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REVISTA110

ENSXXI Nº 123
SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2025

Por: JOSÉ ARISTÓNICO GARCÍA SÁNCHEZ
Presidente de EL NOTARIO DEL SIGLO XXI


LOS LIBROS

El Colegio Notarial de Madrid ha editado un ambicioso Tratado que analiza de forma exhaustiva los cambios con los que la nueva Ley actualiza la institución

La conversión del axioma del hombre y sus derechos -innatos e irrenunciables- libertad, igualdad y dignidad, en eje vertebral de nuestra civilización y objetivo final de toda acción de gobierno, ha obligado a revisar la naturaleza y orientación de gran parte de las leyes e instituciones jurídicas. Por otro lado, la globalización y la digitalización rampantes, por su parte, reclaman también su aplicación en la fase funcional.
Ahora es el Registro Civil el llamado a examen por los legisladores. Tanto aquellos iniciales y primitivos Censos con fines de control étnico, fiscal o electoral, como los más próximos Registros parroquiales de control y prueba de los sacramentos impartidos a cada cristiano, se han visto superados, como antes se dijo, por principios que la actual civilización considera irrenunciables y que excluyen todas las construcciones fundadas en la clase social, la religión o el sexo por ejemplo, y obligan a la estructuración de un Registro centrado en la persona y sus derechos y por tanto de folio personal. Un Registro único, no jurisdiccional, público, sujeto al principio de legalidad, transparente, garantista de la realidad de los asientos que publica, en especial la capacidad de obrar del titular y el ámbito propio de su poder y responsabilidad (De Castro), pero además trascendente, es decir, de alcance legitimador y probatorio, no meramente informativo.

“Un Registro único, no jurisdiccional, público, sujeto al principio de legalidad, transparente, garantista de la realidad de los asientos, además trascendente, es decir, de alcance legitimador y probatorio, no meramente informativo”

El avance lo inició en España la Ley 20/2011, de 21 de julio, que ha ido depurándose en reformas progresivas en los años siguientes mediante Leyes y Decretos-Leyes, las últimas en 2021 y 2023, para incorporar los acuerdos de la Convención de Nueva York de 2006 referentes a las personas con alguna discapacidad o para garantizar la igualdad efectiva de las personas trans o de la órbita LGTBI, por ejemplo, siempre para dejar desarrollados con efectividad los principios constitucionales de todas las personas integrantes de la comunidad.
La reforma afecta especialmente al Notariado, al que ya la Ley 2011 había encomendado una amplia gama de las competencias no jurisdiccionales que antes ejercían jueces y tribunales, entre las que precisamente se encuentran la mayoría de los actos y negocios que debe publicar el Registro Civil en el folio abierto a cada persona a su nacimiento: nacionalidad, vecindad civil, matrimonio, separación legal, divorcio, emancipación, adopción, reconocimiento de hijos, existencia y amplitud de cada discapacidad y medidas de apoyo voluntarias adoptadas, guarda de hecho, capitulaciones matrimoniales, etc., que generalmente deben constar en un documento que responda al principio de exactitud, garantice la seguridad y justifique el efecto legitimador y probatorio que se le exige a todo Registro Público.

"El Colegio Notarial de Madrid ha asumido el reto de recoger, analizar y desarrollar, en una obra colectiva y de forma sistemática y exhaustiva, toda la normativa que en la actualidad conforma el flamante nuevo Registro Civil, único, legitimador y modernizado”

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El Notariado, consciente de la responsabilidad que la ley, la sociedad y el peso reputacional que su tradición secular le imponen, ha asumido el reto de dispensar con eficacia y fidelidad los mandatos y servicios del nuevo orden establecido por la reciente legislación.
Y para ello, como primer paso, el Colegio Notarial de Madrid, a impulso de su anterior Decano Jose Ángel Martínez Sanchiz culminado por la Decana actual Concepción Pilar Barrio del Olmo, ha asumido el reto de recoger, analizar y desarrollar, en una obra colectiva y de forma sistemática y exhaustiva, toda la normativa que en la actualidad conforma el flamante nuevo Registro Civil, único, legitimador y modernizado conforme a los principios y demandas que la sociedad actual viene reclamando.
Es un trabajo sólido, razonado, concienzudo, realizado por un grupo selecto de notarios de este Colegio coordinados por la Decana citada y otro ilustrado notario de la capital Fernando Rivero Sánchez-Covisa, en un reparto sistematizado y coherente de los capítulos y materias que agotan todas las facetas de la estructura y funcionamiento de este nuevo Registro Civil personalizado y electrónico.
Proyecto tan ambicioso ha exigido varios años de trabajo para su consumación, pero el resultado, una SUMA completa sobre esta institución, cubre una importante necesidad para la correcta aplicación de la nueva normativa, y se convierte en referente y de consulta obligada por todos los agentes jurídicos, usuarios y estudiosos de una institución profundamente renovada. Los autores, en un minucioso trabajo, no soslayan las dudas, lagunas o faltas de desarrollo que en su minucioso estudio han ido detectando, proponiendo en su caso las soluciones más coherentes con los nuevos principios que deben regir su interpretación. El resultado es esperanzador y supera las expectativas de la apuesta que entrañaba tan esforzado intento.

"Una SUMA completa sobre esta institución. Cubre una importante necesidad para la correcta aplicación de la nueva normativa y se convierte en referente y de consulta obligada por todos los agentes jurídicos”

Un simple repaso de los Índices basta para advertir la amplitud minuciosa y profundidad de los estudios y la calidad de los juristas que los suscriben:
1) Antecedentes históricos, Gonzalo de la Mata Posadas.
2) Concepto, naturaleza y fundamento del Registro Civil, Alfonso Madridejos Fernández.
3) Elementos definitorios del Registro Civil, Concepción Pilar Barrio del Olmo.
4) Hechos y actos inscribibles, Gonzalo de la Mata Posadas.
5) Principios rectores del Registro Civil, Fernando José Rivero Sánchez-Covisa.
6) Organización del Registro Civil, Mercedes Pérez Hereza.
7) Títulos de inscripción, Eduardo Hijas Cid.
8) Asientos y reglas formales para su práctica, Teresa de Jesús Andrés Jiménez.
9) Publicidad formal, Fernando José Rivero Sánchez-Covisa.
10) Recursos contra las decisiones de los encargados de las oficinas del Registro Civil, César Sanz Pérez.
11) Rectificación de los asientos, César Sanz Pérez.
12) Normas de Derecho Internacional Privado, Álvaro Lucini Mateo.
13) Examen especial de hechos y actos inscribibles, José Manuel Vara González.

Cervantes… inmenso

Muñoz Molina hace un escrutinio erudito del Quijote descubriéndonos sutilezas inadvertidas debajo de una escritura única, que el propio Cervantes califica de desatada

Una sola lectura, y menos la escolar o juvenil, del Quijote es insuficiente y casi baldía. El propio Cervantes lo llega a advertir en la 2ª parte de su obra. Había publicado la 1ª en diciembre de 1604, a los 57 años. La 2ª, de mayor hondura y complejidad, no apareció hasta 1615, 10 años después de la 1ª, y gracias al acelerón que le impulsó a rematarla la aparición en 1614 del falso remedo de Avellaneda. Fueron 10 años en los que pudo comprobar que su obra circulaba con cierto éxito -éxito raro que no da prestigio intelectual ni dinero, confiesa el propio Cervantes en la 2ª parte- aunque el genial escritor, orgulloso y seguro de su obra, en una transposición inaudita en la que antes que de ficción habla de sí mismo como si lo narrado en la 1ª parte publicada fuera historia real y no ficción, desveló su satisfacción interior poniendo en boca de un personaje debutante en la 2ª parte de la trama, el Bachiller Sansón Carrasco, una alabanza explícita de su propia obra. Aunque también advirtió, quizá como pulla irónica al desdén de muchos, de la dificultad de comprenderla. Todos aplauden, dejó escrito, pero de distinta forma: los niños la manosean, los mozos la leen, los hombres la entienden y los viejos la celebran…

“No basta una sola lectura, y menos la juvenil tan frecuente y rutinaria, para comprender la inconmensurable dimensión literaria, filosófica y humana del Quijote”

Y es que realmente no basta una lectura, y menos la juvenil que rutinariamente se practica, para comprender la inconmensurable y profunda dimensión literaria, filosófica y humana de esta obra, catalogada en todas las encuestas en el primer escalón de las creaciones imperecederas. La dificultad se acrecienta en la 2ª parte, precisamente donde consta esa advertencia, que supera con creces la profundidad y densidad de la 1ª.
Es precisa, en efecto, una lectura pausada y reflexiva, de madurez cultivada, para comprender el turbador rango de ironía que la permea (J. Gracia), su enigmática capacidad para hacernos comprender la infinita complejidad del mundo (A. Amorós), o para percibir la síntesis reveladora de las complejidades de la vida real y de la mente humana, que late en el fondo de esta genial ficción narrativa. Y algo más todavía para degustar -imposible para quien no domine el idioma castellano o quiera trasladar sus matices a cualquier otro idioma- la música de las palabras, los ingeniosos giros de su sintaxis, la riqueza de su vocabulario y la insuperada prosa de la escritura cervantina libre, desatada dice él, por no aceptar cánones o pautas preestablecidas.JAGS 2

“Los hechos han confirmado la predicción de Cervantes de que solo la edad tardía, individual o colectiva, con presumible madurez intelectual, permite al lector, incluso a la élite cultural, penetrar con solvencia en el trasfondo de esta obra estelar”

Y en consonancia con la advertencia dicha del propio Cervantes de que las lecturas anteriores a la madurez son insuficientes para entender y celebrar su mensaje, tampoco las primeras generaciones que recibieron la obra, en análoga inmadurez, llegaron a entenderla, relegándola las librerías a los anaqueles de obras de humor. Fue necesario llegar a 1738, más de 100 años después, para que un editor inglés, lord Coteret, rescatara el Quijote de la sección de cómicos, desvelando a la humanidad el manto mágico de ironía que cubre una obra genial que en el fondo es una sátira de la humanidad y una sarcástica crítica social. De este sonrojante modo se descubrió y se hizo pública la dimensión enciclopédica y universal de una narración que no es solo un relato de una época sino también un alegato contra ella, quedando tristemente confirmada la predicción de Cervantes de que solo la edad tardía, individual o colectiva, ya con presumible madurez intelectual, suele permitir al lector, incluso a la élite cultural, penetrar con solvencia en el trasfondo de esta obra estelar.
Resultan por ello placenteras y gratificantes las reflexiones sobre el Quijote de quien confiesa haberlo leído desde niño de forma permanente y obsesiva hasta haberlo casi transustanciado en su ser, donde fueron madurando durante años las sutilezas y claves que iba descubriendo su insistente y pertinaz lectura, y que ahora trata de trasmitirnos a todos, contextualizando por ello a veces sus reflexiones con los recuerdos y vivencias juveniles que se las despertaron en su Úbeda natal.

“El Quijote es un tapiz del universo, un frontal variopinto de historias, personajes, relatos, correrías y doctrinas. Incluye obras maestras, como la novela inserta El curioso impertinente, y un sagaz ejercicio de crítica literaria y también de crítica social”

Nos referimos, ya lo habrá adivinado el lector, al renombrado novelista Antonio Muñoz Molina que en su última obra El verano de Cervantes (Planeta, junio 2025) nos propone hacer con él un repaso del sustrato que la obra encubre bajo la ficción, y de la sacudida cultural que ha supuesto para todo el orbe cultural. Lo hace en capítulos cortos, hasta 156, lo que el lector agradece, intercalándolas con recuerdos personales y comentarios enjundiosos sobre la biografía de Cervantes o el devenir del Quijote por el mundo. También aporta claves que aclaran y justifican muchos de los pasajes del relato. O la razón, hasta del nombre (Panza, Dulcinea…), de los personajes y actores de la obra. O de la incorporación intencionado en la 2ª parte de nuevos personajes, caso del instruido Bachiller Carrasco por ejemplo, al que Cervantes utiliza en ocasiones como portavoz de sus propios juicios o en otras como réplica o contraste en la evolución de la trama, en el papel que otras veces ejerce Sancho. Y por supuesto nos desvela las razones e impulsos que aclaran o justifican episodios inesperados en una narración que intenta nada menos que sintetizar las complejidades de lo real y de la mente humana en una ficción narrativa, como antes sugeríamos.

“Molina nos hace descubrir en sus comentarios sutilezas recónditas, no advertidas o a veces preteridas, inmersas en ese gran repostero/retrato completo de la sociedad de su tiempo que es el Quijote. Tan ambicioso como quiso ser La comedia humana replicándolo, según el propio Balzac reconoce en su obra”

Porque, como ya se dijo, el Quijote es un tapiz del universo, un frontal variopinto de historias, personajes, relatos, correrías y doctrinas. Incluye obras maestras como lo es, para todos, la novela inserta El curioso impertinente. O lecciones morales como las que da Don Quijote en casa de D. Diego sobre la educación de los hijos, la vida conyugal o la poesía. También es un perspicaz ejercicio de crítica literaria, a veces severa, recuérdese el escrutinio de la biblioteca del Quijote por el cura y el barbero. O de crítica social, a veces desalmada, caso del duque y la duquesa sin nombre, pareja de idiotas acomodados en la holganza, el privilegio, el parasitismo y la injusticia social que sirve a Cervantes para pasar de la ironía socarrona a una profunda sátira social.
Molina nos hace descubrir en sus comentarios sutilezas recónditas, no advertidas o a veces preteridas, inmersas en ese gran repostero/retrato completo de la sociedad de su tiempo que es el Quijote. Tan ambicioso como quiso ser La comedia humana replicándolo, según el propio Balzac reconoce en su obra. Y no solo Balzac. Todos los grandes del mundo narrativo, Joyce, Mann, Twain, Melville, Eliot o Flaubert, por ejemplo, según va recordando en sus comentarios Molina han reconocido ser tributarios del Quijote. Y eso a pesar de los casi dos siglos, como ya se dijo, que esta obra permaneció ignorada para la cultura occidental.

“Cervantes, cuando escribe el Quijote, rotura en vacío y, a medida que lo hace, la onda expansiva de su talentosa invención desborda cualquier límite que encuentra, y hace estallar las fronteras ortodoxas de todos los géneros narrativos conocidos, como ocurrió en pintura con el Juicio final de Miguel Ángel y en música con la Novena de Beethoven y luego con Wagner”

Hoy todos aceptan que Cervantes es el inventor de esa forma literaria ya irreemplazable a la que llamamos novela, en la que, como dijo Gunther Grass, pueden caber tanto las historias que son cuentos basados en la realidad como las ficciones que son elaboraciones de experiencias. Molina sostiene con razones fundadas que el Quijote supera ese binomio, es algo más. El Quijote integra en un solo y poderoso flujo narrativo múltiples y variopintas vivencias enhebradas, como en música hace la sinfonía, en una unidad orgánica superior, que aún sigue innominada. Sería una novela que ha saqueado de forma genial y sin escrúpulos todos los géneros literarios conocidos, que carece de precedentes, y que, a diferencia de la épica, el drama o la lírica no tiene modelos antiguos que puedan limitar, incluso en el subconsciente, la libertad creativa del autor. Se ha dicho, también lo dice Molina, que Cervantes, cuando escribe el Quijote, rotura en vacío y aprende el oficio de lo que hace al escribir, que sobre la marcha va contando lo que pensaba que contar, que aprende a escribir su novela mientras la escribe, pero que a medida que lo hace la onda expansiva de su talentosa invención desborda cualquiera de los límites que va encontrando y hasta cualquier expectativa del propio Cervantes, haciendo estallar las fronteras ortodoxas de todos los géneros narrativos conocidos hasta entonces. Como ocurrió en pintura con el Juicio final de Miguel Ángel y en música con la Novena Sinfonía de Beethoven y luego con Wagner.

“Resulta placentero acompañar al autor en el viaje que describe en las últimas secuencias de la obra, verdadera romería ritual de culto y añoranza, a los lugares que jalonan la ruta cervantina en La Mancha, El Toboso, Puerto Lapice y sus molinos de viento, la Cueva de Montesinos, etc., aunque la devoción se vaya diluyendo en una leve aura de nostalgia y melancolía”

La obra de Molina, como ya se ha dicho, es un rastreo ilustrado y una indagación erudita de los entresijos de esta obra genial, de su génesis y de su influencia en el foro literario universal. Repasar con él en sus 156 breves secuencias, descubriendo las costuras ocultas que abrochan los episodios de obra de tanto talento, no puede ser más reconfortante y cautivador. Como lo es, una vez compartida su admiración por el Quijote y su autor, acompañarlo en el viaje que describe en las últimas secuencias de la obra, verdadera romería ritual de culto y añoranza, a los lugares que jalonan la ruta cervantina en La Mancha, El Toboso, Sierra Morena, Puerto Lapice y sus molinos de viento, la Cueva de Montesinos, etc., aunque la devoción se vaya diluyendo en una leve aura de nostalgia y melancolía.
El verano de Cervantes parece historia real, un diario anotado de las emociones sentidas por Molina en sus persistentes lecturas, un recuerdo evocador de las vivencias provocadas por una obra, el Quijote, de un autor, Cervantes que, según confiesa está entre los que admira desde luego, pero sobre todo está entre los poquísimos que ama. Intercalados en sus reflexiones aparecen datos biográficos de Cervantes sacados todos y solo de textos cervantinos: era católico ortodoxo, también súbdito leal de la monarquía hispana, y no hay rastro alguno ni de cripto-judaísmo como se ha dicho ni de homosexualidad encubierta como se dice ahora, en ambos casos sin base seria alguna.
El encomiable trabajo de Muñoz Molina es una feliz y sólida reafirmación de la escritura cervantina y de su autor, que confirma por días la solidez y justicia del podio que ocupa en las letras mundiales. También es una invitación a la relectura del Quijote bajo perspectivas inéditas.

A la búsqueda de la justicia universal

Leyre Sáenz de Pipaón es ya un referente en una de las más viejas aspiraciones de la humanidad, la creación de un Tribunal jurisdiccional universal capaz de enjuiciar y hacer cumplir en su caso las posibles condenas por crímenes de Estado, genocidio o crimen de lesa humanidad, erigiendo definitivamente al rango de principio absoluto de nuestra civilización la justicia universal como ya propugnaban Platón o San Agustín.
Ya en su tesis doctoral esta autora, brillante eslabón en la cadena de penalistas vinculados a Jiménez de Asúa, propugnaba una Política criminal universal, así la titulaba, y en una obra posterior de 2022 analizaba con seriedad los que llamaba Crímenes universales, pero siempre con la amarga conclusión de que las interferencias de la política, ese lawfare que se denuncia ahora tanto en nuestra política interna, vampiriza insensiblemente la justicia interestatal o supraestatal en aras de los intereses de los poderosos.JAGS 3
Muy oportunamente ahora, en 2025, cuando las guerras de Ucrania y Gaza dejan al rojo vivo la añoranza de una jurisdicción planetaria supraestatal y decisoria que acabe con estas vergonzosas masacres, acaba de publicar otra sólida obra sobre la Jurisdicción criminal universal y extraterritorialidad de la ley penal (Dykinson, 2025).

“La autora dedica el núcleo central de su trabajo al examen de la Corte Penal Internacional creada en el seno de la ONU por su Consejo de Seguridad, Tribunal de signo permanente y vocación de universalidad, aunque lamentablemente de nuevo su escrutinio no nos permite vislumbrar un panorama esperanzador”

Es un trabajo ambicioso en el que, tras analizar y valorar con rigor la experiencia histórica tanto de esos Tribunales esporádicos creados contra la criminalidad universal y de estado en Nuremberg y Tokio por ejemplo, como de los específicos internacionales creados para los conflictos concretos de Camboya, Ruanda, Sierra Leona, Yugoslavia y Líbano, dedica el núcleo central de su trabajo al examen de la Corte Penal Internacional creada en el seno de la ONU por su Consejo de Seguridad, cuyo Estatuto ya anunciaba la creación de un Tribunal de signo permanente y ambición de universalidad, un Tribunal de todos para todos. La autora analiza con rigor minucioso su operatividad tanto en los diecisiete asuntos que tiene en curso como en los ocho aún en trámite, aunque lamentablemente de nuevo su escrutinio no le permite vislumbrar y poder anunciar un panorama esperanzador: son tribunales bienintencionados, pero carecen de órganos ejecutivos y tienen mermada su independencia por el imperialismo rampante. En realidad, nacen estigmatizados por los fuertes, ya se dijo.
Desde luego hay que reconocer que todos estos esfuerzos van suponiendo pasos importantes hacia el ideal de una justicia universal, que lamentablemente por ahora no pasa de ser una quimera.
Interesantes resultan las observaciones colaterales de Leyre sobre la guerra justa de la escolástica o la guerra santa islámica. Y de gran utilidad para los juristas domésticos es el estudio pormenorizado que añade de nuestro Derecho positivo, desde la Ley provisional (¿) de 1870 que se mantuvo vigente hasta la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1985 y las discutidas leyes complementarias que la han seguido.
El esfuerzo de Leyre, digno de admiración y aplauso, supera desde luego las perspectivas de una justicia universal venidera.

El sacacorchos

Gutiérrez Alviz publica una nueva serie de sus amenos artículos de prensaJAGS 4

No podemos dejar de hacer referencia a la nueva obra de este notario, hoy Director de la Academia Sevillana de Buenas Letras, en la que bajo el título El sacacorchos (Real Maestranza de Caballería, mayo 2025) recoge, además de algunas presentaciones y obituarios, una serie de artículos y columnas costumbristas publicadas en la prensa sevillana durante los años 2020/24, que se suman a los ya publicados y referenciados en eta revista (La soldada rasa, El testamento del espía, etc.), y que como ellos siguen desbordando gracia y crítica social, impregnados por lo general de esa ironía cáustica que en Cádiz denominan guasa. La prosa fresca y ágil del autor facilita como siempre su lectura que siempre despertará una leve sonrisa.

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