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REVISTA110

ENSXXI Nº 113
ENERO - FEBRERO 2024

Por: JOSÉ ARISTÓNICO GARCÍA SÁNCHEZ
Presidente de EL NOTARIO DEL SIGLO XXI


LOS LIBROS

La última historiografía revisa, en base a documentos auténticos, el viaje de Magallanes calificándolo de fracaso sin paliativos y considera la primera circunnavegación de la Tierra una consecuencia impensada de la decisión de Elcano de volver a España por la vía más corta.

El sesgo de paradoja que Erasmo dio en 1503 en su Elogio de la locura (en realidad elogio de la estupidez, Stultitiae laus era el título original) se ha consagrado como paradigma para titular cáusticamente alabanzas a lo desdeñado, elogio de la sombra (Tamusaki), de la lentitud (Honoré), de la duda (V. Camps), de la madrastra (V. Llosa)… Y ahora acaba de aparecer en inglés, obra del profesor de la Universidad de Texas Costica Bradatan, el Elogio del fracaso (In Praise of Failure), que sería, según nos dicen ahora los historiadores, lo que la humanidad ha venido haciendo durante siglos con Fernando de Magallanes, del que la fama ha ensalzado hasta el infinito un viaje que hoy la historiografía más documentada califica de rotundo fracaso. Y es que la Fama, diosa omnipotente en la mitología griega, era capaz de envilecer lo sublime y sublimar lo miserable porque los hombres, reacios al principio, siempre terminan creyendo sus relatos.

“El objetivo del viaje era llegar a Las Molucas, paraíso de las especias y sobre todo de la más preciada, el clavo, por la ruta del Oeste y confirmar que estas islas se encontraban en la zona marítima asignada a Castilla en el concierto de Tordesillas”

De Magallanes la fama ha difundido una visión romántica del navegante singular, de conducta y moralidad intachables, ajeno a matanzas o masacres de nativos propias de conquistadores imperialistas, héroe legendario que se miraba en las gestas de caballeros andantes como Lanzarote o Tristán, etc. Y esta Imagen, apoyada en la crónica de su fiel amigo Pigaffeta, único cronista oficial del viaje y difundida en biografías escritas por novelistas de tendencia hagiográfica, como Zweig, ha impuesto su relato.
Pura quimera al parecer. Con motivo de la efemérides de este célebre viaje los historiadores han revisado a fondo la multitud ingente, incluso abrumadora, de datos, actas, indagatorias, declaraciones y cartas, han aquilatado con rigor la fiabilidad de cada fuente, emergiendo como resultado una imagen crítica rigurosamente documentada y muy distinta del viaje y sobre todo del personaje al que despojan de muchos de los rasgos que conformaban ese mito secular. Ni él fue un héroe, dicen ahora, ni su viaje fue un éxito sino un fracaso total.

“La conmemoración del centenario de la primera vuelta al mundo ha propiciado que los investigadores hayan realizado una revisión crítica, incluso rigurosa y a veces implacable en base a datos, cartas y declaraciones dormidas en los Archivos que han alumbrado las zonas más oscuras de la biografía de estos navegantes”

Este año pasado, 2022, en efecto, se ha conmemorado el 5º centenario del fin de aquella famosa expedición con la arribada al puerto de Sanlúcar el 6 de septiembre de 1522 de la nave Victoria. Habían partido de ese mismo puerto el 10 de agosto de 1519, eran cinco navíos con 249 tripulantes a bordo, bajo el co-mando del flamante marinero renegado portugués, Fernando Magallanes, y -como conjunta persona- de Juan de Cartagena, capitán mayor y representante de la Corona española que ceñía a la sazón Carlos V, decidido impulsor y financiador del proyecto. Elcano iba como mero maestre de la nave Concepción.
No faltaban, por cierto, tres escribanos pero que anotaban solo y de forma neutra cargas, descargas, enfermedades y defunciones y cuanto afectaba a las cuentas y mermas en el equipamiento embarcado. Porque la crónica del viaje correría a cargo de un noble humanista de Vicenza, Antonio Pigaffeta, consumado cortesano, amigo y admirador de Magallanes. Su crónica, ampulosa, detallista y hasta barroca, fuente esencial del viaje para todos los cronistas, sorprendentemente nunca llega a citar a Juan Sebastián Elcano. El objetivo del viaje era llegar a Las Molucas, paraíso de las especias y sobre todo de la más preciada, el clavo, al que se atribuían propiedades curativas, alucinógenas y hasta milagrosas. Había que hacerlo por la ruta del Oeste, como Colón, y confirmar la sospecha, alegada por Magallanes a Carlos V para seducirlo, de que estas islas se encontraban en la zona marítima española según la delimitación pactada por España y Portugal en el concierto de Tordesillas.

“La Fama, diosa todopoderosa pero rodeada según Ovidio de la Credulidad, el Error y los Falsos rumores, encumbró durante siglos a Magallanes a la categoría de navegante legendario”

Todo resultó un desastre. Al cabo de tres años, el 6 de septiembre de 1522, arribaba a duras penas al puerto de Sanlúcar una sola nave de las cinco que partieron, la Victoria, comandada ahora por Juan Sebastián Elcano, y solo 18 desarrapados marineros de los 249 que partieron. No habían conseguido Las Molucas, había muerto Magallanes no sin antes haber eliminado cruelmente al co-capitán real Cartagena. Tampoco había botín, salvo un cargamento a última hora de especias que no cubría el flete del viaje. Habían vuelto por África, pero no para cincunnavegar el planeta, cosa que nunca pensaron, sino porque el trayecto era más corto. Todo había terminado mal. El resultado de la expedición no podía ser más explícito: una derrota y un fracaso total.
La Fama sin embargo, diosa todopoderosa pero rodeada según Ovidio de la Credulidad, el Error y los Falsos rumores, encumbró durante siglos a Magallanes a la categoría de navegante legendario. Los portugueses olvidaron la traición a su rey y le erigieron en héroe nacional al nivel de Vasco de Gama o Alvares Cabral. Y los españoles alzaron a Juan Sebastián Elcano, desde casi el anonimato a otra esfera mítica también apoyada en leyendas. Las dos exposiciones conmemorativas del centenario organizadas este año pasado en España, una en el Archivo de Indias de Sevilla y otra en el Museo Naval de Madrid, han asentado ahora sólidamente su figura y su mérito sobre los datos empíricos recién descubiertos.

“La obra de Isabel Soler, Magallanes & Co., desmonta la visión épica que tuvieron los viajes de Colón o Vasco de Gama, para rebajarlo al nivel de un viaje/empresa pragmático, centrado en el comercio y el enriquecimiento, quizá con el supuesto oro de Filipinas”

Porque, como ya se ha dicho, la conmemoración ha propiciado que los investigadores hayan realizado una revisión crítica, incluso rigurosa y a veces implacable sobre datos, cartas y declaraciones dormidas en los Archivos que han alumbrado las zonas más oscuras de la biografía de estos navegantes y los avatares de aquellas más de 14.000 leguas de navegación exploratoria por aguas desconocidas de un océano cuya extensión inimaginada sorprendió a los más expertos.
LOS LIBROS 1En mayo pasado apareció la obra de Isabel Soler, profesora de literatura y cultura portuguesa de la Universidad de Barcelona y autora de una notable historiografía de las gestas marinas lusas, que titula Magallanes & Co. (Acantilado, 2022), cuyo título ya desmonta la visión épica que tuvieron los viajes de Colón o Vasco de Gama, para rebajarlo al nivel de un viaje/empresa pragmático, centrado en el comercio y el enriquecimiento, quizá con el supuesto oro de Filipinas, cuya financiación logró de Carlos V con el señuelo, ya dicho, de que conforme al antimeridiano marcado en Tordesillas Las Malucas le pertenecían, estaban en el hemisferio de Castilla. Y cuando en marzo de 1521, llega a las Filipinas y las mediciones del cosmógrafo, rompiendo totalmente sus reglas del juego geográfico del mundo por un error de dos grados y medio, le descubrían que no era así, comprendió que su viaje era un fracaso y decidió no volver a España -idea que al parecer le rondó en la cabeza desde el principio-, perdió la prisa y deambuló durante 43 días por las Filipinas donde al fin murió en una estúpida y tal vez suicida reyerta entre tribus locales.

“La excelente obra del afamado Fernández-Armesto, MAGALLANES. Más allá del mito, confirma que las perspectivas de Magallanes, de haber culminado su viaje, eran funestas: había desobedecido al Rey y su misión había terminado en un fracaso comercial y en una derrota militar en Cebú”

Coincide con esa idea de que en el fondo su intención oculta era recalar en las Filipinas o en el Asia continental (lo que confirmaría el rumbo norte que marcó a la expedición sobrepasando con creces, contra lo previsto y ordenado, el paralelo de Las Molucas), la excelente obra del afamado catedrático e historiador Felipe Fernández-Armesto publicada hace dos meses, MAGALLANES. Más allá del mito (Espasa, Nov. 2022), confirmando que las perspectivas de Magallanes, de haber culminado su viaje, eran funestas, había desobedecido órdenes del rey, su misión había terminado en un fracaso comercial y en una derrota militar en Cebú, lo que le iban a hacer pagar caro, además de la Corte y la Corona desobedecidas, los amotinados de la nave Victoria y de la Concepción y los desertores de la San Antonio que habían hecho causa común.

“En cuanto zarpó Magallanes, afloró su verdadera personalidad: decidido, osado, vengativo, implacable, reprimió con saña una conspiración y aplicó sistemáticamente la táctica del terror a los nativos”

Fernández-Armesto es implacable: en cuanto zarpó Magallanes, dice, afloró su verdadera personalidad: decidido, osado, vengativo, implacable. Despreció el consejo de los otros capitanes que le exigían cumplir las órdenes de Carlos V. No compartió con ellos sino que les ocultó las rutas que ordenaba seguir. Castigó con saña la conspiración en la Patagonia en la Semana Santa de 1520, ordenando asesinar a traición a Luis Mendoza y a Quesada, cuyos cadáveres descuartizaron y exhibieron colgados de una horca. Abandonaron en tierra inhóspita helada, solo con una bolsa de pan y una espada, a Juan de Cartagena, co-capitán de la expedición y representante de Carlos V -conjunta persona le llamaba- y a un cura adicto de los que nada se volvió a saber. Y condenó a muerte a 40 amotinados más, entre ellos a Elcano, a los que sin embargo, solo por interés propio, no llegó a ejecutar. Reprimió con saña y sin piedad el robo de una quilla por algunos nativos prendiendo fuego a todo un pueblo, quemando 40 casas y asaeteando a muchos de ellos, táctica de terror que Magallanes había aplicado ya a supuestas afrentas de los nativos en Patagonia y luego en Filipinas, casos que por cierto, dice Armesto, abonaron la Leyenda Negra sobre la crueldad de los españoles (en este caso de un español naturalizado).

“Magallanes no ha recibido elogios por lo que los merece. En cambio los ha recibido por lo que no le concernió, la circunnavegación del mundo, que ni realizó ni proyectó ni imaginó jamás”

El viaje había sido, concluye Armesto, un fracaso sin paliativos. Y además ruinoso para la Corona. Sin embargo, y aunque parezca asombroso, desató una explosión sin fin de aplausos y honores, y ciñó con aureola heroica a los protagonistas. Se levantó, sin saberlo, un monumento al fracaso pero además en paradoja invertida. Todo una contradicción. Magallanes no ha recibido elogios por lo que los merece, cruzar el Pacífico, demostrar su inmensidad, de este océano y del planeta, mucho más grande de lo que Colón y los cosmógrafos afirmaban. En cambio los ha recibido por lo que no le concernió, la circunnavegación del mundo, que ni realizó ni proyectó ni imaginó jamás.
Este mérito se le otorga a Juan Sebastián Elcano, aunque tampoco lo pretendió nunca, sino que resultó como simple efecto colateral de su decisión de volver de Las Molucas a España por el camino africano, por ser más corto, aún a riesgo de cruzar -contra la prescripción real- mares portugueses.
Fueron, como el de Colón, según concreta Soler, éxitos fortuitos. Colón había fracasado en su proyecto de llegar a la India por el oeste, pero tuvo un éxito clamoroso descubriendo para Occidente un gran continente. Magallanes fracasó en todos sus proyectos, pero pasó al Pacífico por el Sur del nuevo continente y demostró la mayor dimensión de este océano y de la Tierra. Y la primera circunnavegación de Elcano no fue un acto premeditado sino fruto del azar.

“Sin los fracasos de Magallanes, Elcano no hubiera coronado esta primera circunnavegación, involuntaria e impensada de la Tierra. Pero sin esta circunnavegación de Elcano, Magallanes estaría quizá en el elenco de los fracasados”

Y siguen las paradojas. Sin los fracasos de Magallanes, Elcano -siempre a la sombra- no hubiera terminado esta primera circunnavegación, involuntaria e impensada. Pero sin esta circunnavegación de Elcano, Magallanes estaría quizá en el elenco de los fracasados. Hoy han conseguido lo que los japoneses llaman, según recuerda Armesto, la nobleza del fracaso. O recibido, como se ha dicho, el elogio del fracaso.
LOS LIBROS 2Pero no es el error o el azar los que convierten a estos navegantes en superhombres o visionarios heroicos sino la Fama omnipotente incentivada por políticos, oradores y novelistas para crear mitos nacionales o identidades heroicas, lo que los investigadores están obligados a revisar olvidando la crónica oficial y ciñéndose a la historia documentada. Y esto es lo que han hecho, entre otros, los dos autores citados, obviando la hagiografía y el mito, y buceando en los Archivos. Las dos excelentes biografías aquí citadas son críticas con la falsa leyenda heroica que ha adornado hasta ahora viaje y personajes. Pero reconocen con gallardía el merito de estos navegantes, su tesón, su ilusionado aventurerismo, su valentía y su decisión. La lectura de estas biografías, su sorprendente detallismo sobre la vida a bordo, los recalajes en Brasil, Río de la Plata, Patagonia o Islas Filipinas, sus contactos con los nativos que describe con pormenores, y el rigor sin concesiones que al tiempo rezuman, generan diletancia y adición, y añaden amenidad y ligereza a una lectura de por sí gratificante.

“Las dos excelentes biografías aquí citadas son críticas con la falsa leyenda heroica que ha adornado hasta ahora viaje y personajes. Pero reconocen con gallardía el merito de estos navegantes, su tesón, su ilusionado aventurerismo, su valentía y su decisión”

Y tampoco escatiman reconocimiento y elogios a los logros obtenidos: el primero y no el menor, cambiar definitivamente la imago mundi que entonces regía, por ejemplo. No se trata de destruir mitos sino de aquilatar méritos. Magallanes fue un héroe del aventurerismo, un buscador de fortuna y fama, pero no al modo de Eróstrato con el templo de Diana, sino sumándose a aquella ola de exploradores en busca de lo desconocido que por virtud del azar terminó con la primera circunnavegación del globo culminada por Elcano.
El fracaso, dice Armesto, puede ser propicio para la Fama. Y como se dijo al principio, a veces también merece una laudatio.

Ordenanzas pioneras

El Colegio Notarial de Madrid publica una lujosa edición facsímil de la Pragmática de Alcalá de 1503 que de forma innovadora y creativa estatuyó las bases del Notariado moderno

El 7 de junio de 1503 la reina Isabel la Católica, asesorada por el notario real, Juan Ramírez, dictó las Ordenanzas de los escribanos del Reyno o los derechos que han de llevar por las escrituras extrajudiciales, que es conocida como Pragmática de Alcalá que podría decirse que constituye la matriz constitucional de todos los Notariados. Innovadora, visionaria y creativa, previene una concepción del notario y del instrumento público más adelantada y previsora que las existentes en todos los ordenamientos forales y extranjeros de la época.
Estas Ordenanzas exhalan aroma de modernidad en un lenguaje evocador que deleita degustar en redacción vernácula:
DOÑA YSABEL, por la gracia de Dios Reyna de Castilla… etc
… ordeno e mando que cada uno delos dichos escrivanos ayan de tener e tengan un libro de prothocolo enquadernado de pliego de papel entero,… en el qual aya de escrivir e escriva por estenso las notas de las escripturas que ante el passaren e se ovieren de hazer… en la qual dicha nota se contenga toda la escriptura que se oviere de otorgar por estenso…
que sy por ventura el tal escrivano no conosciere a alguna delas partes que quisieren otorgar el tal contracto o escritura, que no la faga ni reciba, salvo si…
… seyendo la tyra de una hoja de pliego entero, escrita fielmente de buena letra cortessana, e no proçesada, de modo que lasvplanas sean llenas, no dexando grandes márgenes, e que en cada plana aya ala menos treynta e cinco renglones, e quinze partes en cada renglón…
E que sean diligentes en guardar bien los libros de los registros e protocolos e los processos que ante ellos pasaren…
Es una delicia releer, en lenguaje tan secular y expresivo, ordenanzas tan actuales que ordenaba cumplir…
que las guardedes e cumplades e executedes, e fagades guardar e cumplir e executar en todo e por todo como en ellas se contiene… lo que dicto y promulgo solemnemente e porque le suso dicho sea notorio… mando que estas mi ordenanças sean pregonadas públicamente por las plaças e mercados acostumbrados dessas dichas cibdades e villas...
Y lo refrendó solemnemente mediante Pragmática, nombre que desde los tiempos de Diocleciano recibían los ordenamientos soberanos, con fuerza de ley desde luego, que si bien tenían carácter general se dirigían a Corporaciones, constituyendo el estatuto de su desenvolvimiento y atribuciones.LOS LIBROS 3
Y realmente esta Pragmática, dictada en Alcalá, sanciona una Real provisión de Ordenanzas que por primera vez crean el armazón del instituto notarial. Fue muy leída, alabada y copiada por muchos países europeos. Y con razón. La Pragmática supera la entonces común función del escribano y de la escritura notarial, como apuntó Pérez Sanz. La escritura no es solo documento-prueba, pasa a ser documento generador del contrato, y el escribano ya no es solo testigo cualificado sino el redactor del documento, controlador de su eficacia y titular de la fe pública con la que la sociedad y la ley dotaron su intervención.
El giro es gigantesco. La Pragmática crea el rito instrumental moderno (Otelo y Valentín). Gómez de Mercado la calificó de Pragmática inmortal. Y Rodríguez-Adrados recuerda que hacia esta novedosa concepción del notario evolucionaron, en diversos tiempos y por diversos caminos, los restantes Derechos Europeos.
El Colegio Notarial de Madrid ha culminado la gesta de publicar en una memorable edición un facsímil del ejemplar de esta Pragmática integrado en el LIBRO DE LAS BVLAS Y PRAGMATICAS conservado en la Real Academia de la Lengua Española, añadiéndole un estudio del notarialista más reconocido Antonio Rodríguez Adrados que constituye en realidad una Summa NOTARIA completa, una carta magna del quehacer y doctrina notariales desarrollando las raíces que sembró esta Pragmática.

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