Menú móvil

El Notario - Cerrar Movil
REVISTA110

ENSXXI Nº 113
ENERO - FEBRERO 2024


HITO RIVAS IN MEMORIAM 

José León-Castro Alonso
Catedrático de Derecho Civil. Universidad de Sevilla

Escribió un día Antonio Machado unos versos que hoy parecen hallar a su mejor y más legítimo destinatario; “¿Murió (Hito Rivas)?, Sólo sabemos que se nos fue por una senda clara, diciéndonos: hacedme, un suelo de labores y esperanzas. Y hacia otra luz más pura, partió el hermano de la luz del alba, del sol, de los talleres, el viejo alegre de la vida santa”.

Pero poco importan ya nuestros más de treinta años de estrecha amistad y compañerismo, desde que allá por 1990 nos conocimos cuando yo me estrenaba en mi primer Tribunal de Oposiciones al Cuerpo de Notarios, cuando hoy estoy para penas solamente. Sin embargo, me piden una semblanza personal del ejemplar marido, padre y profesional que fue Hito y que intentaré llevar torpemente a cabo, siquiera sea haciendo de mi corazón tintero.
Nuestra amistad excedió con creces espacios y tiempos, por eso sé y siento que su vacío es solo un accidente, que el eco de su risa clamará por encima del silencio, que su alegría de siempre acabará derrotando al dolor que hoy me embarga, que solo se ha apeado y desde el cielo nos seguirá enseñando y abrazando. Fueron tantos los ratos de charla, almorzando o cenando en su casa de la calle Velázquez, tapeando con buenas cervezas cerca del Hotel Occidental en Sevilla donde se alojaba el tiempo que sirvió el Registro de Dos Hermanas, comentando sobre el artículo 1255 del Código Civil, o sobre el Real Madrid o el Betis, nuestros dos equipos mutuamente, que los largos ratos se hacían breves minutos.

"Nuestra amistad excedió con creces espacios y tiempos, por eso sé y siento que su vacío es solo un accidente, que el eco de su risa clamará por encima del silencio, que su alegría de siempre acabará derrotando al dolor que hoy me embarga, que solo se ha apeado y desde el cielo nos seguirá enseñando y abrazando"

Profesionalmente (parcela en la que no deseo profundizar por mi incapacidad de estar a su altura) quisiera destacar que si pudieran compendiarse en alguien todas las virtudes que adornan el alma humana, ese compendio tendría nombre, Hito Rivas Martínez. Su generosidad (hasta regalar el más preciado bien de que el hombre dispone, el tiempo), su bonhomía (fruto de la serenidad y la paz interior) y un sentido de la disciplina y un obsesivo esfuerzo por la pulcritud profesional, fueron los baluartes sobre los que se cohonestaban en su día a día los dos grandes pilares del Derecho, la fe pública y la seguridad preventiva en el tráfico jurídico.
Nada más fácil y más difícil al tiempo, que los dogmas con que el mismo Hito definió su profesión cuando en 2019 le fue concedida la distinción de la asociación “Notarios y Registradores”, “la verdad en el concepto, la propiedad en el lenguaje y la severidad en la forma”, para salvar cualquier escollo que las dobles ventas, la venta de cosa ajena, o el peligro de la apariencia pudieran generar. Nada de eso era afirmado gratuitamente, ni a magia alguna era debido. Era simplemente producto de la honestidad, el rigor y la integridad elevadas a su máximo exponente. Por eso puede afirmarse que en Hito se fundieron dos almas en un cuerpo, el corazón de Notario y el rigor del Registrador.
No obstante, sería injusto orillar el hecho de que pocas veces se encontrará en algún texto jurisprudencial alguna cita doctrinal y, no obstante, cual si de Ihering o Savigny se tratara, la Sentencia de la AP de Pontevedra de 12 de febrero de 2015, resolución número 54/2015, entre otras, citaba a Rivas o, mejor se diría, “al Rivas Martínez”, por la luminosidad, claridad, precisión y lógica, como su más sólido argumento.

"Hito definió su profesión como 'la verdad en el concepto, la propiedad en el lenguaje y la severidad en la forma'”

De su inmensa e insuperable aportación doctrinal, únicamente haré mención de sus dos tal vez más grandes obras, Derecho de Sucesiones. Común y foral, Editorial Dykinson, Madrid 2009, tres volúmenes, 4ª edición, 3217 páginas. Luego, tal vez a la vista del panorama político del país *y la proliferación normativa en los territorios forales, redujo sus afanes al Derecho de sucesiones común. Estudios sistemático y jurisprudencial, Tirant lo Blanch, Valencia 2020, 3376 páginas. ¿Qué menos que tras tan titánico esfuerzo, no se le rindiera el más merecido tributo con los Estudios de Derecho Privado en Homenaje a Juan José Rivas Martínez, 2013, dos volúmenes, 1512 páginas, dirigidos por Agustín Pérez Bustamante de Monasterio, en el que tuve el inmenso honor de colaborar, y con la concesión de la Cruz Distinguida de Primera Clase de la Orden de San Raimundo de Peñafort, en septiembre de 1999?
Y es que era tan férrea su vocación, tan ingobernable su entusiasmo que todavía se entregó a su otra gran devoción, la docencia, y aunque jamás faltaran másteres, colaboraciones, conferencias, y cursos, continuaba imponiéndose la obligación de formar a opositores y, si estos faltaban, hasta a sus propios empleados. Decía Dª Inmaculada Espiñeira Soto en su hermosa laudatio con ocasión del meritado premio que su sistema de preparación era el de estudio y acumulación: quince nuevos y repaso; otros quince nuevos y, luego, repaso de los treinta. Y así sucesivamente hasta dominar todo el programa. Creo que se quedó corta. Hito habría impuesto lo que a él mismo se exigía, cien temas semanales y repaso al segundo mes.
A ese talante de humanidad global e integrador, aún debe añadirse su pasión para practicar muy diversos deportes, fútbol, alpinismo, marcha. O para ser Ponente incansable de congresos en Canadá, Holanda, Bolivia, Chile, Colombia, Guatemala, México y en su querida Cuba donde, por cierto, en cada viaje que hacía derrochaba solidaridad y ayuda humanitaria, y de todo lo cual transmitía verdaderas lecciones de Historia de la Hispanidad narrando con verdadero orgullo de ser español la grandiosidad de todo el acontecimiento de “la Conquista”.
A su familia, con mi abrazo más entrañable, les dejo el mensaje con el que casi con absoluta certeza partió Hito, retomando las palabras de D. Antonio Machado con las que empecé estas líneas: “Vivid, la vida sigue, los muertos mueren y las sombras pasan, lleva quien deja y vive el que ha vivido, ¡yunques sonad, enmudeced campanas!”. Hasta siempre, Hito.

HITO RIVAS 2

 

El buen funcionamiento de esta página web depende de la instalación de cookies propias y de terceros con fines técnicos y de análisis de las visitas de la web.
En la web http://www.elnotario.es utilizamos solo las cookies indispensables y evaluamos los datos recabados de forma global para no invadir la privacidad de ningún usuario.
Para saber más puede acceder a toda la información ampliada en nuestra Política de Cookies.
POLÍTICA DE COOKIES Rechazar De acuerdo