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Memorable conmemoración
El día 20 de abril, se celebró en el Colegio Notarial de Madrid una fiesta de conmemoración del 5º Aniversario de esta Revista. Hubo una afluencia masiva de notarios y colaboradores a la convocatoria.
El acto público estuvo presidido por la Directora General de los Registros y del Notariado, Mª Ángeles Alcalá Díaz y en él disertaron en muy breves parlamentos el fundador y director de la publicación José Aristónico García Sánchez, el miembro del comité de redacción, Ignacio Gomá Lanzón que hizo una breve recensión de la revista, el catedrático Manuel Atienza en nombre de los colaboradores no notarios, los periodistas Joaquín Estefanía y Miguel Ángel Aguilar en nombre de los profesionales del sector, el decano de Cataluña Joan Carles Ollé en nombre de los notarios de otros Colegios que se sienten integrados en el proyecto que esta revista representa, el Decano de Madrid Ignacio Solís Villa en nombre del Comité de redacción y del Colegio editor, y cerró el acto la Directora de los Registros y del Notariado Excma. Sra.  Dª  Mª Ángeles Alcalá.  
También asistieron el Secretario General Técnico del Ministerio de Justicia Ilmo. Sr. D. Santiago Hurtado, el jefe del Gabinete del Ministro D. José Luis Rodríguez Álvarez, el Decano Presidente del Colegio Nacional de Registradores Ilmo. Sr. D. Alfonso Candau, muchos de los colaboradores de la publicación y notarios de todos los Colegios de España. No asistieron, en cambio, ni se excusaron, los representantes del Consejo General del Notariado que también habían sido invitados.
Después de los discursos, que tuvieron una duración tasada de cinco minutos por interviniente y cuyo texto resumido se recoge en los recuadros que integran este reportaje, tuvo lugar un cóctel de confraternidad animado con una orquesta de jazz. El acto se desarrolló en un ambiente cálido y festivo,  y en el nivel de miras que corresponde a la calidad humana y profesional de los asistentes.

Intervención de José Aristónico García Sánchez
Director de EL NOTARIO DEL SIGLO XXI

Hoy es un día de regocijo. Estamos  celebrando el cumpleaños de una publicación, la revista bimestral editada por este Colegio con el nombre de EL NOTARIO DEL SIGLO XXI. Y justo es empezar repasando su partida de nacimiento.
Fue hace 5 años. La candidatura a la que los colegiados encomendaron en 2004 el gobierno de este Colegio, llevaba entre sus puntos programáticos retomar, como había sido tradicional en esta corporación, la publicación periódica de las novedades legislativas y jurisprudenciales acompañada de una interpretación fundamentada y uniforme a la que deberían ajustar su quehacer los juristas y muy especialmente los notarios que, como a nadie escapa, son los primeros ejecutores de las leyes, razón por la que la doctrina italiana considera al Notariado espina dorsal del Derecho.

"Era un compromiso electoral expreso,  y se atendió"

Era un compromiso electoral expreso, y se atendió. En Enero tomó posesión la candidatura elegida. En Febrero empezaron las reuniones y los proyectos. Y gracias al esfuerzo y al talento de los integrantes del primer Comité: Ignacio Solís, hoy decano,   Antonio Huerta, José Ángel Martínez Sanchiz, Rodrigo Tena, Álvarez-Sala, González-Meneses, Alfonso Madridejos, Fernando Gomá, Domínguez Mena y Miguel Yuste, en el plazo record de dos meses estaba diseñado lo que sería el armazón de la nueva publicación, que por designio del Comité no se limitaría a transcribir las novedades legislativas y jurisprudenciales, aunque las acompañaran reglas para su interpretación y aplicación uniforme y coordinada como era la promesa electoral, sino que a la vista del entusiasmo, la capacidad y la iniciativa de aquellos pioneros, incorporaría dos secciones más ambiciosas: una de opinión u orientación jurídica, y otra de información global y comunicación corporativa. A ellas acompañarían como anexo una sección cultural más versátil como testimonio y evocación de la saga de notarios humanistas tradicional en nuestra corporación, y un recuerdo a nuestros mayores que hubieran alcanzado la cota de la ejemplaridad. 

"Era necesario encontrar una fórmula que aunase la precisión y profundidad de los estudios magistrales, y el estilo ágil  y resuelto de las publicaciones  periodísticas"

Así se diseñó el chasis de la publicación. Y este chasis, bien que enriquecido con algunas aportaciones añadidas, se ha mantenido sustancialmente inalterado hasta la fecha, razón de que respondía a una demanda latente y no satisfecha en el panorama de las publicaciones jurídicas.
Había, y hay, una prensa diaria más tributaria de la urgencia que de la  precisión, y unas publicaciones dogmáticas y profesorales a las que las innovaciones revolucionarias en comunicación y la dictadura sobre el tiempo impuesta por la recién aparecida sociedad de la información y el conocimiento relegan, desgraciada pero fatalmente, a la estantería  para recibir solo consultas puntuales, ciertamente valiosas,  en casos de necesidad.
Era necesario encontrar una fórmula que aunase la precisión y profundidad de los estudios magistrales, y el estilo ágil y resuelto de las publicaciones  periodísticas. Algo que aunase ligereza y rigor, sencillez en la forma y exactitud en el concepto, algo que permitiera al lector aprehender la enjundia de la doctrina jurídica en las difíciles circunstancias de tiempo y lugar en que lo permite esta nueva civilización de la ansiedad y de la prisa.
Es lo que proyectó aquel primer Comité y cristalizó en el nº 1 de esta publicación, que apareció en tiempo record, en Mayo de 2005, dejando cumplido el compromiso electoral de reanudar la comunicación comentada de las novedades legislativas y jurisprudenciales, y así lo testimonian los grandes titulares de  portada del numero uno que no pueden ser más reveladores: LEGISLACION, TRIBUNALES Y PRACTICA JURIDICA. NOVEDADES, RESEÑAS Y COMENTARIOS.

"Fue y es propósito de esta revista, mantener los principios que inspiraron su nacimiento, libertad, igualdad y justicia,  y dotar de energía utópica a la institución notarial, propugnando la democracia participativa y la transparencia cuyos ideales ha adoptado como lema"

Era un hito histórico. La publicación se envió al Consejo General del Notariado y a todos los Decanos individualmente con cartas de preferencia del de Madrid, a las que no hubo ninguna respuesta. Sí la hubo, y muy diferente, de los notarios de base y del cuerpo jurídico en general. A este primer número respondieron –algo insólito en el mundo del derecho-- cerca de cuatrocientas cartas de suscripción.
Desde entonces, con el apoyo externo de profesionales como Joaquín Estefanía, Juan Cruz y Miguel A. Aguilar, que por razones de amistad personal coadyuvaron al proyecto, con la colaboración leal y esforzada de los miembros del Comité de Redacción al que se fueron incorporando personas de la talla de Ignacio Goma, Segismundo Álvarez, Juan Pérez Hereza y Fernando Rodríguez Prieto, con el  impulso de nuestros mayores de referencia Juan Vallet, Manuel de la Cámara, Rodríguez Adrados, Roberto Blanquer, José Mª de Prada, Martínez Gil y Antonio Pérez Sanz entre otros, con la colaboración de lo más florido de nuestras nuevas generaciones, hasta treinta colaboradores esforzados y geniales organizados en equipos a cargo de María Zulueta y Elena López Ewert en Derecho Comunitario, de  Valero Soler en Derecho Estatal y Autonómico, de Agustín Sanabria en Jurisprudencia del Tribunal Supremo, de Miguel Yuste en Resoluciones de la Dirección General, de Francisco Núñez-Lagos en Derecho Fiscal y de Jesús-Alberto Lleonart en resoluciones del sistema notarial, la revista, ante la incredulidad y el asombro general, ha seguido su camino milagroso y hoy puede celebrar felizmente con todos vosotros su 5º Aniversario
Es un éxito de todo el Notariado representado por el Colegio de Madrid. Este Colegio ha sido desde su fundación un ejemplo de solidaridad corporativa. Siempre asumió con orgullo y a título de honor las cargas de todo el Notariado, y siempre fue pionero en la evolución corporativa y en explorar las nuevas rutas que permitan a la institución notarial mejorar su racionalidad y su utilidad social. Pero este Colegio carecía de órgano de difusión de sus pulsaciones, y esta publicación le ha permitido hacer más operativas sus opiniones y proyectos de regeneración.
Para nada pone ni puede poner en cuestión esta revista la unidad del Notariado por la que siempre ha luchado y seguirán luchando tanto este Colegio como esta publicación. Añadir opiniones nunca ha sido reaccionario sino regenerador. Sabido es que cuanto mayor y de más calidad sea el número de publicaciones capaces de formar opinión, mayor solidez y riqueza tendrán las estructuras de las agrupaciones humanas. Porque ninguna libertad tiene mayor trascendencia que la libertad de expresión, que por sí sola es capaz de aglutinar y despertar en la sociedad las energías más poderosas para corregir abusos y desviaciones que puedan dañar la armonía de la organización social o corporativa.
Fue y es propósito de esta revista, como fiel trasunto del colegio que la edita, mantener los principios que inspiraron su nacimiento, los valores constitucionales de libertad, igualdad y justicia, y seguir en su línea de dotar de energía utópica a la institución notarial, propugnando la democracia participativa y la transparencia cuyos ideales ha adoptado como lema.
Pero esto es una fiesta y no un sermonario. Volvamos a nuestro gaudeamus, que en este retozo quieren participar todos y el tiempo es escaso: Ignacio Gomá retomando la historia de esta revista donde yo la dejo, en el nº 1,  Atienza en nombre de los juristas  colaboradores, Aguilar y Estefanía en nombre de la sociedad en que esta publicación se difunde, Joan Carlas  Ollé, decano de Cataluña, en nombre de los notarios de otros colegios,  Ignacio Solís en nombre del Comité y del Colegio editor, y como cierre Ángeles Alcalá, Directora General de todo lo notarial.
Permitidme solo una licencia  para terminar: Permitidme que agradezca a todos los miembros del Comité de Redacción,  a todos los que han colaborado, a todos los notarios de otros Colegios que se han integrado en el proyecto que esta revista representa, a todo el cuerpo notarial y a todo el mundo jurídico  por la acogida que le han dispensado. Y a todos vosotros, muchos llegados desde tierras lejanas y con grandes sacrificios de tiempo y bienestar,  por haber venido a dar testimonio de esta concelebración.

Intervención de Ignacio Gomá Lanzon
Miembro del Comité Editorial de EL NOTARIO DEL SIGLO XXI

El otro lunes, en el comité de redacción, y equivocándome una vez más, pues ya sabía lo que iba a pasar, dije que para la celebración de esta fiesta era interesante que alguien hablara de los diversos artículos que se habían publicado en la revista, de las diversas materias tratadas; en fin, hacer un poco de historia de la revista. Y como tenía que ser y suele ser, me dijiste: "pues hazlo tú". Y en vaya lío que me he metido, porque es evidente que con este trabajo es fácil quedar mal y casi imposible quedar bien pues, después de repasar los treinta números, me doy cuenta de lo que se ha hecho en estos cinco años y lo difícil que es resumirlos.
Pero, bueno, he intentado realizar, lo mejor que he sabido, un breve resumen y tocar algunos puntos clave, los que me parecen los méritos principales de la revista.

"Es un valor especial de la revista la colaboración, la intervención directa, activa, participativa, del comité de redacción. Para mí es un verdadero honor estar en él, pues es una especie de pequeño Parnaso de las letras jurídicas donde siempre hay alguien que está diciendo algo interesante"

En primer lugar, hay que destacar que lo novedoso de la revista se encuentra en la idea que tuvo Pepe de crear una revista con unas características diferenciadoras concretas: Por un lado, la periodicidad bimensual, muy constante, sin fallar nunca. Por otro lado, la corta dimensión de los artículos: Pepe nos exige que hagamos siempre de artículos cuatro folios y que no se supere esa medida, pues -nos dice- es lo que la gente va a leer, en este mundo de prisa y ansiedad que tenemos. Por otro, la variedad de secciones,  que luego comentaré un poco. Y, finalmente, el importante despliegue gráfico, que es una novedad en relación a las revistas jurídicas al uso y que hace, además, que algunos nos sintamos como una especie de “famosos” del notariado cuando compañeros que no conocemos personalmente nos dicen: "sé quien eres, te he visto en la revista".
En segundo lugar, es un valor especial de la revista la colaboración, la intervención directa, activa, participativa, del comité de redacción. Para mí es un verdadero honor estar en él, pues es una especie de pequeño Parnaso de las letras jurídicas donde siempre hay alguien que está diciendo algo interesante. Y es que es un comité de redacción activísimo. Por pura curiosidad me he metido en la web que tiene la revista para ver cuántos artículos habían hecho algunos de los miembros del comité de redacción -por supuesto me dejaré alguno-. Por ejemplo, Segismundo Álvarez ha hecho 8; José Manuel García Collantes, que está ahora, el pobre, de presidente del Tribunal de Oposiciones, tiene 9; de Juan Álvarez-Sala había 15 artículos en cinco años, lo mismo que José Ángel Martínez Sanchíz; Alfonso Madridejos tiene 16; Antonio Domínguez Mena, 19, algunos con temas como El contrato taurino o El testamento de los aristogatos; Manolo González Meneses, 21; Rodrigo Tena, 22, ¡increíble¡.

"También muy importante para nuestra revista la existencia de colaboradores externos: Juan Cruz, Joaquín Estefanía, Miguel Ángel Aguilar. Hacen que los notarios no estemos todo el rato mirándonos el ombligo"

Otro mérito muy importante ha sido la orientación de las secciones. Por supuesto las editoriales y la sección de opinión –de las que luego hablaré algo-, son esenciales, pero también son clave los magníficos resúmenes de la sección de legislación y jurisprudencia, en la que trabaja muchísima gente, y que nos sirve a muchos para estar al día. Una sección que me parece  fundamental es la de "Grandes del notariado", que ha servido para honrar a compañeros que han sido algo para el notariado y que nos han dado ejemplo a todos. Por supuesto, siempre será injusta la selección, pues habrá más compañeros que lo merezcan…. Pero, en fin, esa sección ya se ha cerrado, se ha dado por terminada, y, como decimos muchas veces también en el comité, eso no está mal pues así podemos abrir otra que se llame  “Medianías del Notariado” en la que por fin podamos entrar algunos…
Otra sección interesante es la sección de "Libros" de Pepe. Pepe, ¿cómo puedes leer tantos libros? Es increíble lo bien resumidos que están y lo interesante que es la selección. De Juvenal tampoco voy a decir nada. Se ha hablado en ella desde de la sustitución del notario por un código de barras hasta de política o economía.
También muy importante para nuestra revista la existencia de colaboradores externos, como algunos de los que están aquí: Juan Cruz, Joaquín Estefanía, Miguel Ángel Aguilar. Hacen que los notarios no estemos todo el rato mirándonos el ombligo.
Finalmente, el contenido general de la revista. Lo interesante -creo yo- es que no ha sido una revista jurídica al uso, sino que ha incluido temas enormemente variados. Por supuesto, ha habido temas de interés específicamente notarial, como todos los que se han publicado con motivo de la reforma del Reglamento notarial, con algunos debates tan “interesantes”, como la posibilidad de legitimación de firmas con el DNI, en los que yo mismo he participado. Hay que destacar, por su interés más general, los artículos de Antonio Rodríguez Adrados sobre los “Principios Notariales”. Me parece era necesario que alguien los sintetizara y ahí están, escritos en nuestra revista. Con motivo de la sentencia del Tribunal Supremo sobre el Reglamento notarial, un número, el 20, fue destinado a pensar sobre si es ilegal el control de legalidad, que me parece que también ha marcado un hito en la revista. También ha habido otras líneas temáticas, de interés particularmente notarial, como, por ejemplo, el mismo número 1 dedicado al blanqueo de dinero, una cuestión importante que nos afecta mucho y que ha cambiado, en cierto sentido, nuestra forma de actuar. O el examen de la fe pública desde otras perspectivas, como por ejemplo los artículos sobre  la fe pública en las Fuerzas Armadas, que escribió José Manuel García Labajo, o la fe pública ante los nuevos compromisos en las Fuerzas Armadas, del Coronel Juan Rodríguez Collado, que está aquí presente.
Pero, quizá, estos aspectos notariales no han sido lo más destacable, pues ha habido artículos sobre otras materias jurídicas de gran interés: por supuesto todo el bloque destinado a la Ley de Modificaciones Estructurales, con artículos muy inmediatos a la publicación de la ley, muy cortos, pero que ponen el dedo en la llaga, y con firmas de todas las procedencias: Vicent Chuliá, catedráticos, notarios, algunos aquí presentes también.

"El número especial que se hizo sobre el seminario conjunto del Banco de España y el Colegio Notarial de Madrid, sobre protección al consumidor en la contratación bancaria, me pareció también clave, importantísimo"

Recuerdo, yendo un poco más para atrás, el número especial que se hizo sobre el seminario conjunto del Banco de España y el Colegio Notarial de Madrid, sobre protección al consumidor en la contratación bancaria, me pareció también clave, importantísimo. Aparte ya de temas jurídicos de gran relevancia, aunque muy próximos al notario como el relativo a las instituciones sucesorias y la libertad de testar, del que escribieron el propio Pepe Aristónico, Juan Pérez Hereza y Pablo Gutiérrez-Alviz. También son de recordar aquí los resúmenes de las conferencias de la Academia Matritense del Notariado, muy bien hechos, que dan un mayor impacto a los importantes temas que se tratan en esas conferencias.
Ahora bien, y ya voy acabando, quizá lo que más ha distinguido a la revista ha sido la incursión en otros temas de gran transcendencia que no son propiamente jurídicos. Después de mirar los 30 números, cabe recordar, por ejemplo, los muchos artículos sobre el Estatuto catalán en los que han participado Miguel Ángel Aguilar, José Ángel Martínez Sanchíz, Mariano Izquierdo, el catedrático, Juan Martínez Lázaro, Julián Sauquillo. Y este tema, como el mismo asunto, se ha prorrogado en el tiempo, pues muchos artículos son recientes. El número 5 destinado a la inmigración me ha parecido también muy destacable.
¡Qué puedo decir! Me parecen interesantísimos los artículos que ha habido sobre economía en la fase pre-crisis, como los del número de julio-agosto de 2006: Más fuerte y más frágil de Alberto Recarte; Castillo de naipes de José Antonio Martín Pallín,  De Joaquín Estefanía, Emilio Ontiveros y José María García Alonso cabe destacar los artículos del número 9. Muy sugerentes son también los de Manuel Conthe, por ejemplo, La bienaventuranza del descubridor y algún otro como Platón y la opinión pública. Hay que recordar, me parece, todo lo que ha habido sobre el Plan Bolonia y los estudios universitarios, sobre el que hablaron Javier Díez-Hochleitner, José María Rodríguez de Santiago, Fernando Rodríguez Prieto y Juan Antonio García Amado. Hay que destacar aparte de la noticia que se dio en la revista sobre el seminario que hubo en el Colegio sobre ese mismo tema, que fue de primera categoría y muy revelador
También sobre economía hay que traer a colación el número 23, con artículos de Cándido Méndez, Francisco Sosa Wagner, José Antonio Martín Pallín, Segismundo Álvarez y Sáenz de Pipaón. Y, por supuesto, el muy actual debate sobre el aborto que hubo entre Manuel Atienza y Manolo González Meneses, que alcanzó gran altura. En definitiva, una multiplicidad de temas, autores de diversas profesiones, personas de diferentes nacionalidades, ideologías, posturas, que han conformado cinco años de una revista de la que yo creo que el Colegio Notarial de Madrid puede estar muy orgulloso. Muchas gracias.

Intervención de Manuel Atienza
Catedrático de filosofía del Derecho  y colaborador de EL NOTARIO DEL SIGLO XXI

Los filósofos de la acción humana suelen distinguir entre lo que llaman la acción, el resultado y la consecuencia. Como ejemplo para apreciar el alcance de esta distinción se contraponen la huelga de hambre y el suicidio: en ambos casos, dejar de comer sería la acción, pero mientras para el suicida la muerte sería un resultado, porque lo quiere, en cambio, para el huelguista, la muerte sería una consecuencia, porque no la quiere, aunque sabe que se va a producir. Las consecuencias, a su vez, pueden ser de dos tipos: hay consecuencias -diríamos- previstas (el huelguista, naturalmente, prevé lo que va a ocurrir) y hay consecuencias imprevistas.
Bueno, digo a esto a cuento de que mi conexión con la revista es una acción, es un telefonazo de mi amigo Juan Álvarez Sala que, en un momento determinado, me invitó a participar en la Revista, así que el resultado sería que fui invitado, y la consecuencia previsible que acepté la invitación. Y luego vinieron muchísimas otras consecuencias, imprevisibles para mí, la última de las cuales es que estoy aquí hablando con ustedes, todas las cuales me han resultado extraordinariamente agradables y positivas. Por lo cual quiero expresar mi agradecimiento en nombre de los colaboradores de la revista que no somos notarios pero que pertenecemos a profesiones jurídicas, a diferencia de otros que, diríamos, no son propiamente profesionales del Derecho.

"Lo que más me gusta de ella es la posibilidad que ofrece de publicar algo que constituye ese género intermedio entre el artículo de periódico y lo que solemos llamar el artículo científico"

Quizás, para analizar esto del agradecimiento y para saber si uno tiene que estar agradecido o no, cosa que, a veces, no es tan fácil discernir, conviene considerar que el agradecimiento es, en principio, un sentimiento. Por lo tanto, si me siento agradecido es que estoy agradecido, pero hay veces que uno no lo sabe y puede tener duda. Entonces, ¿realmente siento agradecimiento o no? Bueno, uno puede estar agradecido (y probablemente valdría entonces aquí también esa distinción) por las acciones, por los resultados y por las consecuencias, y tanto por las previstas seguramente, como por las imprevistas, no lo sé, habría que verlo. En todo caso, yo sí sé muy bien que estoy agradecido, e incluso sé, aunque no pueda fundamentarlo, que mi agradecimiento hacia Juan Álvarez Sala y hacia todos los notarios que han hecho esta Revista está plenamente justificado.

"Como lector yo diría que la Revista es un milagro. Yo hasta ahora pensaba que el único verdadero milagro que existía era Google ahora añadiré que también lo es la revista El Notario del Siglo XXI"

A mí, como colaborador de la Revista, lo que más me gusta de ella es la posibilidad que ofrece de publicar algo que constituye ese género intermedio entre el artículo de periódico -que, a veces, resulta excesivamente corto, si uno tiene que tratar de expresar una idea que, en ocasiones, es un poco complicada en cuestiones jurídicas, etcétera- y lo que solemos llamar el artículo científico que, otras veces también, en el fondo, o no dicen cosas interesantes o podrían decir lo mismo sin todo ese aparato que se hace fastidioso y, con frecuencia, no aporta ninguna cuestión nueva. Entonces, ese género -diríamos- del ensayo (efectivamente, las cuatro o cinco páginas, quizás, a veces, uno se va        -¿verdad?- hacia las seis) queda, pues verdaderamente, muy bien. Y a los que, como yo, somos filósofos del Derecho nos obliga o nos permite aterrizar en la tierra del Derecho. Los filósofos corremos, a veces, el riesgo sobre el que advertía el juez Holmes, que, como dijo una vez, él tenía experiencia de la guerra porque había hecho la guerra civil en Estados Unidos, y refería la anécdota de un oficial que, por lo visto, tuvo que pasar por un examen, un joven oficial, y se le preguntó algo sobre los movimientos de un pelotón o algo así, o sea, de poca gente. Y, entonces, él dijo que él de eso no sabía porque solamente conocía y sabía los movimientos con más de 10.000 efectivos. Este es un poco el riesgo que tenemos los filósofos del Derecho, el de no saber lo que es la realidad del Derecho; y, en este sentido, la Revista El Notario del Siglo XXI a mí me ha servido mucho en ese aspecto.
Y también quisiera hablar como lector de la Revista (al no haber agotado todavía, creo, los cinco minutos impuestos por el Moderador de esta Mesa como límite infranqueable a la intervención de cada uno de los que la componemos). Bueno, como lector de la Revista yo diría que la Revista es un milagro. Ya he visto que un editorial del último número lo dice, es cierto; yo hasta ahora pensaba que el único verdadero milagro que existía era Google, entonces ahora añadiré que, efectivamente, además, también lo es la revista El Notario del Siglo XXI. Una revista no sólo de una profesión sino -diríamos- de un Colegio de Notarios, aunque sea de Madrid, es un difícil desafío... Yo, desde luego, no conozco ninguna en el campo del Derecho que se le asemeje y no sé si en otro campo verdaderamente lo habrá. Somos un país extraño en donde ocurren cosas como la revista El Notario del Siglo XXI, que yo creo que simboliza, por otro lado, lo que tiene que ser la cultura jurídica.

"Somos un país extraño en donde ocurren cosas como la revista El Notario del Siglo XXI, que yo creo que simboliza lo que tiene que ser la cultura jurídica"

Yo se la recomendaría a mis estudiantes de Derecho. Esto se publica bimensualmente, bueno, pues que cada dos meses dedicasen una tarde a leer la Revista y, verdaderamente, su formación jurídica aumentaría muchísimo. Dudo que lo hagan, más todavía, una vez que entre en funcionamiento el Plan Bolonia. A veces me gusta hacer una especie de encuesta a brazo alzado el primer día de clase con los estudiantes de primero ¿A ver, cuántos leen el periódico? -son estudiantes de Derecho, el Derecho es conflicto social, manejo del conflicto, etcétera-,. Resultado: 5 ó 10%. Pero cuando llegan a quinto, y entonces damos los profesores de mi área Filosofía del Derecho, el porcentaje no ha cambiado.
A través de esta Revista se encontrarían los rasgos que yo creo debe tener una cultura jurídica. Primero, altura de miras; y, a continuación, efectivamente, apertura. Uno lee cosas que no son estrictamente de derecho pero que naturalmente son imprescindibles para el que pretende ser un jurista verdaderamente y no diríamos un juristón, un abogaducho o algo por el estilo. Me hizo mucha gracia una anécdota que cuenta uno de los jueces de la Suprema Corte en Estados Unidos: una vez, un joven que iba a entrar, me parece que en Harvard, le preguntó al Juez que qué libros le recomendaba de Derecho que estudiase para prepararse para sus futuros estudios. Y entonces él le contestó en una carta "vaya al teatro, lea literatura, oiga música". A mí me parece que, realmente, está muy bien.

"A través de esta Revista se encontrarían los rasgos que yo creo debe tener una cultura jurídica. Primero, altura de miras; y, a continuación, apertura"

En cuanto a la apertura de la Revista, uno diría -como es mi caso, que yo no soy especialista en Derecho Privado-, pero es lógico, que hay más cosas de Derecho Privado en la revista, incluso aspectos propios de los notarios, pero, además, uno encuentra también desde Derecho Penal, Derecho Público, etcétera, etcétera. Entonces, ése creo yo que es un rasgo muy destacado.
Otro rasgo de la Revista es su profesionalidad y lo bien que está hecha. Se ha dicho aquí ya, a propósito, por ejemplo, de la sección sobre legislación y sobre proyectos de ley, que su contenido está muy bien hecho. Incluso está muy bien hecho aún cuando, como se ve que es el caso del último número, con relación al informe sobre la nueva legislación del aborto, escribe no sé quién, a quien no le gusta para nada la ley, pero que hace un muy buen resumen, una buena síntesis -¿me entienden?- y uno se entera de cuáles son los puntos fundamentales de la ley. Leyendo esa sección, que puede parecer muy técnica, los que -digamos- vemos las cosas un poco desde fuera, nos damos cuenta de lo que significa tener una buena formación jurídica, en sentido técnico.
Y el otro rasgo que a mí me parece también muy importante es que no es sectaria. En fin, están aquí dos grandes periodistas de El País. El País es mi periódico pero yo últimamente me siento muy enfadado con algunas cosas: una es el manejo del Proceso de Bolonia. No sé por qué han decidido ponerse de parte de ese proceso, aunque yo creo que va a tener consecuencias deletéreas para la Universidad española. Si alguien quiere enterarse de lo que es ese proceso y de los problemas que plantea, etcétera, etcétera, lo mejor que se le puede recomendar es que vaya al número de la Revista del que antes se había hecho mención, y donde además están recogidos sus puntos a favor y sus puntos en contra.
Otro caso es el asunto del juez Garzón. Lo que Miguel Ángel Aguilar llama el Juez Campeador. Yo diría, también, que leyendo El País uno verdaderamente no se entera, no sabe cuáles son todas las dimensiones del problema, porque ahí es partidista, se ha tomado partido, aunque de vez en cuando se permita que alguien con una opinión distinta la exprese, pero... En cambio, en un editorial del último número de La Revista yo creo que está mejor reflejado lo que es la complejidad del asunto.

"Y el otro rasgo que a mí me parece también muy importante es que no es sectaria"

Y, luego, el último rasgo de la Revista es de la dialéctica. Es una revista dialéctica, que refleja la controversia, la controversia bien organizada, es decir, el pro y el contra. Y esto es volver también, me parece, un poco a la buena tradición jurídica, es decir, la lógica, la argumentación en contextos controvertidos pues siempre han tenido mucho que ver con el Derecho, la retórica, la dialéctica ¿verdad? Y eso lo encuentra uno constantemente en la Revista.
Bueno, así, que diríamos, para terminar, que yo deseo que el milagro siga durante mucho tiempo. Y casi por acabar de la misma manera que empecé, con esto de la acción, también diría que las consecuencias son imprevisibles. Y uno se pregunta ¿qué consecuencias va a tener la revista? Seguramente positivas porque sería difícil que no las tuviese positivas, pero ¿quién sabe? Entonces, en ese sentido, yo diría que quizás deberíamos ser kantianos, pues, con independencia de las consecuencias, el resultado que es hacer así la revista, está muy bien y yo felicito de manera muy entusiástica a todos sus responsables. Muchas gracias.

Intervención de Joaquín Estefanía
Periodista  y colaborador de EL NOTARIO DEL SIGLO XXI

Hace una década y media un grupo de notarios y un grupo de periodistas nos reunimos para ver qué es lo que ocurría y por qué las dos profesiones estaban de espaldas y no cuajaban las relaciones entre las dos profesiones. Nosotros no entendíamos muy bien cuál es la función social del notariado y los notarios  nos exigían, nos exigen, una exactitud y una objetividad que es imposible en el mundo de los medios de comunicación, por su propia velocidad y por sus propias limitaciones. Los medios no son factorías de exactitud.
Como consecuencia de esas reuniones, comenzamos a organizar una serie de cursos de periodismo jurídico, que duraron una década, en un pueblecito alrededor de Madrid, en Miraflores de la Sierra, una semana del mes de julio, que fueron extraordinariamente productivos, creo yo, para las dos partes. Para la nuestra porque nos servía a los periodistas para especializarnos un poco más en el mundo del periodismo jurídico, que buena falta nos hacía. Cuando acababan aquellos cursos, en otra revista -no en esta, en el antecedente de esta revista- se publicaba aquello que habíamos estado abordando. Y he de recordarles que aquellos cursos los seguían no solamente periodistas sino algunos notarios (recuerdo especialmente a un notario entrañable de San Sebastián, José María Segura, compañero suyo, que nos acompañó durante los diez años y siguió los cursos uno a uno). Nosotros teníamos y tenemos una necesidad de especialización muy importante.

"Creo que la revista ha conseguido muy bien esa mezcla que deben tener todas las publicaciones, rigor y divulgación, y ése en el secreto de su continuidad. Seguiré colaborando siempre que su director me lo demande"

Hace unos días, comentando con un grupo de periodistas de fuera de Madrid cómo está el mundo de los medios de comunicación, una alumna muy joven me contaba cómo era un día cualquiera de su vida profesional, me decía: "Mira, yo algunos días salgo de casa por la mañana, tengo que salir inmediatamente para cubrir la presentación de una novela; de allí probablemente tengo que salir disparada hacia otra conferencia de prensa, quizá sobre un asunto de blanqueo de capitales o de algún caso de corrupción de estos que nos están avasallando. Cuando llego después de comer y tengo que escribir ambos actos, probablemente me hacen, además, redactar algunos teletipos sobre lo que ha ocurrido en la jornada sobre las querellas del juez Garzón, si tengo mala suerte y hay poca gente en la redacción esa noche, todavía tendré que escribir una nota publicando las diferencias que hay entre los chiíes y sunníes porque me han hecho hablar del Islam".
Como ustedes comprenderán, nosotros no tenemos esa capacidad que tienen otras personas, somos mucho más limitados y tenemos que especializarnos. Y aquellos cursos fueron muy interesantes para esa especialización. Creo que la coorganización que hicimos con los notarios fue una parte de la responsabilidad social que tienen ustedes y que tenemos nosotros para seguir mejorando este país.
Luego, cuando aquello acabó, José Aristónico me invitó a seguir colaborando en la revista, y lo he hecho con muchísima comodidad, con total libertad. No le he preguntado a Miguel Ángel Aguilar pero tengo la sensación de que yo soy el último en cerrar mi colaboración, el último artículo que llega siempre por las prisas es el mío, y aun así me han soportado. Creo que la revista ha conseguido muy bien esa mezcla que deben tener todas las publicaciones, rigor y divulgación, y ése en el secreto de su continuidad. Insisto, estoy muy cómodo y seguiré colaborando siempre que su director me lo demande.
Deseo que por bien de la revista y por el bien de todos nosotros nos encontremos aquí dentro de otros cinco años celebrando la primera década de la misma. Muchas gracias.

Intervención de Miguel Ángel Aguilar
Periodista  y colaborador de EL NOTARIO DEL SIGLO XXI

Muchas gracias a todos los impulsores de la revista, muy especialmente a José Aristónico que es quien, de manera muy personal y directa, me animó a esta colaboración y la reclama cada vez que estoy a punto de superar la fecha de cierre.
Es cierto que el mundo de la prensa y el mundo de la fe pública tienen algunos puntos de tangencia, pero  son muy distintos. Los periodistas, cuando quieren ser solemnes, dicen que son los notarios de la actualidad y cosas por el estilo. Pero tienen que saber que son esclavos de la perspectiva, del punto de vista del lugar desde el cual están observando la realidad.

"Si tuviera que hacer alguna propuesta diría que debería ofrecerse en más puntos de venta, y  espero que llegue sin desdoro a las peluquerías"

Además, los periodistas muy pocas veces son conscientes  de que nada es igual después de haber sido difundido como noticia. Es interesante señalar en este punto la diferencia con los notarios. Ningún hecho permanece igual, aunque haya sido contado con una exactitud extraordinaria y con una diligencia profesional extrema. Por el contrario, las actas notariales permanecen iguales a sí mismas. Esto es una cuestión que nos separa y, al mismo tiempo, nos hace entrar en una relación dialéctica muy interesante. Las cosas quedan inalteradas e inalterables en las escrituras notariales, mientras que en la referencia periodística  nada permanece igual después de ser difundido como noticia.
Yo creo que esta revista es de extraordinaria utilidad. Ha conseguido encontrar un terreno desierto, el que combina el rigor y la divulgación. Pienso que, además, es un ejemplo, porque va más allá de las revistas profesionales al uso. Me produce una envidia extraordinaria el notario y siempre pienso: "¿No son capaces los periodistas de hacer una revista profesional?".  Su incapacidad es tan grande que la revista que desertaron de hacer la revista que publicaban y ahora hacen otra llamada Cuadernos del Periodista, verdaderamente ilegible, un auténtico ladrillo.

"Yo creo que esta revista es de extraordinaria utilidad. Pienso que, además, es un ejemplo, porque va más allá de las revistas profesionales al uso"

Y la revista El Notario se lee. Está hecha con agilidad, talento, sabe combinar los temas y entra en asuntos que se están debatiendo. Este número último número tiene un título espléndido: "una acción un voto". Se entiende y es un placer entrar a enterarse de verdad, contado en serio y sin ese aparato de artículos científicos al que antes también ha habido referencias.
Yo creo que los notarios nos acompañan siempre en los pasos decisivos de nuestra vida.  Como ha dicho Joaquín, de esa buena relación con los periodistas se han extraído consecuencias muy positivas. Es una revista que se abre al público más general, con una idea distinta de la de los programas basura de televisión. Pienso que es muy importante, ya que lo contrario sería entrar en la espiral de degradación que conocemos bastante.
Si tuviera que hacer alguna propuesta diría que debería ofrecerse en más puntos de venta, y  espero que llegue sin desdoro a las peluquerías. Sería su confirmación definitiva como publicación.

"Y la revista El Notario se lee. Está hecha con agilidad, talento, sabe combinar los temas y entra en asuntos que se están debatiendo"

Se puede leer con pasión. Ha buscado y ha encontrado ese terreno. Es la envidia de las revistas profesionales porque ha sabido ir más allá. Y además, frente al prestigio de la escasez, que algunos cultivan con prosperidad, creo que aquí se cultiva el prestigio de la calidad, lo que ahora llamamos el prestigio de la excelencia.
Voy a terminar con la lectura de un poema de José Emilio Pacheco, premio Cervantes 2009. Se titula Certeza. Creo que al ser ése el ámbito en el que trabaja el notario es legítimo leerlo. Dice así:

Certeza.
Si vuelvo alguna vez por el camino andado
No quiero hallar ni ruinas ni nostalgia
Lo mejor es creer que pasó todo como debía
Y al final me queda una sola certeza
Haber vivido

Intervención de Joan Carles Ollé
Decano del Colegio Notarial de Cataluña

Buenas tardes, noches ya, a todos. Un saludo especial para nuestra Directora General  de los Registros y del Notariado, al Subdirector General, y al Decano del Colegio Nacional de Registradores .Quiero felicitar al Colegio Notarial de Madrid por la celebración de este quinto Aniversario de la Revista el Notario Siglo XXI, a su Decano Ignacio Solís, y de manera especial a su Director y anterior Decano, José Aristónico, verdadera anima mater de este proyecto. Ambos buenos amigos míos y de mi Colegio. Esta felicitación es mía personal y de toda la Junta Directiva del Colegio Notarial de Cataluña, hoy está aquí también el Vicedecano del Colegio, José Alberto Marín, y todos ellos me piden que os traslade su más sincera y sentida enhorabuena.  Pero, además, haciéndome eco de la petición que me realizaba el director de la revista, quiero hacerme portavoz de muchísimos notarios y notarias de toda España que se sienten plenamente identificados con la línea y la trayectoria que ha tenido en todos estos años vuestra revista, y transmitiros su gratitud y reconocimiento.

"Su  gran calidad y excelencia la ha convertido en una referencia imprescindible de rigor y modernidad en toda la comunidad jurídica española"

En todo este tiempo, la Revista del Colegio Notarial de Madrid se ha caracterizado ante todo por su  gran calidad y excelencia, lo que que la ha convertido en una referencia imprescindible de rigor y modernidad, no ya solo en el notariado sino en toda la comunidad jurídica española. Efectivamente, habéis conseguido plenamente el objetivo evidente de convertir vuestra revista en un foro de debate jurídico de primer orden que rompiese los moldes estrictamente notariales, civiles y mercantiles para adentrarse en todas las distintas materias de actualidad y del saber jurídico.  
Otro gran acierto ha sido el haber sabido orientarla como una revista abierta  en un sentido muy amplio: a notarios de otros Colegios, a plumas prestigiosas de todas las profesiones  jurídicas, magistrados, catedrácticos, registradores, abogados, responsables de la Administración, también con colaboraciones  de profesionales del ámbito económico, cultural y peridístico.  Todo ello  ha constituido un éxito indiscutible, que ofrece  a sus lectores una visión multidisciplinar y poliédrica , muy completa, que  hace que hoy sea ya ineludible su presencia en prácticamente la mayoría de los despachos jurídicos españoles.

"El Notario Siglo XXI, ha jugado otro papel importantísimo: ser una ventana de libertad contra viento y marea, en defensa de unos ideales y unos principios éticos y democráticos con los que nos sentimos comprometidos una gran mayoría"

En el ámbito interno notarial, El Notario Siglo XXI, ha jugado y está jugando otro papel importantísimo: ser una ventana de libertad contra viento y marea, en defensa de unos ideales y unos principios éticos y democráticos con los que nos sentimos comprometidos una gran mayoría, yo desde luego, y que entroncan lo mejor del notariado de siempre con el notariado del futuro. Hoy no es ocasión de entrar en debates internos corporativos, pero tenéis nuestro total reconocimiento por esa labor, yo casi diría por esa misión, sin duda en muchas ocasiones ingrata y difícil, pero que es valiente, ejemplar y admirable.
En fin, solo me cabe animaros, estoy seguro que en nombre de todos, a que no desistáis de vuestro empeño y a continuar  publicando  durante muchos años más vuestra excelente revista El Notario Siglo XXI . Muchas felicidades.

Intervención de Ignacio Solis Villa
Decano del Colegio Notarial de Madrid

Como aquí hemos venido a una celebración y no a oír discursos largos, yo creo que ya está dicho casi todo y  solamente insistiré en un par de puntos.
En primer lugar yo creo que se ha dicho sobradamente el compromiso de esta revista con la libertad. Y, efectivamente, esta es una revista, ante todo, libre. Y la libertad cuesta trabajo y cuesta sinsabores. Cuesta sinsabores que nosotros llevamos bastante bien, entre otras cosas porque esta es una revista que tiene sentido del humor. Luego hablaremos de Juvenal y de las críticas que ha suscitado. Entonces, invariablemente, este espíritu -como ya tuve ocasión de decir cuando tomó posesión la Junta- pues nosotros estamos comprometidos con la libertad y  con la verdad; no la Verdad absoluta, nosotros emitimos nuestra verdad, decimos verdad,  pero entendemos que la verdad es un valor relativo,  que cada cual puede tener su verdad y admitimos que cada uno aporte su punto de vista.

"Que se ha dicho sobradamente el compromiso de esta revista con la libertad. Cuesta sinsabores que nosotros llevamos bastante bien, porque esta es una revista que tiene sentido del humor"

Recuerdo que Wittgenstein decía al final de su Tractatus  que "De lo que no se puede hablar hay que callar", pues aquí no. Aquí, de lo que no se puede hablar hay que escribir, y se escribe y se va a seguir escribiendo, le pese a quien le pese. Porque, además, esto no es que nos callen a nosotros; es decir, esto no es sólo que nos callen a los de la revista,  es que pretenden callar a mucha gente. Yo, con cierta periodicidad, aproximadamente una vez al mes,  tengo que acudir a unas reuniones por razón de mi cargo y hasta hace tiempo siempre se repetía el mismo fenómeno, se comenzaba con un canto a la libertad de expresión "yo estoy de acuerdo con la libertad de expresión", "no ataco la libertad de expresión pero, en el número tal de la revista del Notario del Siglo XXI has dicho esto y tal..."
Y, desde luego, nunca eran temas de "mira, es que le has dado un enfoque a la crisis económica que no estoy de acuerdo". No. "Es que en Juvenal has dicho esto y tal, y esto va a mi..." Siempre por cuestiones puramente personales. A continuación, después de este ataque a la libertad de expresión, había también una invocación al excesivo ámbito y a la excesiva difusión de la revista. Yo creo que Miguel Ángel tiene toda la razón, nosotros creemos que tenemos que aspirar a llegar dignamente a las peluquerías y, probablemente, a las salas de espera de los centros de estudios, de los gabinetes médicos, de todos los sitios, pero tenemos que ir con prudencia porque eso levanta muchas suspicacias.

"Nosotros somos una revista plural, está abierta a todo el mundo. Y con el mismo ardor que defendemos la libertad de expresión nuestra,  defenderemos la de cualquiera que venga incluso a pensar lo contrario de lo que nosotros mantenemos"

En esas reuniones a que me refería, por ejemplo, el que la revista llegue a los Paradores, sitios tétricos, visitados por gente peligrosa, o a la Embajada de España en un país africano, ¡pero cómo puede llegar esta revista! Esto se considera periódicamente y se nos dice siempre como un delito de lesa patria. De modo que, claro, cuando llegue a las peluquerías supongo que se pasará del atentado verbal.
Por cierto que después de estas invocaciones a la libertad de expresión "yo no ataco la libertad de expresión pero has dicho esto de mi etc.." siempre viene un canto a la unidad. El canto a la unidad, "la unidad de todos", "la unión frente al enemigo exterior". Es decir, los síntomas que se han dado siempre en cualquier régimen dictatorial, hay que buscar un enemigo exterior frente al cual estemos unidos,  y el que no esté unido es el enemigo. Pues esto se sigue produciendo todavía. Y, claro, por ejemplo, hay invocaciones, muchas veces, que si estamos poniendo en peligro nosotros la unidad...
Nosotros somos una revista plural, no pensamos que El Notario del Siglo XXI sea la revista del Colegio, es la revista del Colegio pero está abierta a todo el mundo. Y con el mismo ardor que defendemos la libertad de expresión nuestra,  defenderemos la de cualquiera que venga incluso a pensar lo contrario de lo que nosotros mantenemos. Esto es doloroso. Bueno, es doloroso pero si se lleva con sentido del humor tampoco causa mal. Hay que abstraerse y llega un momento...

"Juvenal yo creo que es lo mejor de la revista, o de lo mejor; es una sección maravillosa, con un sentido del humor pues se van tocando temas muy importantes y muy de fondo"

Nosotros, por ejemplo, ya en estas reuniones ya dije "mira, de Juvenal aquí no vamos a hablar, ni de la revista. Entonces, podéis hablar pero no es este el foro adecuado para responder". Es  curioso, por ejemplo, la aversión que se tiene a Juvenal. Juvenal yo creo que es lo mejor de la revista, o de lo mejor; es una sección que a mí me parece maravillosa, con un sentido del humor pues se van tocando temas muy importantes y temas muy de fondo. Pues Juvenal no es tolerable, Juvenal tiene gran éxito en el extranjero. Recientemente, se ha invitado desde Méjico -esto es cierto- al señor Juvenal a colaborar …(risas), es   verdad, esto es rigurosamente cierto, le han invitado  a Méjico a participar en un coloquio. Claro, nosotros, a veces, nos cuesta trabajo y a muchos de los detractores explicarles la relación que hay con Juvenal. Juvenal nació precisamente recordando la famosa Sátira X de Juvenal cuando nos cuenta esa reunión del Senado con el déspota Domiciano en la que obliga a aquellos sesudos barones a aconsejarle qué es lo que había que hacer con un rodaballo gigantesco que había pescado un señor y que, desde luego, había decidido el Senado que el rodaballo quiso entrar voluntariamente en las redes para ser regalado a Domiciano y tal... Y te va contando cómo se convoca el Senado y cómo va entrando fulano de tal, de mirada torva, que había matado a su madre; éste otro que había hecho...Nosotros nos hemos abstenido mucho de mencionar siquiera este origen  y mucho menos de señalar las extrañas concomitancias que una lectura de la sátira de Juvenal desvela con algunas personas especialmente relevantes de nuestro entorno, cuando digo nuestro entorno me refiero a nuestro entorno notarial, por supuesto. Quiero decir que contra esta intransigencia el sentido del humor del que -yo creo- está teñida la revista El Notario del Siglo XXI es la mejor garantía y esperamos seguir mucho tiempo hablando de todos y con respecto a Juvenal que pueda iniciar su periplo americano y la revista  su  expansión por las peluquerías, por Asia y por África. Y nada más, muchas gracias.

Intervención de María Ángeles Alcalá
Directora General de los Registros y del Notariado

Me corresponde a mí terminar este acto, al menos en esta primera parte. Creo que después tendremos ocasión de estar todos juntos de una manera más informal. Antes de entrar, al comienzo del acto, hablábamos fuera y yo decía: "5 años sólo". Realmente me parecía que cinco años era poquísimo para alcanzar el prestigio, la consolidación y el buen nombre que ha conseguido esta revista. Seguramente sorprende, efectivamente, que se haya conseguido en un período tan corto y seguramente también, por lo que puede pensarse, siguiendo la expresión de Manuel Atienza que cinco años sean un período temporal bueno para que se produzca el milagro, a juzgar por los resultados.

"Realmente me parecía que cinco años era poquísimo para alcanzar el prestigio, la consolidación y el buen nombre que ha conseguido esta revista"

Los milagros tampoco se producen solos. A veces sí, pero necesitan un empujoncito. Y en este caso el empujoncito ha sido el Colegio, ha sido José Aristónico quien tuvo la idea y también la valentía y el coraje de hacer realidad ese proyecto; y todos los que han continuado con él y, sobre todo, el impulso enorme del Colegio en su conjunto y de todos los colaboradores.
La revista, en mi opinión, tiene lo mejor de cualquier revista especializada o mejor dicho, de la mejor revista especializada, porque ha sido capaz de aunar firmas de enorme prestigio en muchos territorios pero, si hablamos de lo estrictamente jurídico, ha tenido la valentía de afrontar los temas de actualidad intentando, además, reflejar todas las opiniones. Efectivamente, es una revista que no es sectaria -y se ha resaltado aquí-  ni ideológicamente, ni intelectualmente, ni corporativamente. Como decía en este momento el Decano del Colegio de Madrid- es un foro donde caben todas las ideas siempre y cuando se plasmen con rigor, con seriedad, y con altura intelectual.
Tiene además presente otros elementos de gran calidad, entre ellos su magnífica distribución. No ha llegado, como decía Miguel Ángel Aguilar, a las peluquerías, pero quizá no debamos esperar demasiado tiempo para que, efectivamente, éste sea también otro foro propio.

"La revista tiene lo mejor de la mejor revista especializada ha tenido la valentía de afrontar los temas de actualidad intentando reflejar todas las opiniones. Efectivamente, es una revista que no es sectaria ni ideológicamente, ni intelectualmente, ni corporativamente"

A mí me ha encantado ver que los alumnos consultaban la revista, ya que está en todas las Facultades de Derecho. No sé si consultaban un artículo sobre protocolos notariales o la sección cultural, pero en sus manos estaba. Y lo he visto en las aulas y en los pasillos de las facultades. Tiene una distribución magnífica. No sabía que llegaba también fuera de nuestras fronteras, pero me alegro de que así sea.
Tiene una edición que podríamos calificar, incluso de lujosa. También lo estético da idea perfectamente de la calidad de la revista, ya que el contenido no defrauda en ningún momento. Pero tiene otras cosas que son absolutamente insólitas en revistas especializadas porque no es sólo una revista jurídica.  Hay pocas revistas jurídicas que tengan, además, la sensibilidad de captar otros puntos de vista y otras maneras de ver el mundo, como la economía, la historia, la filosofía o el periodismo...

"Tenemos que felicitarnos  todos los que podemos ser lectores y  los que nos dedicamos particularmente al mundo jurídico"

Y otras secciones que  hacen que la revista tenga un interés adicional, como la parte de crítica literaria y la  sección cultural. Creo que eso la hace una rara avis en el mundo editorial. Y no me estoy refiriendo sólo a las revistas jurídicas, sino en general.
Eso es un atractivo que hace que sea algo muy especial y, desde luego, de ello tenemos que felicitarnos  todos los que podemos ser lectores y  los que nos dedicamos particularmente al mundo jurídico. Fundamentalmente, a los grandes impulsores, al notariado español. Pero sobre todo al Colegio de Madrid, que ha sabido impulsar este proyecto, mantenerlo y mantener también el entusiasmo de que éste sea solamente el pequeño comienzo de una carrera que se ve de largo recorrido.
Termino con esto recordando Elliot cuando decía: "Abril es el  mes más cruel porque mezcla  recuerdos y anhelos". Yo creo que este abril mezcla el recuerdo de estos cinco años que lo son de un gran éxito y el anhelo de su continuidad, de la que todos estamos seguros que será muy larga. Muchas gracias a todos.

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