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REVISTA110

ENSXXI Nº 113
ENERO - FEBRERO 2024

RT

Por: Rodrigo Tena Arregui
Exdirector de EL NOTARIO DEL SIGLO XXI

 

NÚMERO CIEN

El refranero es sabio, pero en algunas ocasiones se equivoca. A veces una buena idea -eso sí, siempre que esté acompañada de la férrea constancia para ejecutarla- vale mucho más que el inmovilizado pájaro del refrán. En este caso, la idea y el principal impulso para sacarla adelante la tuvo nuestro compañero José Aristónico García, y con este ya son cien los números que la encarnan, en imparable crecimiento además, porque el proyecto está vivo y sigue en buenas manos.

EL NOTARIO DEL SIGLO XXI vino a cubrir un hueco editorial que parecía improbable. Una revista jurídica, sí, editada por notarios, también. Pero que por su tono y planteamiento fuese capaz de llegar a cualquier ciudadano interesado independientemente de su formación, y que no se restringiese a ese puro Derecho privado que constituye el meollo de la actividad notarial, sino que se extendiese a otros ámbitos jurídicos cuando la actualidad del país así lo requiriese.

“En el mundo actual plagado de intereses egoístas y cortoplacistas, caracterizado por la desinformación, el fake news y la desvalorización de la ciencia, EL NOTARIO DEL SIGLO XXI se posiciona en el absoluto polo opuesto”

EL NOTARIO DEL SIGLO XXI es una revista jurídica. Porque los notarios sabemos bien que el Derecho es mucho más que un mero instrumento de ingeniería social o económica. De manera inevitable, se quiera o no, el Derecho encarna el valor supremo de la Justicia, que en una sociedad democrática lo vertebra y lo transciende todo, o al menos así debería ser. No obstante, solo puede serlo verdaderamente si todos los ciudadanos, y no únicamente los juristas profesionales, participan activamente en su gestación, aplicación y control, lo que presupone información rigurosa, pero accesible a todos. Así que, en el mundo actual plagado de intereses egoístas y cortoplacistas, caracterizado por la desinformación, el fake news y la desvalorización de la ciencia, EL NOTARIO DEL SIGLO XXI se posiciona en el absoluto polo opuesto. Y a estas alturas creo que ya puede reivindicar ciertos méritos. No son pocos los asuntos que ha puesto sobre la mesa y tampoco escasas las reformas que en beneficio de todos han llegado al BOE gracias a su insistencia. Pienso que su reputación lo ha hecho posible.
EL NOTARIO DEL SIGLO XXI está hecho por notarios. La revista depende del Colegio Notarial de Madrid y, en consecuencia, es un órgano de difusión que, de alguna manera, le representa de cara al público. Por ello debe reflejar los valores que encarna la profesión: rigor científico, por supuesto, junto con su característica neutralidad e imparcialidad a la hora de enfocar cualquier tema; pero también valentía cuando se trata de dar voz al que no tiene poder suficiente para hacerse oír cuando la justicia de su causa lo merece, ya sea directamente o por ese mecanismo de representación que son los editoriales de la revista.
A veces no es fácil encontrar el equilibrio adecuado. Por eso es de justicia agradecer a todos los Decanos con los que coincidí en el desempeño de mis funciones en la revista, Ignacio Solís Villa, José Manuel García Collantes y José Ángel Martínez Sanchíz, el apoyo incondicional que los gestores de este proyecto siempre hemos recibido. Soy muy consciente, además, de que el afán de ser fiel a los principios de la revista antes enunciados les colocó en más de una ocasión en un brete difícil, al obligarles a interactuar con protagonistas de nuestra sociedad civil que no se caracterizan ni por su debilidad ni por sus miramientos.

“Ya vuelan cien y más que vendrán. Para ayudar al que lo necesite y para trasladar a la realidad social los valores de una sociedad justa y democrática”

EL NOTARIO DEL SIGLO XXI está editada por el Colegio Notarial de Madrid, y por eso también es necesario agradecer el extraordinario trabajo editorial realizado por el equipo capitaneado por Elena López Ewert. Cada dos meses, cuando recibía en mi despacho el primer ejemplar salido de la imprenta y hojeaba rápidamente el número, aquello me parecía un milagro. Hay que saber dar vida al puzzle o a las piezas del Lego, y ellos lo conseguían y lo siguen logrando en cada número de manera sobresaliente. Es necesario también dar las gracias a los redactores de la parte crema (hoy azul) por su extraordinario trabajo de documentación y análisis, así como a todos los miembros del Comité Editorial por sus sabios consejos y a los del Comité de Dirección (yo quiero hacerlo especialmente con Amanay Rivas y con Joaquín Fernández-Cuervo, con los que coincidí tantos años) por su ayuda impagable y por supuesto impagada. La actual dirección de Ignacio Gomá ha demostrado ya sobradamente que lo bueno puede mejorar y que lo inevitable malo que existe en toda obra humana se ha reducido.
Ya vuelan cien y más que vendrán. Cada uno de ellos con sus artículos de opinión y de práctica jurídica perfectamente localizados en la página web de la revista para su consulta permanente. Para ayudar al que lo necesite y para trasladar a la realidad social los valores de una sociedad justa y democrática. Al fin y al cabo, de eso se trata. De ser fieles al imperativo categórico de la responsabilidad que formuló Hans Jonas hace ya algunas décadas y colaborar en la medida de las humildes posibilidades de cada uno en la conservación de una vida verdaderamente humana y justa sobre la tierra.

RT ILUSTRACION

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