VARIA

En el número anterior de esta revista mi compañera de Tribunal de las últimas oposiciones al título de notario, Cristina Amunátegui, nos ofrecía una visión de las mismas desde su condición de Catedrática de Derecho Civil en la que describe, con gran rigor y acierto, aspectos muy interesantes del proceso de selección que pueden pasar desapercibidos para quienes no estén familiarizados o no tengan interés en detalles de suma importancia. Por mi experiencia, he de decir que todo cuanto escribe es rigurosamente cierto y su visión y opiniones son, además de acertadas, de un incalculable valor práctico en tiempos como los actuales.

Mi agradecimiento por su acierto y por haber defendido un sistema de selección que, aunque pudiera ser mejorable puntualmente, es rigurosamente objetivo y respeta los principios de igualdad, mérito y capacidad. En definitiva, los Tribunales de oposiciones constituyen el “Departamento de Recursos Humanos” para elegir los candidatos que parecen más idóneos porque, no se olvide, las oposiciones son una competición entre los participantes que se decide por los méritos que cada candidato acredita ante el Tribunal en igualdad de condiciones.
Vamos con la crónica. La convocatoria se publicó en el BOE el día 29 de enero de 2021, la lista definitiva de admitidos, el 29 de abril, la composición de los tribunales, el 14 de junio, la fecha de comienzo de los ejercicios, el 24 de junio y el sorteo se celebró el 30 de junio de 2021, para empezar el primer opositor, del primer llamamiento, del primer ejercicio, el 13 de septiembre de 2021. Por tanto, entre la publicación de la convocatoria y la actuación del primer examinando transcurrieron siete meses, dos semanas y un día (227 días), pero entre el sorteo y la actuación del primero solo dos meses y dos semanas (75 días), tiempo que puede parecer generoso pero que, en realidad y teniendo en cuenta que todos los opositores fueron “presa del pánico” a principios de junio con una de las reformas legislativas más importantes de los últimos cuarenta años, supuso “cambiar el paso” a todos ellos y, especialmente, a los primeros en ser llamados a actuar.
En mi opinión, entre la fecha del sorteo y la de inicio del primer ejercicio debe haber más tiempo, porque lo de concentrar todo el temario en el menor número de días posibles (es decir, “dar la última vuelta”) no es fácil, cómodo, ni labor de un mes, sino de muchísimo más tiempo, de gran dificultad y esfuerzo sobrehumano. ¡Y el que dude de esto que pregunte a los protagonistas, a menos que quiera seguir sumido en su ignorancia, pensar que el opositor supera el examen porque ha sido “ungido” y despreciar el infinito esfuerzo que implica llegar en condiciones óptimas ante el Tribunal!
Como curiosidad y a propósito de la importante modificación legislativa que trastocó la estrategia de todos los opositores (Ley 8/2021), diré que en mi Tribunal el primer tema que extrajo el primer opositor, del primer llamamiento, del primer ejercicio, del primer día fue, precisamente, el de la “incapacidad”, palabra proscrita a partir de dicha ley. ¡Una fatalidad para la primera opositora, una sorpresa para el Tribunal y toda una premonición para opositores supersticiosos! Desde aquí, mis mejores deseos para aquella primera opositora, por su valentía a la hora de afrontar aquel difícil momento.

“Los Tribunales de oposiciones constituyen el ‘Departamento de Recursos Humanos’ para elegir los candidatos que parecen más idóneos porque, no se olvide, las oposiciones son una competición entre los participantes que se decide por los méritos que cada candidato acredita ante el Tribunal en igualdad de condiciones”

Centrándonos en el Tribunal 2, la primera vuelta del primer ejercicio (lo que se denomina técnicamente “primer llamamiento”) transcurrió desde el 13 de septiembre hasta el 16 de noviembre (un total de 43 sesiones, en las que actuaron o intentaron actuar 170 opositores); la segunda vuelta empezó el 16 y concluyó el 30 de noviembre (un total de 11 sesiones, en las que actuaron o lo intentaron 79 opositores). En primera vuelta aprobaron el ejercicio 93, y en segunda, 11, un total, por tanto, de 104.
En el Tribunal 1 superaron el primer ejercicio un total de 117 opositores. Su primer llamamiento duró desde el 13 de septiembre al 24 de noviembre, y el segundo, del 25 de noviembre al 14 de diciembre.
Para el segundo ejercicio fueron convocados al primer llamamiento el día 15 de febrero de 2022, al que se presentaron 18 opositores; todos aprobaron su ejercicio. Al segundo llamamiento fueron convocados el día 28 de febrero y duró hasta el día 6 de abril (en la que actuaron o lo intentaron 86 opositores; aprobaron el ejercicio 45, por lo que pasaron al tercer ejercicio un total de 63). En esta segunda vuelta hay que resaltar una circunstancia que fue crucial para la organización de cada opositor de cara al examen; por iniciativa del presidente, con la aquiescencia de los demás miembros y con la extraordinaria organización de la secretaria del Tribunal, Teresa Andrés, la convocatoria fue hecha “a medida” para cada opositor, de tal forma que supo con antelación el día concreto que cada uno tenía que examinarse; ¡solo les faltó saber la hora y los temas que tendrían que exponer!
En el Tribunal 1, el primer llamamiento tuvo lugar los días 15 y 16 de febrero, y el segundo, del 17 de febrero al 7 de abril; superaron el segundo ejercicio un total de 63 opositores, lo que supuso coincidir en el número de aprobados de ambos Tribunales.
Para el tercer ejercicio fueron convocados todos los opositores de ambos Tribunales en la Escuela de Ingenieros Navales el día 28 de mayo, sábado, 160º aniversario de nuestra Ley del Notariado, pero que en realidad pasará a la historia como un día “señalado” por coincidir con “el partido” del que todo el planeta estaba pendiente: la final de la Champions League con el Real Madrid C.F. optando a otro título.
Y ese día, mientras el mundo entero era ajeno a la “tragedia personal” de nuestros protagonistas, sus familias y acompañantes -¡qué día tan espantoso para todos ellos, lleno de tensión y ansiedad, de ilusiones, miedos, incertidumbres y trabajo, inmenso trabajo!- 126 Opositores, todos ellos dignos de admiración y respeto, dieron un extraordinario ejemplo de entrega y sacrificio, sufriendo el terrible calor y “luchando” contra “La Fontana de Oro”, que fue el título elegido para el supuesto de hecho del dictamen del tercer ejercicio. ¡Cuánto sufrimiento presenciamos desde el Tribunal mientras caminábamos entre las filas de mesas de opositores, a los que ya conocíamos de sobra por sus “tardes de gloria” en los anteriores ejercicios!
El examen concluyó pasadas las 8 de la tarde y, al salir de la Escuela de Ingenieros Navales, en el caluroso atardecer de un sábado del mes de mayo que nunca olvidarán, se produjo un espontáneo y emocionante momento: a medida que iban saliendo nuestros protagonistas, los Opositores, con mayúsculas, recibían el cariñoso aplauso de quienes allí aguardaban expectantes a sus hijos, parejas, familiares o pupilos, que dejaban atrás la “dura batalla” librada con los distintos problemas de Derecho Civil y Mercantil que les habían sido planteados. Sin duda, un momento muy especial para todos ellos porque, independientemente del resultado, todos habían jugado “su partido”.
Y, tras la batalla, cada uno a sobrevivir como pudiera a la tensión, a dar vueltas y más vueltas a lo que ha escrito o no, a ver el partido, a llorar o a cualquier otra cosa sana o insana, porque -y esto solo lo saben quienes han estado en esa situación- desde que termina el dictamen hasta que se publican las calificaciones, ¡son los peores días de la oposición!
Como hecho relevante, destacaremos que una de las opositoras del Tribunal 1 estaba en “avanzadísimo estado de gestación”, o lo que es lo mismo, que estaba a punto de dar a luz, por lo que el Tribunal estuvo muy pendiente en todo momento de ella por si empezaban los síntomas, lo que afortunadamente no tuvo lugar durante el examen, porque habría sido algo frustrante para ella llegar al momento final y no poder concluir el examen “por causas naturales”. Un mes más tarde me contó que su marido estuvo esperando las seis horas con el coche en el aparcamiento de la Escuela por si había que salir “pitando” al hospital. Para ella todo esto tuvo un final doblemente feliz, pues el mismo día que nació su hijo, unas horas después recibió la noticia de que había aprobado. Como se suele decir, “los niños vienen con un pan debajo del brazo”.
La lectura del tercer ejercicio comenzó el lunes, 31 de mayo y concluyó el 7 de junio para el Tribunal 2, y el 9 de junio para el Tribunal 1. El cuarto ejercicio tuvo lugar el 7 de julio, y de allí salieron nuestros 90 nuevos compañeros.
Al finalizar el cuarto ejercicio se les pasó una pequeña encuesta que arroja algunas curiosidades, de las que destacamos las siguientes.

“¡Cuánto sufrimiento presenciamos desde el Tribunal mientras caminábamos entre las filas de mesas de opositores, a los que ya conocíamos de sobra por sus ‘tardes de gloria’ en los anteriores ejercicios!”

Empezando por la “cuestión de género”, las féminas han ganado el partido: han aprobado 46 mujeres y 44 hombres (en el Tribunal 1, han ganado por 24-21, pero en el Tribunal 2 el resultado ha sido 22-23). En cuanto a la edad, el mayor nació en 1979 y el menor, en 1998. Pero esto no tiene necesariamente que suponer que el mayor haya dedicado todo su tiempo a opositar ni que al menor “se le haya aparecido la Virgen”, sino que cada uno tiene su historia de trabajo y sacrificio, y no se puede caer en la tentación de hacer una simple media con las edades de ambos. La media de edad de los aprobados en el Tribunal 1 es menor que la del 2.
Respecto de las materias por las que se empezó a estudiar, en el Tribunal 2 todos los aprobados empezaron por el Derecho Civil, mientras que en el Tribunal 1, un opositor empezó por el Derecho Mercantil. En cuanto a los temas de Derecho Civil que llevaban en primera vuelta, el 50% de los aprobados llevaba cuatro temas a la semana, y un 22’22%, tres; en segunda vuelta, el 25’55% llevaba ocho a la semana, y el 17’77%, seis.
En lo que concierne a días de estudio a la semana, el 93’26% de los aprobados estudió seis días a la semana; respecto a las horas de estudio diarias, en el Tribunal 1, el 45’45% estudió diez horas diarias y en el Tribunal 2, el 33’33% también; en cuanto a las horas de estudio semanales, en el Tribunal 1, el 47’73% estudió una media de sesenta horas semanales, y en el Tribunal 2, el 26’66% también.
Si nos centramos en los días de vacaciones al año, en el Tribunal 1, el 18’18% se tomaron quince días al año, y un 25%, entre veinte y veinticinco días. En el Tribunal 2, el 37’21%, entre diez y quince días al año, y el 20’93%, entre veintiuno y veinticinco días.
Y vamos a un punto muy interesante para los opositores; a la pregunta “en cuánto tiempo dio la última vuelta del primer ejercicio”, en el Tribunal 1 hay dos opositores que las daban en tres días, diez que las daban en siete días y ocho que las daban en diez días, siendo la media de tiempo para dar la última vuelta en 10’95 días; el que más tiempo tardaba en dar la vuelta eran treinta días. En el Tribunal 2, hay uno que las daba en tres días, dos, en cinco días, siete, en siete días, ocho que las daban en diez días y siete, en catorce días; la media de tiempo en dar la última vuelta es de 10’93 días y los que más tardaban en dar la última vuelta (que son tres) lo hacían en veintiún días.
A la pregunta de cuándo empezó a preparar el segundo ejercicio, en el Tribunal 1 el 21’21% respondió que “al aprobar el primer ejercicio”, y un 15’15%, “al acabar la segunda vuelta de Derecho Civil”. En el Tribunal 2, un 18’60% respondió que “al segundo año de oposición”, un 9’30% “al año”, que es el mismo porcentaje que otros que respondieron “al año y medio”, “al tercer año” o “al acabar la primera vuelta de Derecho Civil”.
Cuando se les pregunta cuántos temas de Derecho Mercantil llevaban a la semana, responde que llevaba cuatro el 23’53% del Tribunal 1 y el 20’93% del 2. Y a la pregunta “en cuánto tiempo dio la última vuelta antes del segundo ejercicio”, las respuestas son similares a las del primero.
Pero, sin duda, lo que más debe llamar la atención es cuándo se empieza a preparar el tercer ejercicio, porque aquí reside uno de las cuestiones más importantes para conseguir el ansiado éxito final. En el Tribunal 1, el 73’17% responde que “al aprobar el 2º ejercicio”, y en el Tribunal 2 esta misma respuesta la ofrece el 54’55%. En mi opinión, la preparación del tercer ejercicio debe empezar muchísimo antes de aprobar el segundo ejercicio, pues el dictamen muestra al Tribunal cuán “maduro” está el opositor al enfrentarse a supuestos concretos, y esa madurez es difícil alcanzarla con muy poco tiempo de preparación, aunque sea muy intensa. Y esto lo hemos comprobado viendo cómo jóvenes opositores con notas muy altas en los ejercicios orales no han superado el tercer ejercicio.
Para no aburrir más al lector, concluyo la referencia a la encuesta con dos preguntas interesantes. La primera, que al 45’97% le ha parecido que el ejercicio más difícil es el tercero, mientras que para un 29’88% lo ha sido el segundo, y para un 21’83%, el primero. Y la segunda, que infunde un mensaje de optimismo, es que un porcentaje del 33’33% de los aprobados lo han conseguido “a la primera” y un 26’44%, “a la segunda”.

“Lo que más debe llamar la atención es cuándo se empieza a preparar el tercer ejercicio, porque aquí reside uno de las cuestiones más importantes para conseguir el ansiado éxito final”

Vamos terminando con una reflexión. Se discute mucho sobre “humanizar la oposición”, cambiar el sistema y cosas por el estilo, pero aquí hay que tener en cuenta que el nivel de exigencia debe ser muy alto, porque los conocimientos que hay que dominar han de ser necesariamente amplios, habida cuenta del volumen legislativo y de supuestos de hecho a los que nos enfrentamos diariamente. Si nos remitimos a términos médicos, si alguien tiene que ser intervenido quirúrgicamente, quiere, exige, que quien haya de hacerlo tenga los máximos conocimientos y el mayor nivel de exigencia posible para que domine la materia y el éxito dependa en la menor medida del azar.
Pues bien, si nos centramos en nuestra materia, no podemos olvidar que todo cuanto se contiene en el programa se acaba utilizando y su conocimiento es necesario para la práctica, antes o después, por lo que, concluyo, a menos que se quiera regalar el título o haya una drástica reducción de contenidos exigibles, el único que puede “humanizar” la oposición es el Tribunal, recordando cómo era todo cuando estaba “al otro lado de la mesa”, para, de esa forma, tener una actitud empática con el opositor, informar con antelación suficiente de todo cuanto afecte al desarrollo de la oposición y facilitar la inmensa dificultad que entraña.
Pero también pueden “facilitarse” las cosas desde instancias superiores. En primer lugar, convocando las oposiciones inmediatamente después de concluir las anteriores, o lo que es lo mismo, anualmente, posibilidad que antes contemplada el artículo 5 del Reglamento Notarial, lo que ofrecerá más oportunidades de intentarlo en menos tiempo a todos los opositores, con todo lo que ello conlleva. Y en segundo lugar, permitiendo que las plazas que hayan sido asignadas al turno de discapacidad, si no se cubren, acrezcan en la misma oposición al turno ordinario. Esto no es una “ocurrencia”, sino sentido común, para lo cual debería modificarse el Real Decreto 863/2006, que es quien lo impide. Y que nadie diga que esto es un privilegio para nuestras oposiciones, pues esta posibilidad se contempla expresamente en la recientísima convocatoria para jueces y fiscales por Acuerdo de 28 de octubre de 2022 de la Comisión de Selección competente, publicada en el BOE de 2 de noviembre. Esta posibilidad ya fue tratada en el número de marzo-abril de 2008 de esta revista por Emilio Durán Corsanego.
Y quiero concluir este artículo con una dedicatoria a todos los opositores, con todo mi respeto y admiración, felicitando sinceramente a quienes aprobaron y, a quienes no lo consiguieron, mis mejores deseos de éxito en el futuro, para que sigan afrontando con determinación, ilusión y trabajo ese inmenso reto y extraordinario sacrificio personal y familiar que es necesario para alcanzar el objetivo. A los primeros les pido, humildemente, que se preocupen y encarguen de quienes no aprobaron, porque muchos de los que han triunfado hoy son quienes no lo consiguieron ayer; y a los segundos les ofrezco mis sinceras disculpas si, por acción u omisión, el desarrollo de la oposición no ha respondido a sus expectativas.

Palabras clave: Oposiciones, Rigor, Crónica.
Keywords: Competitive public examinations, Standards, Account.