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EL REPRESENTANTE DE JORNADAS DE BURGOS ANALIZA LA SITUACIÓN ACTUAL DEL NOTARIADO

Una entrevista de Elena López Ewert

- Jornadas de Burgos no se configura como una asociación. ¿Cómo está estructurada? ¿Con qué objetivos y perspectivas? ¿Qué actividades realiza?
Jornadas de Burgos nace como consecuencia de la inquietud de unos notarios, derivada de las expectativas que parecían crear las conclusiones del Congreso Notarial de abril de 1991, y, como indicaba el impulsor de aquella primera reunión, José-María Gómez-Oliveros, con el ánimo de contribuir al afianzamiento del Notariado como uno de los principales recursos para garantizar seguridad y prestar confianza a las relaciones jurídicas, potenciando todos los instrumentos de que el legislador nos ha dotado en nuestra condición de funcionarios públicos, al servicio de una mejor labor asesora y de control de legalidad de los documentos que autorizamos, por entender que la simple "actividad legitimadora de documentos" supone encerrar al notariado en un corsé que puede oprimirle de tal manera que haga separarle de su tiempo y de las demandas sociales, poniendo en peligro, incluso, su propia existencia.
Con esa intención se celebró la primera mesa redonda en octubre de 1991, donde se analizó la importancia de la labor de asesoramiento que presta el notario. De la ilusión de los allí reunidos surgió la idea de celebrar, con carácter periódico, una serie de jornadas en el futuro, ampliando la convocatoria a todos los notarios de España, con el fin de seguir analizando los distintos aspectos y problemas de la profesión notarial.
Los asistentes a aquella primera reunión se constituyeron pues, de manera informal, en el grupo "Jornadas Notariales de Burgos", en homenaje a la ciudad que les acogió en sus primeras sesiones.
Su actividad, desde entonces, ha consistido en promover reuniones de notarios en distintos puntos de la geografía española -San Sebastián, Santiago de Compostela, Sevilla, etc.- con el fin de analizar, como si de congresos se tratara, cuestiones de actualidad o interés corporativo.
Los miembros de "Jornadas Notariales de Burgos" no se han constituido en asociación por el simple motivo de que los criterios de sus componentes, en orden al planteamiento de las soluciones en el análisis de los problemas notariales, no son uniformes.
Es pues un foro de opinión abierto, cuyo objetivo, en estos momentos, es el de organizar jornadas de estudio sobre temas internos sujetos a debate corporativo, completando, de esta manera, los actuales Congresos Notariales que, con carácter institucional, se organizan para tratar cuestiones científico-jurídicas.
 
-Como notario que desarrolla su profesión en Cataluña, la reforma del Estatut la considera como un asunto de gran importancia. Desde un punto de vista principalmente práctico ¿en qué medida cree que este nuevo texto legal puede afectar al Notariado catalán? ¿Y al resto de España?
Está claro que del tratamiento que se dé a la institución notarial en los distintos Estatutos de Autonomía, dependerá el futuro de esta profesión: un solo cuerpo de funcionarios o distintos cuerpos funcionariales con requisitos de acceso y formas de organización diferentes.
La raíz de la cuestión está en conocer cuál es la voluntad de las distintas fuerzas que componen el espectro político, tanto en las diferentes Comunidades Autónomas como en el Parlamento Español.
En este sentido hay que decir que alguno de los partidos políticos que integran el tripartito catalán no oculta su querencia hacia una Cataluña con instituciones totalmente independientes de las del resto de España, y así lo ha manifestado en múltiples ocasiones. El notariado forma parte, para ellos, de estas instituciones.
La redacción actual del art. 147 del Estatuto catalán, que parece que seguramente será la definitiva, ya está algo descafeinada en relación con la primera que salió del Parlamento de Cataluña, y eso es positivo para los que creemos que el notariado debe ser el mismo en todo el territorio nacional. Sin embargo, como cualquier norma, este artículo es interpretable a la luz de "la realidad social del tiempo en que ha de ser aplicada", lo que hoy puede también traducirse como "conforme a la voluntad política de los representantes de la soberanía emanada del pueblo a través de las urnas".

"Del tratamiento que se dé a la institución notarial en los distintos Estatutos de Autonomía dependerá el futuro de esta profesión"

El acceso al notariado tiene lugar, de momento, mediante unas oposiciones que son las mismas, con el mismo programa y las mismas normas, para todos los licenciados en derecho españoles. La modificación de este sistema podría alterar la condición de los funcionarios notarios. Véase, sino, lo que está pasando con los integrantes de los Cuerpos de Seguridad del Estado. En este sentido, ¿qué se entiende por competencia ejecutiva para convocar, administrar y resolver las oposiciones, de la que habla el art. 147 del Estatut?. Si se trata de una competencia puramente formal, no se planteará ningún problema. Si la voluntad política de algunos va más allá de una normal delegación de funciones y encuentra el suficiente apoyo en el ejecutivo español, puede hacer que las oposiciones de acceso, o los concursos notariales en su caso, para poder ejercer en territorio catalán, sean, en los requisitos de convocatoria, en la forma de su administración o en las condiciones de su resolución, un camino para crear distintas categorías de notarios en función de la oposición superada en cada supuesto para el acceso al cuerpo.
No basta, por lo tanto, defender la unidad del instrumento público y del escalafón, sino también y muy especialmente, la del sistema y requisitos de acceso a la profesión y de los eventuales traslados. El resto de las presumibles exigencias autonómicas, conocimiento del derecho propio y del idioma, no suponen obstáculos para ningún notario español, que son todos ellos especialistas en lo primero y que tienen aptitud suficiente para superar el segundo, que es más artificial que real.

-Uno de los temas candentes de la actualidad de este cuerpo es el de la reforma del Reglamento Notarial. En el texto propuesto ¿qué carencias ha percibido? Por el contrario ¿cuáles son las principales mejoras respecto de la situación anterior?
Se hace difícil contestar en unos minutos cuestión tan ardua como la que propone. No obstante, cabe decir que ésta es una reforma insistentemente reclamada en todos los foros que ha organizado o en los que ha intervenido "Jornadas Notariales de Burgos". Entendemos que las normas por las que nos regimos deben estar en constante actualización, como la propia función que tenemos encomendada. Ello implica una serie de continuas reformas parciales al articulado del Reglamento y, por ende, una revisión en profundidad del mismo cada cierto periodo de tiempo.
Sin embargo, estas reformas en profundidad exigen un planteamiento claro de lo que el usuario del servicio -el consumidor- necesita y de los instrumentos que el notario debe tener a su disposición para satisfacer estas necesidades. Por ello era fundamental regular la forma del documento público tras la llegada al cuerpo notarial de los antiguos corredores de comercio, así como toda la materia relacionada con el buen hacer deontológico del notario en el desarrollo de su actividad, que repercute de una manera innegable en la atención que recibe el cliente en el momento de la prestación del servicio público notarial.
No obstante, se sigue echando de menos la existencia de unos cimientos que sustenten esta reforma. La más deseada todavía que la reforma del propio Reglamento, la de la Ley del Notariado, está todavía pendiente de articularse, no obstante la cantidad de propuestas que ha habido al respecto. Sin una Ley clara y actualizada, las vicisitudes que puede sufrir un reglamento sigue manteniéndonos en una especie de incertidumbre nebulosa.
Por otra parte, entendemos que la reforma de la estructura corporativa exige un más amplio debate en el que deben participar también las bases colegiales, por lo que, sin perjuicio de sacar adelante la reforma en los otros aspectos, debería aplazarse unos meses la de los artículos que regulan la organización corporativa.

-Ha sido durante diez años el Director de la Academia de Opositores de Cataluña. Con esta perspectiva, el Notariado se enfrenta ahora al reto de mantenerse al día con las múltiples novedades legislativas a todos los niveles, estatal, autonómico, incluso comunitario... en definitiva, una permanente innovación de conocimientos. En suma ¿cómo afrontar esa formación continuada del Notario al servicio de sus clientes individuales y empresas?
Como muchas otras profesiones, el notario necesita estar continuamente renovando sus conocimientos. Ello exige, y así ha sido siempre, un permanente esfuerzo de estudio, que es más necesario en épocas de cambios legislativos. La sociedad cada vez se mueve más deprisa y reclama nuevas instituciones y soluciones a sus necesidades de seguridad jurídica.
De que el notario sea capaz de ofrecer estas soluciones en poco tiempo y de que las mismas sean válidas depende la supervivencia de nuestra profesión. No hay ni que decir que la sociedad aparta a aquellas profesiones que no han sabido evolucionar.
Desde este punto de vista, los notarios hemos de ser conscientes de que nuestra preparación jurídica ha de ser cada vez más exquisita. Las exigencias del mercado nos obligan a velar cada vez más por el buen fin, en todos los aspectos, de las operaciones jurídicas que se plasman en los documentos que autorizamos. Pero es evidente que este reciclaje continuo de conocimientos no puede efectuarlo cada notario por sí, en la soledad de su despacho.
Se hace preciso, por lo tanto, que desde las organizaciones corporativas se habiliten los medios para facilitar a los notarios mecanismos de estudio y reciclaje.
Por medio de la Academia de Opositores a Notario de Cataluña, incardinada en la Asociación Profesional de Notarios, se dieron unas interesantes sesiones prácticas como consecuencia del aterrizaje en el notariado de los antiguos corredores de comercio que, podemos decirlo, fueron un éxito de "crítica y público".
 En este sentido hay que decir que es modélica la labor de la Comisión de Cultura del Colegio de Cataluña, que, dirigida por Tomás Gimenez Duart, organiza sesiones mensuales de actualización que pueden ser seguidas por todos los colegiados, en directo, o mediante consulta posterior de la grabación, a través de la intranet del Colegio Notarial. Si bien otros Colegios grandes también organizan similares sesiones, es difícil que lo puedan hacer Colegios más pequeños. Sería una gran idea que se diera publicidad de estas sesiones a todo el colectivo para que cualquier notario, desde cualquier punto de la geografía española, incluso desde su propia casa, pudiera seguir, a través de la pantalla de su ordenador, los interesantes debates que se suscitan. Si, además, se creara el mecanismo que permitiera hacer preguntas a los ponentes, vía e-mail, desde el propio ordenador en el que se siguen las sesiones, el desarrollo de las mismas sería interesantísimo.

-¿Y que le parece el sistema de las oposiciones entre notario como procedimiento de reciclaje?
Estas oposiciones, cuando eran a plazas determinadas, ofrecían un gran estímulo al estudio, y de ellas salían auténticos valores que luego colaboraban en la tarea de actualización de sus propios compañeros.
Desaparecido ese sistema y, más aún, al descapitalizarse la clase en los concursos notariales, se hace cada vez más difícil encontrar compañeros dispuestos a realizar este esfuerzo tan poco agradecido.

"El reciclaje continuo de conocimientos no puede efectuarlo cada notario por sí, en la soledad de su despacho"

No sé que pasará si sale adelante, con la redacción -que no es un dechado de claridad- que aparece en el proyecto de reforma, el artículo 79 del Reglamento Notarial, pues no permitirá a los notarios que hayan ganado clase en las oposiciones restringidas, el consolidar la misma al concursar, sino que tendrán que esperar para ello un determinado número de años.

-A raíz de la nueva Ley 24/2005 y de todas las reformas que supone ¿cómo cree usted que las nuevas tecnologías pueden favorecer las relaciones con los Registros públicos? ¿Qué medidas serían las más apropiadas para su implantación?
Que se puedan utilizar en las notarías las nuevas tecnologías, como lo estamos haciendo ahora, para liquidar impuestos de todo tipo, para remitir copias autorizadas de escrituras a otros notarios, para obtener certificaciones catastrales, etc. y que no las podamos utilizar para comunicarnos fehacientemente con otros funcionarios dependientes de la misma Dirección General, como son los Registradores de la Propiedad y Mercantiles, es una cuestión que no tiene explicación lógica.
Adóptense las medidas necesarias para proteger los archivos, pero por el bien del usuario al que nos debemos y al que servimos como funcionarios públicos, deben alcanzarse cuanto antes las soluciones técnicas y jurídicas que permitan, con todas las garantías posibles, el intercambio de información entre las notarías y los registros públicos en el más breve plazo de tiempo y con los menores costes posibles. Si hay una voluntad real de colaborar y no una intención de obtener beneficios particulares, los representantes de ambas instituciones pueden conseguir que se haga realidad esta demanda social.

-El mercado actual ha experimentado un gran crecimiento, dando lugar a supuestos tales como la contratación en masa ¿Cómo cree que pueden protegerse en mayor medida los derechos de los consumidores en este nuevo escenario?
Si la fundamental razón de ser de la institución notarial es, en estos momentos, el dotar de seguridad jurídica preventiva a las transacciones, donde en más medida se manifiesta este valor añadido que el notario presta a la sociedad es, precisamente, en aquellas operaciones en las que una de las partes está en desigualdad de condiciones respecto de la otra. Aquí la labor de nuestros órganos de gobierno es fundamental. Debe controlarse de manera exhaustiva que los notarios desarrollen su actividad de una manera reglamentariamente correcta y deontologicamente impecable, que su trabajo vaya destinado al mejor servicio del consumidor y que en ningún caso su labor se vea mediatizada por los grandes operadores económicos, empresas constructoras, entidades financieras, etc. Puesto que el asesoramiento informado es la tarea fundamental que el Reglamento Notarial impone a sus funcionarios respecto de los consumidores, es suficiente una eficaz labor de comprobación de que el notario realiza su trabajo conforme a lo que dicho Reglamento establece.

-Esta contratación en masa ¿Supone un cambio en la forma tradicional de trabajo de los notarios?
Otro de los grandes problemas con los que se enfrentan los notarios en el momento actual, es el de la rapidez de las transacciones que pasan por sus despachos, consecuencia del ritmo que impone el nivel de desarrollo económico alcanzado en nuestro país. Si antes el notario disponía de tiempo suficiente para dedicar a todos y cada uno de los asuntos que caían en sus manos, ahora se ve apremiado por el consumidor para resolver todos los aspectos derivados de una operación, en ocasiones, de manera inmediata.
No se trata, como se ha dicho algunas veces, que el notario tenga más trabajo del que puede despachar, sino que se le exige, en muchas ocasiones, que una cuestión compleja sea resuelta en un plazo imposible. Esto coloca al notario en una situación incómoda, pues de todos es sabido que la rapidez está reñida con la eficacia, o al menos, con la perfección.
Por desgracia esto no es apreciado por muchos de los operadores de la contratación en masa, pues el mercado les obliga a unos "tempos" de imposible cumplimiento que hacen que la labor del notario, en este tipo de operaciones, sea como la del funambulista en el alambre. Esto acaba repercutiendo en la calidad del producto notarial, el instrumento público, que requiere posteriores adiciones, ratificaciones y hasta, por qué no decirlo, subsanaciones que, en caso contrario no hubieran sido necesarias.
La imposibilidad de contrastar pareceres con otros compañeros, de consultar doctrina o jurisprudencia, exige al notario, si cabe más aún y como antes se ha dicho, una obligada labor de estudio continuo.

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