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Por: JAVIER GÓMEZ TABOADA
Abogado tributarista. Socio de MAIO LEGAL (www.maiolegal.com)


DERECHO FISCAL

Es a Napoleón a quien se le atribuye esa estrategia de que cuando se quiera dar la sensación de hacer algo (cosa distinta es que, efectivamente, se haga) se cree una comisión ad hoc; amén de que, si sus recomendaciones fueran impopulares, siempre se podría atribuir a aquella su exclusiva responsabilidad, y no al mandatario que, así, se vería del todo exonerado…

Hace apenas unas semanas que el “Comité de personas expertas” (sic), designado al efecto, entregó a la “persona titular del Ministerio de Hacienda” (BOE dixit; antaño Ministro/a) el, así denominado, “Libro blanco sobre la reforma tributaria”. Ya en su propia portada anticipa la terminología al uso -tan cargante, tan almibarada- que trufa su lenguaje: digitalización, sostenibilidad, transversal, circular, ecológico, género… Lo confieso: ese lenguaje tan rimbombante -y, a la vez, esperable- se me hace muy cansino, por espeso y poco fresco y ágil. En fin, que me estoy haciendo mayor.

“Echo en falta algún tipo de crítica respecto al desmesurado nivel de gasto”

En cuanto al contenido del documento -como es lógico, fruto del perfil esencialmente académico de sus autores- daría para mucho, pero focalizaré mi atención en algunos apuntes:
- Echo en falta, ya a modo de posible reflexión preliminar, algún tipo de crítica respecto al desmesurado nivel de gasto o, al menos, su grado de mejorable eficiencia.
Cabe recordar que España ya está entre los países más endeudados del mundo y que, además, nuestro esfuerzo fiscal (magnitud mucho más acertada que la tan manida presión fiscal) no deja ya margen para sobrellevar sensibles incrementos impositivos. Así las cosas, qué menos que pararse a evaluar el gasto y nuestra capacidad para financiarlo de un modo -ahí sí- sostenible. Máxime cuando hay estudios (vgr.: el reciente del Instituto de Estudios Económicos) que evalúan en +/- 60.000 millones de euros el posible ahorro (un 14%) a través de la mejora de la eficacia del gasto. Siempre, claro, que como premisa se tome consciencia de que ese dinero es de todos…, y no “de nadie”; pues “no es lícito, no es justo, no es legítimo que los ciudadanos hayan de afrontar, con su limitado patrimonio, los evidentes dispendios y alegrías del gasto o el despilfarro de los poderes públicos” (1).
- No obstante, bien es cierto que el propio presidente del Comité afirmó, públicamente, que “hablamos de recaudar ingresos para hacer políticas de gasto” y que “es lamentable decir que el dinero está mejor en el bolsillo de los ciudadanos”. No voy a ocultar que, con ese punto de partida, ya me ubico casi en las antípodas de ese ideario, que es, sin duda, el que lleva al Libro blanco a entender que “hay margen para recaudar 35.000 millones más en IVA y tributos verdes” sin que ese incremento de la recaudación se anude -necesaria e inexorablemente- a un incremento de la renta y/o consumo; o lo que es lo mismo: asumir que la recaudación pueda llegar a incrementarse solo a costa de un mayor esfuerzo de la ciudadanía.
- Como es bien sabido (y, además, así se había augurado) el Comité también aboga por una recentralización de la autonomía tributaria de las Comunidades Autónomas, en un proceso jacobino que llama la atención que pueda llegar a buen puerto con un Ejecutivo cuyo apoyo parlamentario viene de algunas fuerzas políticas centrífugas. Sea como fuere, entiendo que cualquier retoque del reparto competencial impositivo habría de venir anudado a una configuración que aliente una genuina corresponsabilidad fiscal (que ni está ni se la espera) y que, además, fomente un encaje armónico -que hoy distamos de tener- de los territorios forales.
- Aprecio (y es de justicia decirlo) algunas observaciones que el Libro vierte en cuanto a la muy preocupante inseguridad jurídica que anidó en España hace ya lustros y que parece haber venido para quedarse, amenazando con llevarse por delante mucho más que el Derecho. Confiemos, pues, en que esa llamada de atención no sea ya tardía…; aunque me temo lo peor.
- También valoro positivamente que se haga un propósito de enmienda respecto a algunos tics desarrollados por las Administraciones tributarias tales como los plúmbeos costes indirectos de cumplimiento (es decir, la excesiva burocracia… ¡ay, ese modelo 036!) o esa llamada a mejorar la relación con los contribuyentes (ergo se reconoce que no es la ideal) “evitando la impresión de persecución a aquellos que suelen cumplir correctamente”. No veo, sin embargo, que se incluya reflexión alguna respecto al sistema de retribución variable existente en la AEAT y en el que, quizá, anide esa ya cuasi unánime sensación de que, “en sus actuaciones, prima el objetivo recaudatorio” (2).

“Aprecio algunas observaciones en cuanto a la muy preocupante inseguridad jurídica”

En cualquier caso, mucho me temo que los acontecimientos se han precipitado y que la guerra de Putin y sus funestas consecuencias -¡también económicas!- harán que algunos de los postulados del Libro queden guardados (aunque, quizá, no olvidados) en un cajón.
Ahora lo prudente, en cualquier caso, debería ser aplicar la máxima cautela ante un escenario preocupante que aflora cuando aún no se habían apagado los efectos de la pandemia (que, a su vez, nos asoló antes de que nos hubiéramos recuperado de la “Gran recesión”), lo que nos ubica en una renta per cápita próxima a la de inicios de siglo, y casi un 30% inferior a la de la eurozona. La inflación -el impuesto a los pobres-, la no deflactación de la tarifa del IRPF -la progresividad en frío-, o la propia fiscalidad de la energía tampoco ayudan.
Confiemos, pues, en que las alzas impositivas -por muy graduales que sean- propuestas en el Libro se pospongan sine die en aras de apostar por la recuperación de nuestra economía, el deseable crecimiento acompañado de creación de empleo (¿hay mejor política social?) y que, con ello, demos oxígeno a nuestro depauperado nivel de vida del que, en último término, se desprende nuestra “capacidad económica” consagrada en la Constitución como magnitud sobre la que modular nuestra justa contribución a los gastos públicos.
Lo demás es perseguir nuestra propia sombra en forma de gasto, dopados con la anestesia de una deuda que, una y otra vez, hipoteca el porvenir de las futuras generaciones.
#ciudadaNOsúbdito

(1) José Navarro Sanchís en el prólogo a Comentarios a la nueva Ley de represión del fraude fiscal, José Andrés Sánchez Pedroche (ediciones CEF, 2021).
(2) Opinión de los Economistas Asesores Fiscales sobre nuestro sistema tributario, REAF/ IEB/CGE 9/2020.

Palabras clave: Reforma tributaria, Libro blanco, Recaudación.
Keywords: Tax reform, White Paper, Collection.

Resumen

Recientemente, el Ministerio de Hacienda ha recibido el Libro blanco sobre la reforma tributaria que -absteniéndose de criticar el elevado nivel de gasto- propone cambios que permitan incrementar la recaudación y, además, alentar ciertas políticas que abunden en principios tales como la sostenibilidad, digitalización o la innovación.

Abstract

The Ministry of Finance has recently received the White Paper on tax reform which while refraining from any criticism of the level of spending, proposes changes that will increase the amounts collected and encourage policies involving principles such as sustainability, digitization and innovation.

 

 

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