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REVISTA110

ENSXXI Nº 114
MARZO - ABRIL 2024

Por: JOSÉ ARISTÓNICO GARCÍA SÁNCHEZ
Presidente de EL NOTARIO DEL SIGLO XXI


LOS LIBROS

Roberto Saviano publica una bien documentada biografía del Fiscal Giovanni Falcone y su denodada lucha para desmantelar la mafia siciliana casi en solitario

Entrelineas denuncia las conexiones mafiosas con la política y la banca, y lo que es peor, los recelos, envidias y suspicacias de sus colegas de la magistratura

Roberto Saviano nació en Nápoles en 1979 y pasó su juventud en barrios y pueblos donde la Camorra estaba enraizada y actuaba impunemente con naturalidad. Nacida del pueblo, como una forma de defensa colectiva de los lugareños frente a un poder secularmente foráneo, esta banda había desarrollado una red de solidaridad o connivencia entre paisanos -de ahí el nombre Cosa Nostra-, que permitía a los camorristas actuar con cierto descaro frente a los intrusos y relegaba al silencio, omertá, su actividad criminal.

“Fue pionero en seguir con valentía pistas certeras, antes obviadas por miedo, contra la mafia siciliana: sobre todo la pista del dinero”

Su implantación incuestionada transmitía a los ciudadanos la sensación de que la Camorra era el verdadero poder, el poder de hecho, y casi el recurso más eficaz y rápido de supervivencia y defensa de los humildes frente a los poderosos, un para-estado, una organización económica moral y cuasimilitar autónoma -aunque a veces aprovechara sus conexiones estrechísimas con el mundo de los negocios, con los gobernantes, hasta con la policía o la magistratura-, que permitía al lugareño encontrar, al margen del poder oficial, algún subterfugio, mediación o alivio, y hasta el poder que le protegiera o lavara su honor en su caso.
Saviano se crió y creció en ese ambiente contaminado y cuando, tras graduarse en periodismo en la Universidad de Nápoles, empezó con 23 años a desvelarlo en los medios para los que escribía, sus artículos sobre la Camorra se hicieron famosos y transcendieron incluso al ámbito judicial.JAGS ilustracion 1
En 2006 publicó, como es sabido, un libro que recoge en formato-novela sus investigaciones y experiencias, dando fechas, lugares, nombres y apellidos, algo insólito. Fue un auténtico bombazo. Gomorra, un viaje al imperio económico y al sueño al poder de la Camorra, era el título de una obra que ha vendido ya más de 10 millones de copias en 52 países y ha sido traducida a todas sus lenguas. Naturalmente sus denuncias le han obligado a vivir bajo escolta permanente, también ha tenido que exiliarse de Italia ante las amenazas de muerte de algún clan.

“Fue plenamente consciente de los riesgos que asumía y fue sabedor al final de que su muerte estaba anunciada por todos los voceros del Sistema, nombre con que los iniciados evitan hablar paladinamente de Camorra o Cosa Nostra”

Pero Saviano no se ha amedrentado. Ha continuado sus investigaciones y denuncias sobre el negocio mafioso. Alrededor de la cocaína y del papel que juega la droga en las finanzas internacionales, por ejemplo (vid. CeroCeroCero, Anagrama 2011). Siempre indagando en las entrañas oscuras de la mafia y del crimen organizado. Sea la Camorra napolitana, la N’Drangheta calabresa o, como ahora, la más genuina, la Cosa Nostra siciliana. Esta antes centraba su operativa en las obras públicas. Ahora lo hace en la cocaína. Se depura a gran escala en laboratorios clandestinos de Palermo y desde allí se distribuye al mundo entero por diversas vías.
Este tinglado ha sido ahora el objeto de las pesquisas de Saviano, y el resultado está en su última obra: Los valientes están solos (Anagrama, noviembre 2023), que quiere ser la biografía de un héroe, el fiscal Giovanni Falcone, un hombre que huyó de la fama, pero que fue pionero en seguir con valentía pistas certeras, antes obviadas por miedo, contra esa mafia siciliana: la pista del dinero, la confesión de arrepentidos, etc., plenamente consciente de los riesgos que asumía y sabedor al final de que su muerte estaba anunciada por todos los voceros del Sistema, nombre con que los iniciados evitan hablar paladinamente de Camorra o Cosa Nostra.

“La biografía está articulada en 75 capítulos que son en realidad 75 gags o escenas con inicio y final, cada uno de ellos apoyado en una fuente bibliográfica específica identificada al final en un addenda”

La biografía está articulada en 75 capítulos que son en realidad 75 gags o escenas con inicio y final, cada uno de ellos apoyado en una fuente bibliográfica específica que el autor reseña en apéndice a la obra. Porque, aunque novelada, Saviano pretende ajustarla fielmente a la realidad histórica. Solo en los aspectos de la intimidad de Falcone y su mujer Francesca Morvillo, siempre muy reservados, confiesa el autor haber seguido el cauce literario de la verosimilitud razonada. Todo lo demás está firmemente contrastado con documentos y testimonios bien identificados.
La historia gira entre dos personajes singulares, el héroe Giovanni Falcone, fiscal señero de la lucha contra la mafia, y el antihéroe, Toto Riina, capo dei capi del imperio delictivo de la Camorra. Y está enmarcada entre dos gags que narran las dos explosiones más brutales de esta historia. En el primero, en 1943 en Corleone, la explosión accidental, al querer desactivarlo el padre para luego venderlo, de un obús abandonado por los aliados, en la que muere toda la familia, menos un niño que queda marcado, el futuro Toto Riina. En el último gag, el 75, la voladura salvaje, que abrió un cráter lunar, por el estallido de 6 bidones con 100 kilogramos de trilita cada uno enterrados bajo la autopista de Palermo al aeropuerto, cuando circulaba por ella el coche blindado del protagonista Giovanni Falcone. El atentado lo preparó minuciosamente y ordenó ejecutarlo el gran capo entonces de la Cosa Nostra, Totto Riina.

“Lo más impactante es lo que puede leerse entre líneas, las implicaciones directas o indirectas, por desidia, miedo o cobardía, de los políticos, la policía o la banca, y lo que es más grave, del mundo de la magistratura”

No era el primer intento. La realidad es que no se han podido contar con exactitud los atentados fallidos contra Falcone. Algunos achacados arteramente por sus enemigos a la imaginación del propio fiscal para darse importancia.
Porque Falcone sufrió las más indecorosas envidias y sospechas. De sus colegas, de las autoridades, y hasta de algunos políticos.
Quizá lo más sorprendente de esta biografía no sean los detalles de los procesos que incoó, o de las instrucciones previas que dirigió. Ni de los interrogatorios a los arrepentidos sobre las industrias clandestinas, los circuitos de lavado de dinero o los decomisos de drogas. Ni siquiera los detalles de la doble vida de los capos de las familias implicadas, Toto Riina por ejemplo vivía aparentemente como un simple labriego. O del status de los consiglieri o de los abogados contratados por ellos para interrumpir o reventar procesos, que también se jugaban la vida, etc.
Lo más impactante es lo que puede leerse entre líneas, las implicaciones directas o indirectas, por desidia por miedo o cobardía, de los políticos, en concreto de la Democracia Cristiana y en particular de Andreotti, también del Partido Comunista italiano, en las actividades mafiosas. Las conexiones con la policía o la banca, y lo que es más grave, con el mundo de la magistratura. Los recelos, envidias, egoísmos y miserias de sus colegas que unas veces entorpecían la labor de Falcone y su ayudante el juez Borsellino, otras revocaban inicuamente algunas de sus sentencias o torpedeaban los nombramientos en un oscuro tráfico de miradas, connivencias, sentimientos o temores. Y de algún modo la complicidad indirecta o pasiva de toda la sociedad, porque la mafia, nacida como defensa del pueblo frente al foráneo dominante, ha llegado a imponer una cultura profundamente hegemónica según Saviano, que alimenta, como ya se ha dicho, ciertos lazos de solidaridad dentro del pueblo llano, que a veces colabora inconscientemente y sin sentir escrúpulo con ella. Unas veces como la forma natural, la más fácil, para seguir adelante. Y sea por respeto al capo o sea por miedo encubierto a sus vendettas, las más de las veces se terminan convirtiendo en cómplices pasivos y subconscientemente tolerantes de sus crímenes.

“La mafia, nacida como defensa del pueblo frente al foránea dominante, ha llegado a imponer una cultura, profundamente hegemónica según Saviano, que alimenta ciertos lazos de solidaridad dentro del pueblo llano, que a veces colabora inconscientemente y sin sentir escrúpulo con ella”

Falcone decidió seguir tozudamente el rastro del dinero. Estaba convencido de que ahí gravitaba el sistema. Porque la Cosa Nostra, nacida como para estado paralelo a un Estado que sentían ajeno, muy pronto asumió la épica del enriquecimiento y extendió su influjo al mundo financiero, alimentando una trama de empresarios, negociantes e inversores de éxito y riesgo que empezó a controlar, aparte los campos tradicionales de la droga, la prostitución o los casinos, muchas de las industrias y comercios que constituyen la trama sustantiva de nuestra sociedad. Y lo ha hecho con tal intensidad, que se ha llegado a argumentar si no será la Camorra y la corrupción que comporta, el estadio final e ineludible del lema congénito del capitalismo de enriquecerse a cualquier precio. Porque para Falcone, de lo que participa su biógrafo, la mafia, en cierta manera arraigada en un país de vocación mafiosa, no es una banda de forajidos, sino capitalismo criminal, una verdadera organización económica y social enraizada, a través del favor, en la conciencia ciudadana.
También recurre Falcone a la confesión de los arrepentidos, del capo Tommaso Buscetta, por ejemplo. Empieza por desvelarle juramentos (proteger a los débiles y eliminar a los opresores) y ritos mafiosos (verter sangre sobre una imagen devota, prenderle fuego y sujetarla pasándola de una mano a otra hasta que el fuego se apague) que si superas te convierten en hombre de honor, digamos asesino legal.

“Hoy no es una banda de forajidos, es capitalismo criminal, una verdadera organización económica y social tristemente enraizada, a través del favor, en la conciencia ciudadana”

De la misma forma le descubre muchos de los hilos de la trama mafiosa de Sicilia, lo que permitió a Falcone instruir el primer gran proceso contra la mafia, el llamado Maxiproceso de Palermo desarrollado entre 1986 y 1987, que por primera vez reconoce a la Cosa Nostra como una organización compleja, jerarquizada, con ramificaciones y complicidades, capaz de hacer frente al Estado. Fueron 21 meses de juicio, 475 imputados, 1314 interrogatorios, 346 declarados culpables, 19 cadenas perpetuas… Y un resultado fatal: la condena a muerte por los mafiosos de Falcone que, días antes confesaba: No tengo nada, no tengo ni casa propia. Lo único que tengo es mi trabajo, mi trabajo y mi dignidad. A las 17 horas 58 minutos del 23 de mayo de 1992 se ejecutó la orden de Riina con una voladura de la autopista de tal calibre que dejó un cráter lunar que aún subsiste, y que tragó el coche blindado de Falcone y otro de la escolta.
Todo fueron después elogios y ditirambos para el héroe, para el fiscal antimafia más brillante y valiente, el que antes fue maltratado incluso por el Consejo Superior de la Magistratura ante el que tuvo que comparecer por recelos más veces que los propios mafiosos (sic), al que se le regatearon ascensos, cargos en el Consejo, al que se le escamoteó la Superfiscalía antimafia que se ideó por él y para él, al que se acusó de divismo por inventar falsos atentados… (y ni él pudo contar todos los que sufrió, según Saviano), lo que le condujo a un aislamiento progresivo tan acentuado que sirve a Saviano como emblema para titular su biografía: Los valientes están solos.


¿Y si Dios existe?


En un estudio exhaustivo dos científicos acreditados, Dr. Bolloré y Dr. Bonnassies, recopilan y valoran, puestos al día, los conocimientos racionales relativos a la existencia de un Creador

Los autores, descartando de raíz emotividad y fe, apelan exclusivamente a la razón en un documentado diálogo entre ciencia y religión para demostrar que las tesis del ateísmo decaen

No hace mucho recordábamos en estas páginas el predominio atosigante de la doctrina del filósofo más influyente de las últimas generaciones, Friedrich Nietzsche, que abrió una brecha importante en los postulados de la civilización occidental predicando el nihilismo de algunos de sus pilares. Uno de sus discípulos, en concreto Michel Onfray, ha visto en ese nihilismo un potente exterminador que hará desaparecer cualquier forma de civilización y consumará la aniquilación total, incluso la del propio nihilismo. Y en su augurio, este proceso cumplirá su primera etapa con el inminente agotamiento y delicuescencia en la nada de la religión cristiana que generó esta civilización. Ha servido de aldabonazo de esta tesis la proclama solemne de que Dios ha muerto. Aunque luego esos ateos y deístas, tras disputarse el protagonismo o la autoría de esa muerte, terminan en una paradójica negación: Dios nunca ha existido.

“La oleada negacionista desde Nietsche ha provocado una reacción contraria inesperada. La civilización occidental ha destapado una vitalidad suficiente para aportar argumentos sólidos que han merecido el respeto de preclaros agnósticos”

Pero esta oleada negacionista no ha sido extintiva. Al revés, ha provocado una reacción inesperada en sentido contrario que se anuncia incluso como el albor de una revolución. Para muchos la civilización occidental conserva vitalidad suficiente para aportar en un debate profundo argumentos sólidos en el ámbito filosófico y metafísico, que han merecido al menos el respeto de preclaros agnósticos.JAGS ilustracion 2
¿Y si Dios existe? El mensaje es contundente. Y no admite paráfrasis, solo reflexión. Es el subtítulo adecuado para la obra que comentamos, Dios. La ciencia. Las pruebas. El albor de una revolución (Ed. Funambulista, octubre 2023). Recoge el fruto de tres años de trabajo, en colaboración con importantes científicos y especialistas, de dos escritores franceses, Michel Yves Bolloré y Olivier Bonnassies, y está prologado por un agnóstico, Robert Woodrow, Premio Nobel de Física de 1978. Fue editado en París en octubre de 2021, y el primer año vendió 200.000 ejemplares, hoy los ha duplicado. En España se ha editado hace dos meses y la expectativa es similar.

“La radiación del fondo cósmico, verdadero eco del Big-Bang, ha liderado el gran vuelco y se ha convertido en punto de partida de la tesis, ya mayoritaria, de la aparición simultánea de tiempo, espacio y materia-energía, con un final ineludible por muerte térmica del Universo. Esto fundamenta la tesis de un ente creador. Y pone en quiebra el fundamento científico de la tesis del ateísmo”

La obra tiene dos partes bien diferenciadas. En la primera agrupa las pruebas vinculadas a la ciencia. Sobre la base de estar en el albor de una revolución intelectual y de que los avances científicos superan siempre los precedentes, los autores parten del mayor descubrimiento de todos los tiempos en este campo, la radiación del fondo cósmico, el verdadero eco del Big-Bang. Esto ha liderado el gran vuelco que las ciencias operaron en el siglo XX y se ha convertido en punto de partida de la tesis, ya mayoritaria, de la aparición simultánea del tiempo, el espacio y la materia-energía, con un final ineludible por muerte térmica del Universo. Esto fundamenta la tesis de un ente creador. Y pone en quiebra el fundamento científico de la tesis del ateísmo de un Universo exclusivamente material. Esa es la conclusión de los autores desde el lado digamos científico.

“Los autores solo pretenden, con confesada honestidad, hacer un balance puesto al día de los conocimientos racionales relativos a la posible existencia de Dios”

Naturalmente que las pruebas absolutas, las que convierten una tesis en definitivamente irrebatible, no existen en el ámbito empírico. Menos aún en el ámbito filosófico, en el campo de la racionalidad. Los autores solo pretenden, con confesada honestidad, hacer un balance puesto al día de los conocimientos racionales relativos a la posible existencia de Dios. También aportan textos de indiscutida autoridad, por ejemplo de Einstein y Gödel, que apoyan la existencia de un Dios creador. Este último incluso defiende que el espíritu humano, aunque esté asociado a una máquina (el cerebro), no se funda en una base material.
En la segunda parte de la obra los autores analizan las pruebas que inducen a la razón inclinarse hacia la tesis positiva. Dando por demostrada con datos y textos históricos la existencia real, no mítica ni idealista, de Jesús de Nazaret, los autores hacen un recorrido por textos filosóficos desde Platón, Aristóteles, Tomás de Aquino, Kant, los cientificistas, Marx y el propio Nietzsche…, aclarando que ninguno ha podido aportar pruebas irrebatibles de sus tesis.

“Abordan los milagros, no en clave de fe como se ha hecho hasta ahora, sino racionalmente. Si partimos, dicen, de que el Universo es lógico una violación sólidamente constatada de esas leyes, obliga a la razón a admitir que hay alguien capaz de realizar esos hechos portentosos”

Bolloré y Bonnassies entran en el terreno espinoso de las pruebas filosóficas, mucho más amplio que el físico, pues abarca todo lo que queda bajo una reflexión racional, es decir al margen de las pruebas científicas. Ahí entran los milagros y las profecías, resistentes de entrada al examen racional. Los autores, sin embargo, tratan de abordar los milagros no en clave de fe como se ha hecho hasta ahora, sino racionalmente. Y si partimos, dicen, de que el Universo es lógico, que todo en él es explicable y está gobernado por leyes universales, una violación sólidamente constatada de esas leyes, sin alternativa posible, obliga a la razón a admitir que hay alguien capaz de realizar esos hechos portentosos.

“La parte científica fundamenta con grandes probabilidades de acierto la tesis de un Universo pensado, coherente y racional que apunta a un Dios creador. Quizá la deriva hacia la identificación de ese Dios superior, aceptando las singularidades con que se le ha caracterizado a lo largo de la historia, precise otros matices”

Y sobre esta premisa analizan prodigios como la existencia y contenido de la misma Biblia, traducida a 2000 lenguas con más de 5000 millones de copias, el pueblo judío único que mantiene aún su etnia, su lengua hebrea y su influencia cultural, o el milagro de Fátima, el baile del sol en la zona de Iria el 13 de mayo de 1917, hecho constatado por una enorme muchedumbre y preanunciado por los niños visionarios, etc., deduciendo de todo esto que un análisis racional de estos hechos solo demuestra la irracionalidad de los que los niegan.
La obra constituye un trabajo original e insólito. Tiene el mérito de hacer revisión, cuando se anuncia el fin de la civilización judeocristiana, de su tema metafísico troncal anunciando el albor de una revolución antimaterialista positiva en contra. Cierto que el libro ha despertado críticas y censuras. Pero sobre todo ha generado fértiles debates. También la réplica de algún teólogo, cristiano clandestino, por ejemplo Jean Staune que recuerda jocosamente que al igual que aquella dama inglesa que, al oír lo de Darwin, dijo: sí, descendemos del mono, pero por piedad que no se sepa, habrá cristianos encubiertos, muchos, que al leerlo pueden decir: Dios existe, sí, pero por favor que no se sepa.

“Fácil de leer, con directrices y pausas magistrales que encauzan la reflexión. Sólida documentación y admirable dialéctica fluida con el lector”

La parte científica fundamenta con grandes probabilidades de acierto la tesis de un Universo pensado, coherente y racional que apunta a un Dios creador. Quizá la deriva hacia la identificación de ese Dios superior, aceptando las singularidades con que se le ha caracterizado a lo largo de la historia, precise más matices, para evitar la reticencia irónica de aquel filósofo que decía: Dios no cree en nuestro Dios.
No se puede omitir una de las mayores virtudes, quizá la más conseguida, de esta obra: su ejemplar exposición y desarrollo pedagógico de su mensaje: fácil de leer, con directrices y pausas magistrales que encauzan la reflexión, su sólida documentación y su dialéctica fluida con el lector.

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