero sus padres se trasladaron a vivir a Onteniente cuando tenía cinco años y allí cursó la enseñanza primaria y los siete años de bachillerato.
El lugar donde se ha vivido la niñez y la adolescencia suele imprimir carácter. En el caso de Emilio su apego a Onteniente es de tal naturaleza que siempre se ha considerado de allí y así lo ha proclamado sin excepción y sin rubor. Muchos de sus amigos más allegados nos enteramos de que había nacido en Valencia con motivo de su jubilación.
Estudió la carrera de Derecho en la Universidad de Valencia e ingresó en el cuerpo notarial en la oposición que se celebró en Barcelona en el año 1959.
Su primera plaza fue Ollería (Valencia); por oposición restringida, fue a Caravaca de la Cruz (Murcia) y en una nueva oposición entre notarios obtuvo la plaza de Játiva, donde estuvo hasta que en el año 1977 en el que, también por oposición entre notarios, vino a Madrid donde ejerció hasta su jubilación.

"De sus conferencias y publicaciones creo que merece ser resaltado, por haber tenido una especial resonancia, la materia relativa a la sociedad de gananciales"

En aquella época no existían oposiciones para obtener el título de notario sino oposiciones a Notarías determinadas. Quizá es algo que los jóvenes actuales no conocen, por lo que no está de más explicarlo un poco. Las vacantes se solicitaban, por su orden, antes de iniciarse la oposición. Por eso, cualquier opositor podía pedir sólo una o alguna de las plazas y desechar las demás, con la consecuencia de que si su puntuación no alcanzaba para obtener la plaza solicitada, no ingresaba en el escalafón.
En realidad se trataba de una posibilidad teórica, que no tenía virtualidad práctica puesto que todos los opositores pedían siempre todas las vacantes.
En las oposiciones entre notarios ocurría lo mismo: Se opositaba a plazas determinadas de primera o segunda categoría. Pero, igualmente, en la práctica los notarios de tercera categoría solicitaban todas las segundas y primeras y los notarios de segunda categoría firmaban todas las plazas de primera. Sin embargo, Emilio Garrido, siendo entonces de segunda categoría, en las oposiciones de 1977 sólo firmó Madrid y Valencia y no incluyó ninguna de las demás primeras. Fue algo realmente atípico y desacostumbrado.
En puestos corporativos, fue tesorero de la Junta Directiva del Colegio Notarial de Valencia y Presidente de la Comisión Auxiliar de la Mutualidad de Empleados. En el Colegio de Madrid fue también tesorero y luego vicedecano.
De sus conferencias y publicaciones creo que merece ser resaltado, por haber tenido una especial resonancia, la materia relativa a la sociedad de gananciales, por la originalidad de su enfoque y por las diferentes perspectivas de sus análisis, desde su naturaleza jurídica hasta el derecho de cada cónyuge sobre los bienes del otro, pasando por la vecindad civil y régimen económico matrimonial y las donaciones de bienes de naturaleza ganancial. También merece singular recuerdo sus estudios en materia de Derecho Mercantil.
Fue colaborador de Manuel de la Cámara, en su Ponencia sobre La Constitución de los Medios de Indivisión en la Propiedad Urbana, en el Congreso Internacional del Notariado celebrado en Montevideo en el año 1969. Y fue Ponente, en el tema Funciones públicas y sociales del notariado, en el Congreso Internacional celebrado en Berlín, 1995.
Formó parte del Tribunal de las oposiciones libres celebradas en Madrid en el año 1974. Y fue Presidente del Tribunal de las Oposiciones, también celebradas en Madrid en el año 1982.
Durante muchos años ha participado en la preparación de dictámenes para el tercer ejercicio de la oposición libre. En muchísimos casos hemos compartido a los mismos opositores y por ello me consta de que todos los que pasaron por su casa guardan el más grato recuerdo de la calidad de sus conocimientos y de su flexibilidad, ajena a todo dogmatismo. Y, desde luego, de su afabilidad en el trato.

"Durante muchos años ha participado en la preparación de dictámenes para el tercer ejercicio de la oposición libre"

Emilio es un gran "inventor" de dictámenes. Tiene para ello un especial talento. En todos los redactados por él se plantean problemas inéditos respecto de las materias más conocidas y aparecen situaciones sorprendentemente ingeniosas. Son dictámenes originales y formativos que exigen un importante esfuerzo de discurrir y razonar.
Emilio ha sido siempre un hombre jurídicamente imaginativo, lo cual se refleja no solo en los dictámenes sino en su ejercicio profesional. Desde sus primeros pasos en el notariado nos sorprendía a los compañeros por el ingenio de las salidas que en muchas ocasiones encontraba para problemas reales del despacho que no tenían un remedio pacífico ni usual.
Mi amistad con Emilio es fraternal desde hace más de cincuenta años. Y como lo conozco muy bien puedo decir que sus rasgos distintivos son afabilidad, sencillez, bondad y honradez en carácter y en el comportamiento. Y eso, según el diccionario de la Real Academia, se llama bonhomía.

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