
ENSXXI Nº 119
ENERO - FEBRERO 2025
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Confianza, fehaciencia e imparcialidad: cualidades notariales para el mundo virtual

Notario de Madrid
ACTAS NOTARIALES
En la antigua red twitter, ahora X, publiqué hace pocas semanas un mensaje que decía más o menos esto: Hablando de confianza y grandes tecnologías: tiene usted delante dos fotos, p.ej. de una fachada, del mismo día y hora, pero claramente distintas entre sí. Una de ellas validada por un sistema tecnológico, IA o similar. La otra está incorporada a un acta notarial y el notario da fe de su total correspondencia con la realidad… ¿en cuál de las dos confiaría más?
Aunque puede parecerlo, no es una pregunta retórica. Claro que el acta notarial es un producto humano, “artesanal”, podríamos decir, y sujeta a errores; y la tecnología parece asegurarnos precisión y neutralidad robótica. Pero, con todo y con eso, me atrevería a predecir que la mayoría de las personas se sentirían más cómodas y seguras eligiendo el acta notarial.
Empleo el verbo “sentir” con toda la intención. Porque el rapidísimo avance de las tecnologías en el ámbito de la realidad virtual hace que cada vez sea más difícil distinguir entre la realidad y la manipulación. Dentro de poco tiempo será casi imposible saber si una foto o un vídeo refleja algo que ha sucedido fuera del mundo virtual, o es una total invención. Y esto genera un lógico desasosiego y un malestar sostenido.
Así, en una búsqueda sencilla en internet, leemos (1): Un reciente fenómeno es la viralización de videos hiperrealistas generados por IA. La facilidad con la que estos contenidos pueden ser creados, ha puesto al alcance de cualquiera la posibilidad de generar imágenes o videos que imitan la realidad con precisión. Estos videos, conocidos como deepfakes, se han utilizado para recrear discursos falsos de personas conocidas, lo que provoca confusión entre quienes los ven. El riesgo va más allá del entretenimiento: la capacidad de la IA para replicar la voz, el rostro y los gestos de una persona ha generado preocupaciones sobre cómo esta tecnología podría ser utilizada para manipular elecciones, engañar al público y difundir información errónea. En una sociedad donde la inmediatez es la norma, esta falta de certeza sobre lo que es real puede tener grandes consecuencias.
“En el mundo de la comunicación electrónica, internet y las redes sociales, la imparcialidad y la fehaciencia que caracteriza a la función notarial son cualidades extremadamente apreciables, porque hay una enorme carencia de ellas”
Repito la última frase: la falta de certeza sobre lo que es real puede tener grandes consecuencias, y hay preocupaciones, las cuales, probablemente, no harán más que aumentar en el futuro. Sentimos (de nuevo este verbo) una desagradable y a veces angustiosa falta de seguridad en el mundo virtual: ¿esto que veo ha sucedido? ¿esta foto está retocada? ¿esta noticia es real? ¿estoy siendo manipulado? Luchar contra esto puede ser agotador y muy frustrante. Y tener ciertos faros que te proporcionen seguridad, por lo mismo, será cada vez más un tesoro.
Uno de ellos puede ser el Notariado. Es curioso lo que ocurre con la profesión notarial: desde principios del siglo XXI con la regulación de la firma electrónica, y después sucesivamente con otros avances tecnológicos, supuestos profetas anuncian el fin del notario, porque sus funciones las va a desarrollar mejor una tecnología, una máquina o un programa. Lo que ha ocurrido hasta ahora, sin embargo, es todo lo contrario; tenemos más competencias, y más variadas, que a principios de siglo.
Creo que es porque el Notariado es una profesión que actúa en muy diversos planos -autonomía de la voluntad, seguridad jurídica, asesoramiento, imparcialidad, fehaciencia, colaboración intensa con las administraciones, labor de archivero, etc.- y por eso mismo, difíciles de explicar en conjunto, pero todas útiles. Por eso, en cada momento o etapa, alguna o algunas de esas características se activan o destacan con más intensidad.
En el caso del mundo de la comunicación electrónica, internet y las redes sociales, la imparcialidad y la fehaciencia que caracteriza a la función notarial son cualidades extremadamente apreciables, porque hay una enorme carencia de ellas. Poder contar con la actuación de un profesional -en el ámbito de sus competencias- que “las lleve de serie”, es algo muy positivo para la sociedad. Porque tengo la convicción de que, a medida que avance la tecnología, vamos a ser útiles en aspectos que ahora mismo no imaginamos.
“Un acta notarial, por su fehaciencia innata y por el prestigio del autor de la misma, el notario, es un modo sencillo de resolver temas complicados”
Con ocasión del acta notarial sobre contenido de Whatsapp que un político madrileño levantó hace unos meses, y que tuvo tanta repercusión mediática, escribí otro mensaje en Twitter: el acta notarial de Whatsapp de Juan Lobato demuestra la utilidad del notario a la hora de fijar hechos: nadie pone en duda que, el día que dice el acta, hace meses, en su móvil estaban esos mensajes. Prueben a intentar demostrar esto o cosas similares, sin notario. Varias contestaciones pretendían informarme de que la autenticidad de los mensajes, si fuera discutida, debería ser aseverada por un experto. Y mi respuesta fue, siempre: lea otra vez lo que he escrito. En ese día, a esa hora, esos mensajes aparecían en ese móvil, porque el notario da fe de ello. Y ningún experto podrá contradecirlo. Cuestión distinta es que esos mensajes puedan haber sido manipulados (manipulación, por cierto, que el noventa y nueve por ciento de la población desconocería cómo realizar), pero su existencia ese día y hora es indiscutible.
En este acta, se destaca el papel importante del notario en la fijación de hechos. Como en las actas que reflejan el contenido, en un momento concreto, día y hora, de una web, una red social o un correo electrónico. De una manera muy sencilla y realmente muy barata, se pueden probar hechos y contenidos, que en el mundo virtual pueden cambiar continuamente. Por supuesto que hay otros medios en forma de mecanismos tecnológicos para demostrar esos contenidos, pero son mucho más complicados de utilizar, mucho más desconocidos para la gran población y mucho más caros. Un acta notarial, por su fehaciencia innata y por el prestigio del autor de la misma, el notario, es un modo sencillo de resolver temas complicados.
“Sigamos el ejemplo ilustre de quienes nos han precedido en la profesión y continuemos dando una respuesta práctica e inmediata a los problemas y necesidades reales de la sociedad en cada momento”
En un mundo tan cambiante como el virtual, hay ciertas tendencias que deberíamos siempre tener en cuenta a la hora de valorar análisis y predicciones. La primera es el adanismo, la creencia que todo nace en el momento que es analizado por el supuesto experto, como si una actividad nadie la hubiera ejercitado anteriormente. Esta tendencia no solo no es incompatible, sino que viene muy frecuentemente acompañada de otra, que es la de descubrir el Mediterráneo, es decir, considerar como una novedad algo que todo el mundo sabía antes, y que ya se había hecho. Y otra más es la de, como diría Antonio Machado, despreciar cuanto se ignora. Me temo que estas tres tendencias están presentes en muchas ocasiones cuando se trata de analizar la utilidad del notario en el mundo virtual.
No se trata de caer en una estéril autocomplacencia, más bien lo contrario, de mirar atrás y comprobar cómo los notarios que nos han precedido han sido juristas que desde la Ley del Notariado de 1862 han sabido dar soluciones prácticas y de alto nivel técnico a problemas reales y de mucha complejidad. Es conocido, por ejemplo, que la institución de la propiedad horizontal ya existía en las escrituras notariales antes de la Ley de 1960. Y comprobarlo para seguir haciendo lo mismo ante los desafíos que plantea la vertiginosa evolución tecnológica. Desafíos que algunos serán nuevos, pero otros simplemente lo parecerán, pero en realidad se tratará de dar salida a las necesidades de siempre: seguridad, fiabilidad, imparcialidad, asesoramiento, creatividad jurídica, etc.
Sigamos el ejemplo ilustre de quienes nos han precedido en la profesión, y continuemos dando una respuesta práctica e inmediata a los problemas y necesidades reales de la sociedad en cada momento.
(1) "Ver para no creer: cómo la IA está afectando la capacidad de distinguir la realidad de la ficción", InfoMENDOZA, 17 de octubre de 2024. Este es un simple ejemplo, hay multitud de referencias al tema.
Palabras clave: Función notarial, Acta notarial, Evolución tecnológica.
Keywords: Notarial function, Notarial record, Technological progress.
Resumen Los notarios, que desde la Ley del Notariado de 1862 han sabido dar soluciones prácticas y de alto nivel técnico a problemas reales y de mucha complejidad, han de continuar dando respuesta a los desafíos que plantea la vertiginosa evolución tecnológica, dando salida a las necesidades de siempre: seguridad, fiabilidad, imparcialidad, asesoramiento y creatividad jurídica. Abstract Notaries, who have provided practical and highly technical solutions to real and highly complex problems since Spain's Notaries Law of 1862, must continue to meet the challenges posed by today's rapid technological progress, providing solutions to the same needs as ever: security, reliability, impartiality, advice and legal creativity. |