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REVISTA110

ENSXXI Nº 113
ENERO - FEBRERO 2024

Por: JOSÉ ARISTÓNICO GARCÍA SÁNCHEZ
Presidente de EL NOTARIO DEL SIGLO XXI


LOS LIBROS

En su última novela, Aniquilación, entrecruza una delicada trama de amor y canto a la familia con un thriller político sin final y con ribetes de esoterismo

Como en todas las ocasiones anteriores la nueva entrega de Michel Houellebecq, Aneántir, superó todas las expectativas. Publicado en Francia el 7 de enero pasado, fue considerado de inmediato libro del año, y las primeras 300.000 copias desaparecieron de las estanterías en pocos días. En España, aunque se proyectó su aparición para finales de agosto, la Editorial recibió tales presiones que adelantó su publicación a primeros de junio. Tal es su innato tirón y su poder de seducción que, según ha confesado Jorge Herralde, fundador de la editora en España, Anagrama publicó la primera novela de Houellebecq sin haberla leído previamente.

“Todos le reconocen una aguda perspicacia para captar la mística del aire y el espíritu de los tiempos, el volkgeist de la sociedad que le rodea, a la que por lo demás fustiga de forma demoledora con crueldad”

Hoy este autor es tenido por la primera star literaria francesa desde Sartre y Camus, como el escritor actual de mayor talento, también icono pop y personaje rampante del último álbum de Asterix. Todos le reconocen una aguda perspicacia para captar la mística del aire y el espíritu de los tiempos, el volkgeist de la sociedad que le rodea, a la que por lo demás fustiga de forma demoledora con crueldad.

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Pero no es hora de hablar más de un autor que ha ocupado repetidas veces estas páginas, la última hace tres años con ocasión de su penúltima obra, Serotonina (Anagrama 2019), en la que se advertía cómo su nihilismo recurrente cristalizaba en abatimiento y derrota, y la angustia del que fue enfant terrible rompedor derivaba en desconsuelo y desaliento, trasunto alegórico de una civilización en marcha suicida hacia su desaparición.
El título de la nueva obra, Aneántir, traducido al castellano por Aniquilación (Ed. Anagrama junio 2022), nos hacía presentir que era el último capítulo de la anunciada destrucción total. Venturosamente no es así. O al menos no lo es del todo. Houellebecq es contradictorio, provocador y cínico desde luego, pero también es en ocasiones tierno y sensible. Capaz de diseccionar la angustia y fragilidad confesas del hombre contemporáneo y de su civilización suicida, pero también, como ahora demuestra, de forjar un bello ditirambo como canción desesperada sobre el amor y la familia como paliativos de la muerte y de nuestra inexorable desaparición.

“Houellebecq es contradictorio, provocador y cínico desde luego, pero también es en ocasiones tierno y sensible”

Aniquilación es una novela ambiciosa, una novela total, que el autor desearía fuera vista como emulación de La Comedia Humana de su admirado Balzac, un conglomerado, quizá en parte desestructurado, de thriller, ensayo, novela política, crítica social, esoterismo, una narración sobrada de sueños, porque el sueño, dice, está en el origen de toda actividad ficcional… Y un relato amoroso y otro familiar que se entrecruzan como tramas en fricción y a veces paralelas. Pero ya es sabido que Houellebecq no es un fabulador ni un narrador de historias. Estas son solo pretextos. Nada más le sirven para descargar su látigo, su crítica social, su pensamiento descreído y misántropo. Pero, hay que reconocerlo, con una agudeza mental y una riqueza cromática sin igual.
Aniquilación se presenta aparentemente como thriller político en vísperas de las elecciones presidenciales francesas de 2027. Arranca con grafitis encriptados y falsos videos amenazantes en Internet sobre ejecución de políticos, acompañados de misteriosos símbolos esotéricos que por primera vez los laboratorios franceses no pueden descifrar mediante ninguno de los sistemas de encriptado conocidos. Todo apunta a algún misterioso grupo terrorista por detectar. Y ya nos depara aquí Houellebecq un primer paso atrás de su pertinaz radicalización, al reconocer que tras los últimos y mortíferos atentados islamistas los franceses habían empezado a apoyar y sentir afecto por su policía y su ejército.

“Aniquilación es una novela ambiciosa, una novela total, que el autor desearía fuera vista como emulación de La Comedia Humana de su admirado Balzac, un conglomerado, quizá en parte desestructurado, de thriller, ensayo, novela política, crítica social, esoterismo… y un relato amoroso y otro familiar que se entrecruzan como tramas en fricción, y a veces paralelas”

Sigue la presentación de los personajes de la trama política, de golpe interrumpida porque la violencia anunciada en internet ha pasado al mundo real: explosiones en cadena de un carguero frente a A Coruña, de un banco de semen en Dinamarca y de una gran patera en Baleares, tres puntos que misteriosamente es posible unir en círculo perfecto, y lo que es más preocupante, en un triángulo isósceles sagrado, mitad de un pentagrama inverso, que para los ocultistas significa la victoria de la materia sobre el espíritu, del caos sobre el orden y del mal sobre el bien. Pero hay más, un círculo alrededor del pentagrama lo convierte en un pentáculo, símbolo supremo de una magia poderosa que está señalando la ubicación de los dos próximos atentados de los terroristas, uno al NO de Irlanda y el otro en una de las islas croatas.
Pero no hay que desorientarse. Estas divagaciones esotéricas, como las que añade sobre el hado funesto de los números primos, y 2027 año de las elecciones lo es, se convierten en simples flecos laterales, paralelos o anecdóticos de la trama política núcleo de la novela.

“Estas divagaciones esotéricas, como las que añade sobre el hado funesto de los números primos, y 2027 año de las elecciones lo es, se convierten en simples flecos laterales, paralelos o anecdóticos de la trama política núcleo de la novela”

El relato se estructura en torno a un personaje central, Paul Raison, el protagonista, que personifica -de ahí el nombre- la razón, la prudencia, y en el que se intuye al propio escritor, único fontanero del eficaz y poderoso ministro de Economía y Finanzas, Bruno Juge, sosia o trasunto del actual ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, en la vida real íntimo amigo de Houellebecq, al que se refiere como el mejor Ministro de Economía de Francia después de Colbert. Todo bajo el control de una Presidencia de la República que nunca se personifica pero que se puede asignar sin riesgo de error a Emmanuel Macron. Como opositor permanente se adivina a la extrema derecha lepenista con otro nombre. Y como candidato-puente del partido en el poder, promovido por el stablisment, un presentador de TV populista y manejable cuya única misión real será modificar la Constitución para convertir la Presidencia en autocracia, preparando así la ulterior llegada al poder de la verdadera apuesta final de las fuerzas anónimas dominantes, Bruno Juge. Maniobras todas ellas que dan pie a Houellebecq para denunciar con su látigo fustigador y su talento analítico la corrupción y las oscuras y cínicas prácticas políticas.
Porque ese es el verdadero objetivo de Houellebecq. No pretende desbrozar la intriga ni desarrollar el thriller hasta el final. No se celebran las elecciones, no se descubre a los terroristas, no se descifran del todo los mensajes esotéricos. Eso no importa. La intriga que en el lector despierta esta trama es solo el pretexto que Houellebecq utiliza, como ya se ha dicho, para descargar la artillería de su pensamiento, su sarcasmo, su látigo flagelador, su feroz crítica política y social. Y para describir con saña y delectación a los culpables del que considera suicidio de occidente por quiebra de su identidad y sus valores. El suspense del thriller es solo la coartada para vacunar al lector con píldoras de misoginia y negatividad, y sacudir su conciencia como el agitador contumaz que es.

“La intriga que en el lector despierta esta trama es solo el pretexto que Houellebecq utiliza para descargar su feroz crítica política y social”

Pero Houellebecq no es un escritor de credo único. Lo demuestra, y esto es una importante novedad, con la trama familiar y la relación amorosa que confluyen en esta obra.
Siempre se había dicho que Houellebecq es un desarraigado, un nihilista convulso presa de pesimismo existencial. Que siente que se hunden los referentes y las formas de vida tradicionales de la civilización occidental sin que aparezcan otras que las sustituyan. En Sumisión renegaba del matrimonio, de la familia, del amor paterno, incluso del amor filial por su egoísmo implacable. Tampoco cree en la patria ni en la religión, instituciones todas ellas -decía- que han conducido a la sociedad a un esquema de perfecta inanidad.
Pero no siempre es así. En ocasiones su mente torturada horada en los recovecos más oscuros de su razón y le empieza a asaltar la duda, el escrúpulo, la inseguridad. Y en su lacerante soledad a veces, como en Serotonina, le corroe una incertidumbre milagrosa y una inesperada apelación a un dios cósmico.

“Este rayo de luz que en otras obras lucía como verso suelto del relato general, se convierte en Aniquilación en puerta abierta a la esperanza, pequeña pero real”

Este rayo de luz que en otras obras lucía como verso suelto del relato general, se convierte en Aniquilación en puerta abierta a la esperanza, pequeña pero real. La segunda trama de la novela, la familiar, enlaza con la trama política a través del nexo accidental del padre del protagonista, un espía jubilado de la DGSI en estado de parálisis total por infarto, que puede conocer el secreto del pentáculo sagrado. A su alrededor se reúnen los hermanos de Paul, una hermana lepenista y católica integrista casada con un notario asalariado de categoría 4 en paro desde que quebró su notaría, y el hermano pequeño, restaurador de tapices, casado con una periodista maligna sin escrúpulos. Y la segunda esposa del padre enfermo entregada con absoluta abnegación a cuidarlo. Una familia desestructurada como todas en la actualidad pero entre cuyos miembros, aparte episodios de odio, egoísmo y codicia, se cruzan rayos de cariño, afecto y bienquerencia.
Y estos rayos positivos se multiplican en la tercera trama de la novela, la más emotiva y sensible, la evolución positiva del matrimonio del protagonista Paul Raison con su esposa Prudence, quizá la parte más novedosa y excitante de la novela. Era un matrimonio en quiebra absoluta y a lo largo de la novela, paulatinamente, narrado con una sensibilidad desconocida, se va rehaciendo gradualmente hasta terminar en una consumación suprema de la felicidad humana. Esta recuperación sentimental, y la relación silenciosa de Paul con su padre paralítico, son quizá las páginas más brillantes e insólitas del Houellebecq más delicado, sensible y emotivo que conocemos. Rondan el romanticismo más intenso. Y subliman su habitual relato corrosivo abriendo entre las brumas de su nihilismo torturado una luz a la esperanza.

“Era un matrimonio en quiebra absoluta y a lo largo de la novela, paulatinamente, narrado con una sensibilidad desconocida, se va rehaciendo gradualmente hasta terminar en una consumación suprema de la felicidad humana”

Algunos han visto en este giro de Houellebecq cierta nostalgia religiosa, de consuelo, el Dios cristiano o la reencarnación budista, o una creencia en el amor como redención consuntiva.
Esas páginas son tan brillantes que algunos críticos en Francia han catalogado Aniquilación como una historia de amor. Otros la han interpretado como una menguante pendiente narrativa de un autor en decadencia acelerada.
No cabe duda de que Houellebecq sigue siendo el autor que mejor y más profundamente sacude las conciencias.

EUROPEÍSTA IMPRESCINDIBLE

El notario Carlos Mª Bru Purón recibe un merecido homenaje por su lucha denodada por la construcción europea

A iniciativa del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo del que fue Presidente dos veces y hoy es Presidente de Honor, y con motivo de su 95 aniversario, promovido por el actual Presidente Francisco Aldecoa y prologado por Josep Borrell, la Editorial Pons ha publicado, con el título que encabeza esta reseña, el liber amicorum de Carlos Mª en el que han participado cuantas personalidades de la política, la cultura y la sociedad española y europea han conocido a tan singular personaje, notario, parlamentario español desde 1982 y europarlamentario desde 1987, que había formado parte de los grupos de oposición monárquica y democrática a la dictadura, que ya en los años sesenta formó parte del llamado Contubernio de Múnich y que ha dedicado toda su vida a la lucha por la construcción del proyecto europeo de integración supranacional, como reconoce Josep Borrell en el prólogo.
Demócrata convencido, activista europeo al tiempo que notario, es autor además de interesantes publicaciones, todas relacionadas con su actividad política. Del último (Ed. BOE, Madrid 2022), el propio título lo dice todo: La iniciativa ciudadana europea: aproximación histórica y conceptual. EL NOTARIO DEL SIGLO XXI se suma con gozo y orgullo a tan merecido homenaje.

MAESTRO COMPLUTENSE

Homenaje ilustrado a José Iturmendi Morales, icónico catedrático y decano de su Facultad de Derecho

La jubilación administrativa de este egregio jurista ha desatado una manifestación general de afecto y admiración entre sus discípulos y compañeros que ha cristalizado en dos admirables libros de homenaje. Uno en castellano, Estudios jurídicos multidisciplinares (Ed. Tirant lo Blanch, 2020) que recoge ochenta aportaciones doctrinales de catedráticos, profesores y estudiosos de toda España y de universidades extranjeras, Oxford, Nueva York, Helsinki, Bruselas, Bolonia, Budapest, etc. y otro editado en inglés, Challenges to legal theory (Brill Nijhoff Leiden, Bostón, 2021) por Mª José Falcón y Juan Antonio Martínez que recoge otra veintena de artículos que engrandecen la aureola del homenajeado y denotan su talla intelectual y humana que todos reconocen. EL NOTARIO DEL SIGLO XXI, revista de este Colegio, con el que ha estado siempre vinculado el maestro recién jubilado, se suma a tan justo homenaje.

NOVELA HISTÓRICA CON PERSONAJES REALES

Tercera entrega de la trilogía de Cazorla sobre la II República

Acaba de aparecer (Ed. Almuzara, junio 2022) la tercera parte de la Trilogía con la que el ilustre jurista Luis Mª Cazorla ha novelado la II República española, de cuyos precedente, La Rebelión del General Sanjurjo y La bahía de Venus dio puntual noticia en su día esta revista. El nuevo título, Melilla 1936, completa este ciclo de novela histórica de Cazorla con la particularidad, inusual en este tipo de novelas, de que, si en las anteriores los hechos históricos narrados vampirizaban a los ficticios añadidos, en ésta, manteniendo el rigor hiperrealista característico del autor, los hechos históricos predominan con fuerza propia, ya que todos los personajes son reales, ninguno es fruto de la ficción.

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